La magia de ser Sofía

Adoro a Elísabet Benavent. He leído todos sus libros hasta ahora y no hay ninguno que me haya dejado indiferente. Unos me han gustado más, otros menos, pero con todos disfruto. Esta bilogía lleva más de un año en mi estantería y no me había atrevido a adentrarme en ella, he leído tantas malas reseñas sobre ella que tenía miedo de que no me gustase. Y que equivocada estaba.

La magia de ser Sofía es el libro más adulto que he leído de Beta, el que tiene los personajes más imperfectos de todos, el más políticamente incorrecto y el más real. Porque cualquiera podemos ser Sofía y toparnos con un Héctor. En cualquier momento. En cualquier lugar. Y cualquiera cometemos errores, a veces graves, que hacen que nuestro mundo se ponga patas arriba y, lo peor, ponemos el de los demás al revés, también.
Nuestras decisiones nunca gustan a todo el mundo. La perfección es aburrida y equivocarse nos convierte en las personas que somos para bien y para mal. Y de todo eso, y más, va toda esta historia.

Sofía es luz, es magia pura, risa (carcajada a ratos), es esa amiga que todos queremos tener en nuestras vidas. Noble, buena, cariñosa, algo alocada, sin pelos en la lengua, pero que sabe también cuando callar. Un personaje con muchos complejos que, curiosamente, es el personaje más perfecto que me he encontrado hasta ahora de la autora en todos sus libros.

Héctor es completamente imperfecto. En todo. Comete mil errores, se cae, se levanta, se vuelve a caer, se equivoca una y otra vez, engaña y se engaña a sí mismo (el que más) una y otra vez. Es el anti-héroe total y sé que precisamente por la cantidad de fallos y errores que comete la mayoría no habéis conectado con él, pero es que a mí que queréis que os diga me pueden los imperfectos, los reales, los que se equivocan… me pueden mucho.

El miedo de Héctor a sufrir, a equivocarse y a caer hace que una y otra vez se esté dando contra un muro. Estoy deseando saber qué pasa con ese muro en el segundo libro de la bilogía con el que me pienso poner esta tarde sí o sí.

Los secundarios son un lujo, también, como en todos los libros de la autora. Tengo ganas, muchas, de ver que le depara el futuro en especial a uno de ellos porque en mi cabeza tengo unos planes para él excelentes, que luego no serán, pero que ya os digo que en mi cabeza quedan de lujo.

Al final de la bilogía os prometo que, tanto si se han cumplido mis expectativas con él como si no, os las comento.