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Hace más de 6 años que leí esta trilogía de Elisabeth Benavent, entonces se convirtió en una de mis historias favoritas de la autora y ahora no se está quedando atrás. En este primer libro la autora nos presenta la trama, LA TRAMA, ejem, y vamos navegando por las páginas del libro dejándonos llevar y entrando de lleno en una historia absorbente con personajes fuertes y maravillosamente bien construidos y a los que de una manera u otra acabas cogiendo cariño. Alba es tan real, tanto… tiene inseguridades y reacciona a cada una de las cosas que suceden a su alrededor como podríamos hacer cada una de nosotras o alguien de nuestro círculo más cercano. Mete la pata y se equivoca, sí, pero también acierta, aunque ella aún no se haya dado cuenta. Hugo es Hugo, sin más. Canalla, aparentemente seguro y confiado, oscuro y envolvente y algo brusco en su forma de tratar, aunque él crea que es todo lo contrario. Nico es todo lo contrario, muestras sus inseguridades más que ningún otro personaje del libro, es titubeante y algo vacilante a ratos, con un aura de misterio que lo rodea en todo lo que hace y tierno, mucho. Trata a los demás como quisieran que lo trataran a él siempre y lo mejor es que lo hace sin darse cuenta. Los tres protagonizan una historia brutal que engancha desde la primera página y que, pese a haber leído ya, estoy disfrutando como la primera vez (o más) ya que, además, hay muchas cosas que no recuerdo y volver a descubrirlas está siendo todo un viaje. |
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