 |
Han llegado las fiestas de Navidad y en la vida de Hugo, Alba y Nico han cambiado muchas cosas. El primero sigue en guerra con su corazón, dividido entre el amor de su vida y su mejor amigo, con quien ha pasado gran parte de su vida y al que considera hermano. Nico, por su parte, parece vivir ajeno al resto del mundo, únicamente feliz con Alba. Pero en realidad está más pendiente de las cosas de lo que parece. No quiere que lo que tenían acabe, no quiere perder a ninguno de los dos. Y ella, la punta del triángulo, está cansada. Cansada de no saber bien lo que quiere, o más bien de no atreverse a dar el paso. No quiere hacer daño a Nicolás pero no puede negar lo que siente por Hugo. Durante estas semanas de finales de año y principios del siguiente van a tener que arriesgarse, que quitarse la venda, que admitir lo que realmente sienten. Con esta trilogía me ha pasado lo mismo que con otras tantas y me da rabia. Tenía muchas ganas de leerla y el primer libro fue espectacular. El segundo lo leí en verano y, en mi opinión, pegó un bajón importante respecto a la primera parte. Y con este último tomo me he terminado de cerciorar; es una trilogía que se desinfla según avanzas. Alguien como yo ha convertido la historia de este triángulo amoroso en un auténtico bucle. Casi toda la novela, excepto las primeras y últimas páginas, son repetitivas y la trama se atasca hasta un punto que te da la sensación de que todos los capítulos sean iguales. Hugo no sabe qué hacer porque no quiere dañar a nadie y por eso decide hacerse daño a sí mismo y no arriesgar. Alba consigue descifrar lo que pasa por la cabeza de Hugo y lo que ocurre con Nico, que no es fácil desnudar emocionalmente, y toma el papel de consejera y psicóloga. Papel que a mí no me ha gustado y que le ha hecho parecer una sabionda gran parte de la historia. Y Nico... En el libro anterior vimos como se introducía un segundo narrador. Me gustó mucho la idea porque no es habitual que ocurra esto en los libros de la autora y porque podía ser muy interesante para la historia conocer el punto de vista de Hugo. Aquí, además de la narración de Alba y la continuidad de Hugo, se añade el punto de vista de Nico. Esos capítulos se han convertido en lo mejor del libro. Nicolás es un personaje que, aunque por su forma de hablar y ver la vida parezca lo contrario, es muy hermético en lo que a sus sentimientos se refiere y poder saber cómo es exactamente y lo que piensa me ha encantado y ha aportado veracidad a la historia y al personaje. Cuando empecé la trilogía y vi el argumento sabía que todo eso iba a acabar explotando por algún lado. Por muy idílico que parezca y nos lo pinten en el primer libro, una relación a tres no es viable. O cuando menos es muy difícil de conseguir. Pero aun sabiendo esto de antemano y que la relación Hugo - Alba - Nico no iba a salir bien, no me ha gustado el desenlace que le ha dado la autora. El final tampoco me ha gustado. Todo el ritmo lento y repetitivo con el que hemos estado toda la novela, de golpe se vuelve precipitado y sin sentido. Sin embargo, sí que ha habido una parte muy bonita y necesaria después de todo lo que ha ocurrido durante los tres libros. A pesar de todo es cierto que Elísabet es capaz de que incluso las partes de sus libros que no me convencen me acaben gustando. Así que no puedo negar que sí ha habido bastantes partes del libro con las que me he reído y con las que me he emocionado. Hay pasajes muy duros en los que se plasma a la perfección los sentimientos de los personajes y por lo que están pasando. Sigue enamorándome su forma de escribir. Aunque este libro no me haya gustado como esperaba que lo hiciera no me quiero quedar con este recuerdo. El primer libro me encantó y el principio del segundo también. Les he cogido mucho cariño a estos personajes y no quiero que cuando piense en ellos lo haga con un sentimiento agridulce. Enlace: http://unavidaentrepalabras... |
>
