Canción bajo el agua

Nos encontramos con una historia sobre guerra, tragedias, perdidas y dolor pero por encima de todo es una historia de superación, solidaridad y amistad.

Con alguna licencia y toques de realismo mágico que le dan un aire de cuento se nos narran las vidas de Eladio Ferlosio y Teodoro Sacristán, por capricho del destino alistados en bandos opuestos y enfrentados en una de las batallas por la defensa de Madrid.

A partir del fatídico encuentro la autora nos muestra el devenir de Eladio con el regreso a su pueblo con la esperanza de reencontrarse con los suyos y nos ofrecerá detalles y pormenores de la vida anterior de Teodoro, con su frustrada carrera sacerdotal para apostar por su verdadera vocación : la pintura, que supo compaginar con su insospechada capacidad para las artes amatorias.

Si bien es cierto que se puede apreciar algún defecto en la forma, con algunas repeticiones de hechos que no vienen al caso, me quedo con la parte positiva y me ha gustado como se unen hechos reales y tremendos con toques de fantasía y sobretodo la capacidad de superación y la buena fe de Eladio y el pastor para pasar página y continuar fieles a sus principios y sueños.

Simplemente con leer la primera página tuve claro que esta historia me iba a encantar y que me encontraba ante una novela especial.
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La forma de narrar de la autora es exquisita, elegante y envolvente.
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La historia nos presenta a Teodoro y a Eladio.Junto a ellos viviremos el antes, el durante y el después de la guerra civil española y seremos testigos de la realidad del pueblo... de lo que sufrieron los que se marcharon a combatir sin ni siquiera entender el conflicto y a su vez, el desconsuelo y el miedo de las familias que se quedaron en casa sin saber que es lo que iba a suceder.
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Conoceremos el pasado de Teodoro, un ex seminarista apasionado de la pintura y de las mujeres que se verá obligado a combatir por culpa de sus malas acciones.
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Por un desafortunado incidente propio de la guerra, Teodoro tendrá que acompañar a Eladio en su día a día. La vuelta de Eladio a su pueblo, nos mostrará la realidad del después. Los estragos ocasionados en los hogares y en las personas.
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Los personajes son todos una delicia, tanto los protagonistas como los secundarios son inolvidables e imprescindibles en la trama .
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Con pinceladas de realismo mágico, esta novela está llena de risas, reflexiones, metáforas, amistad, amor y pena. Todo ello contado de forma mágica y muy bonita.
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Con un final emotivo, precioso y que me ha emocionado (con lagrimita incluida) , se cierra una novela maravillosa. Una joyita que debería leer todo el mundo.

La única forma de atenuar el dolor es el olvido. Y es por eso que el ser humano se empeña en borrar recuerdos cuando la aceptación es imposible o insuficiente. Convertir el resquemor de la herida en un latido sordo, lejano, amortiguado tal y como se escuchan los sonidos dentro del agua, es la opción más buscada.

Los personajes de esta novela quieren olvidar, comenzar de nuevo, que todo lo ocurrido no sea más que ese latido sordo. Pero la vida es muy perra, la posguerra es muy perra, y a veces no es fácil.

Con un toque de realismo mágico, Fátima Beltrán nos adentra en un periodo de nuestra historia que abarca de 1934 a 1946. Con una ambientación somera pero suficiente, inicia un media res la historia de Teodoro y Eladio, soldados enfrentados en la Guerra Civil.

En la guerra, los intereses están en los despachos y el desconcierto, el miedo, la sinrazón, el miedo, el sufrimiento, el miedo, la incomprensión... en las trincheras.
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En la posguerra, los triunfos son solo papeles, pues pocos son y siempre los mismos, los que no han perdido.

Adoro está temática. Mil abuelos vivieron esta época terrible y todas las novelas que me acercan a ella, me regalan un poco de lo que ellos, en cierto modo, pudieron vivir. Leer historias de la Guerra Civil es mi abuela en la banqueta de la cocina hablándome de algo tan cercano y tan lejano a la vez.

Pero no os asustéis, no es un dramón. Fátima sabe darle el punto ligero y el toque de humor cuando procede. Me ha gustado mucho su estilo, me llevo un buen montón de citas bonitas y buenas sensaciones.

Un libro corto que se lee del tirón por la historia y por la sencillez y frescura con la que está escrito.

Una novela que habla de perdón, amistad, amor, recuerdos, familia, dolor, enfrentamiento y esperanza.
Dos vidas, la de Teodoro y la de Eladio y dos momentos, antes y después de la guerra.
El antes de la guerra de la mano de Teodoro que vuelve a su pueblo en 1935, unos años antes del conflicto bélico, tras abandonar el seminario porque no quiere ser cura, sino pintor, para poder reflejar los colores intensos de la vida.
El después de la guerra de la mano de Eladio que vuelve a su pueblo esperando encontrar a su familia y a su amor platónico Eleonora. Con él va el fantasma de Teodoro, el primer hombre que mató en combate que "está condenado a acompañarlo siempre como castigo y premio de tan funesta hazaña".
Eladio y Teodoro no quisieron ser soldados pero no tuvieron elección.

Realismo mágico mezclado con el género histórico, y amor, porque también hay una historia de amor. Pero sobre todo amistad, lealtad y humor.
Una historia bonita, con muy buena ambientación, unos personajes entrañables, todos necesarios y una perfecta combinación de drama y humor. Y sobre todo contado de una forma preciosa.
Enlace: https://instagram.com/mi.ter..

"Canción bajo el agua"
(@fatima_beltran_curto )@espasaeditorial

📚 Marzo 2021

Madre mía, qué portada tan maravillosa 😍

Fue lo primero que pensé cuando llegó a casa este libro que ha supuesto toda una sorpresa por su inesperado contenido y porque me quedo en mi estante de "autores a seguir" ✒ con Fátima Beltrán.

Sorpresa ¿Por qué? Los que no leemos sinopsis estamos abocados a momentos fallidos. Tú te imaginas de qué puede tratar, cuál es el camino más lógico que por portada y título puede seguir una historia y
🤯! Patapumm! Te la pegas.

Y así me ha sucedido con "Canción bajo el agua". Empiezo mi lectura y ya la fecha descompone mi organigrama inicial:
Mayo del 39😨
En la pág.10 entiendo que estoy leyendo sobre un joven que regresa a su pueblo tras sobrevivir a la guerra civil. Pero Eladio no camina solo, lo hace junto a quien será su compañero, y seguramente mejor amigo, de por vida, Teodoro.
Vale, perfecto. 👏👏
Pues no, porque " Teodoro Sacristán, un joven [...] del bando enemigo al que había dado muerte con la primera de las balas que salió de su fusil" así lo describe la autora mientras mi mandíbula se desencaja 😲 y releo por si acaso. Y así es cómo llegan a ti los principales personajes de esta historia.
Un binomio🔄 el contrapunto uno de otro y que llegarás a ver en su conjunto, como si se tratase de uno solo.
Esta argucia literaria facilita el que, dentro de una narrativa realista al máximo, nos encontremos con un mundo mágico que consigue momentos hilarantes; de los de partirse de risa, vamos. 😂
Y todo relatado de tal forma que te parece lo más normal del mundo.

En ciertos momentos ha sido como tener a mi abuela 👵 contándome una "de cuando la guerra"; porque es ¡ Tan plástica! ¡Tan musical!

" Escribir es como cantar, acabas encontrando tu tono" confesó la autora.👩

Y en resumen, que últimamente me enrollo mucho, ésta es la historia de " un merluzo y un picha brava" (F. Beltrán)

Por cierto, título y portada se comprenden a la perfección al final de la historia. 🐟💦🐦

“Canción bajo el agua” es un libro absolutamente maravilloso, original y muy especial. Me sorprende mucho no haberlo visto por aquí y me siento como quien encuentra un tesoro y quiere contárselo a todo el mundo. Solo puedo recomendaros que corráis a vuestras librerías a haceros con él. Además, tiene una portada preciosa con tantos colores y matices como la historia que contiene.

“Canción bajo el agua” nos presenta a Eladio y Teodoro, dos hombres que, como tantos otros, se ven obligados a combatir en la guerra civil española; una contienda fratricida e impuesta que les es completamente ajena. Eladio y Teodoro no llegan nunca a conocerse. Sin embargo, sus vidas estarán unidas desde que, cosas de la guerra, Eladio acaba con la vida de Teodoro y su fantasma se ve obligado a acompañar a su asesino el resto de sus días.

La novela nos presenta la vida de Teodoro antes de la guerra. Pintor, exseminarista y galán. Y también la de Eladio, pero en su caso, lo que sucede tras la contienda cuando regresa, emocionado, a su pueblo para reencontrarse con su amor platónico y lo encuentra arrasado por los bombardeos. Esta historia merece ser desvelada con el avance de las páginas, por eso me niego a decir más.

La narración, que comienza con un guiño a ‘Cien años de soledad' (o eso me pareció), tiene una musicalidad y simbolismos que no he podido evitar reminiscencias a la prosa latinoamericana. Tan bonita, tan sensorial, tan onírica. Este último punto se ve acrecentado por las pinceladas de realismo mágico que la autora sitúa magistralmente en la obra y la hace tan especial. La obra tiene todo un crisol de personajes secundarios absolutamente deliciosos, llenos de matices, que permiten hacer un retrato de la sociedad y la actualidad histórica del momento.

Una obra con la que he reído a carcajadas pero que también me ha emocionado sumamente. El final más bonito que he leído en mucho tiempo. Una historia sobre la pérdida de la memoria, de la familia, el amor, la amistad, el esfuerzo y… el perdón.

Fátima, vaya fantasía de libro. No lo dudéis, animaros con esta lectura.

Ahora es cuando yo os tengo que convencer de que esta lectura es un algo maravilloso, delicado y melódico; una lectura perfecta para ser recitada en voz alta mientras se disfruta de cada uno de los personajes que componen esta historia, tan real y tan onírica a la vez; tan cerca del realismo mágico pero tan directa sobre las consecuencias del antes y del después de una guerra civil que truncó vidas y borró recuerdos. Voy a ver si soy capaz de que os pique el gusanillo por pasear entre las palabras que su autora escribió desde su pequeño oasis, aislada del mundo, como estuvimos muchos, hace no tantos meses.

Leí a Fàtima con su primera novela, Bienalados (aquí tenéis mi opinión), en 2019. Fue toda una sorpresa, no solo por la historia, que me encantó, sino por su manera de contarla. Así que, cuando Fàtima me comentó que iba a publicar novela nueva, estaba vez con Espasa, no dudé en querer leerla. Una vez tuve el libro en mis manos, no fui capaz de retrasar su lectura. ¡Qué cubierta tan maravillosa!

Con una prosa fluida, presenta el antes y el después de una guerra fratricida, sin sentido para sus víctimas, de la mano de dos jóvenes: uno que regresa a su pueblo, recién terminada la guerra, con la ilusión puesta en el recuerdo dejado cuando tuvo que alistarte, y otro que regresa al suyo, unos años antes del conflicto bélico, tras la decisión de abandonar sus estudios seminaristas. Ambos están unidos por un momento en concreto, que se describe en el primer capítulo, y que se convierte en el punto de conexión hacia el que ambos se han dirigido y desde el que van a partir.

Es un texto muy metafórico y visual, lleno de simbolismo, donde el perdón y la amistad se mezclan con el amor, los recuerdos, la familia, el dolor y el camino que lleva todo. A la vez, me gusta la alegría y esperanza de la que parten ambas historias, y hacia donde se dirigen. Puedo deciros que las últimas páginas han dejado poso en mí, hasta tal punto que no descarto volver a imbuirme en ellas de nuevo para recordar. Increíble cuando algo aparentemente sencillo puede desprender tanta intensidad narrativa.

A pesar de ser un texto corto, porque esas 270 páginas están impresas con una letra grande y vistosa, me ha obligado, o mejor dicho, me ha invitado a permanecer atenta a cada frase, a cada palabra leída, para no perderme ningún detalle, por muy pequeño que fuese. Lo bonito no ha sido solo la historia que me estaban contando, que también, sino la manera en la que me la estaban contando.

Sé que me repito, pero es una narración maravillosa. Un cuento sin perder la verdad detrás de las palabras; la verdad cruda y triste de una sociedad en conflicto; rezuma luz, esperanza y alegría, aunque también hay espacio para el dolor. Es como una pintura llena de color en un momento negro.

Me ha gustado mucho el ritmo marcado, los tiempos, los saltos en la historia, la manera de mostrar a unos y a otros, la línea que llevan ambos protagonistas, de forma paralela. Y, sobre todo, me han gustado esos personajes. Todos sus personajes. Personajes humanos, tiernos, buenos, no tan buenos, reales, aceptados, comprendidos, inacabados, fantásticos.

A través de las palabras, he llegado a entender, en parte, la catarsis por la que deambulan los personajes, que se muestra como un largo camino de aceptación y de perdón. Todo significa algo, todo tiene sentido, todo está magníficamente envuelto con esa patena de color de la cubierta del libro, y que lleva su correspondencia con una realidad más tosca y certera.

He leído el texto como un canto a la paz, al amor y a la amistad; como una denuncia a lo injusto, a la imposición y a las vidas truncadas por algo ajeno a la mayoría de ellas; como el recuerdo de lo olvidado, lo enterrado o ahogado hace ya mucho tiempo; esa canción bajo el agua de los peces, que pronto olvidan. La autora se merece todo mi respeto por haber creado este cuento y haber dado vida a sus personajes, a Eladio y a Teodoro, y a los demás.

Eso sí, tengo que reconocer que yo tengo especial predilección por este tipo de historias, así que es normal que las disfrute muchísimo y que me deleite en la belleza que desprenden sus palabras. Si eres un poco como yo, y lo tuyo son los textos que tienen algo más, creo que sabrás a lo que me refiero. Un libro para releer y releer, y para disfrutar con algo nuevo cada vez que lo leas.

Dice Fàtima que la historia comenzó a partir de una frase, la primera del libro, y luego siguió, hasta convertirse en una novela. Dice, también, que mientras la escribía, recitaba sus propias palabras en voz alta, al igual que yo he hecho con algunos pasajes mientras leía. Dice que la escribió como si se la escribiese a alguien en concreto, y así la he leído yo, como si la hubiese escrito para mí.











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La historia comienza en mayo de 1939, cuando el joven oficial Eladio Ferlosio regresa a su pueblo natal después de haber perdido todas las batallas. Pero no esta solo, si no que Teodoro le acompaña en su camino; sus destinos se unieron en la batalla y se convierten en compañeros inseparables de aventuras y fatigas. Pero además de conocer a estos dos soldados, nos encontraremos con varios personajes inolvidables que vivirán la cara más amarga de la guerra, que atrincherados en sus pequeños pueblos y aislados del mundo y olvidados por ese mismo mundo intentan superar las miserias y los miedos que una guerra trae incomprensiblemente.
El relato transcurre entre los años 1933 y 1946 haciendo que el pasado y el presente se mezcle para dar una sólida visión de la historia. En los capítulos se muestra la vida de los personajes, siendo algunos de carácter epistolar.

Pero donde despliega todo su esplendor no es la limpia y clara prosa sino en la perfecta descripción de los paisajes en los que derrocha toda su imaginación, siendo lugares ficticios pero a la vez siendo tan reales que nunca hubiera imaginado que no existieran.

La historia cala. ¡y mucho! Se trata de una historia de superación y de heridas que se irán cerrando; de un ir tirando para adelante. La guerra acaba arrastrando a un país entero, fragmentándolo en dos, obligando a sus ciudadanos a elegir partido y luchar en un bando. Es tal el realismo de la realidad histórica que hace que el lector lo viva en sus propias carnes. Pero además Fàtima introduce como elemento el realismo mágico para dulcificar la historia de uno de los personajes más entrañables de toda la novela (que no desvelaré).

Pinceladas. Los personajes están pincelados magistralmente. Son personajes de carne y huesos, que traspasan las páginas del libro para tocar el corazón del lector. Se sufre con ellos, se ríe con ellos, te rompes con ellos y te coses las heridas junto a ellos. Es a la vez, emotiva y divertida; una combinación para nada fácil de conseguir en una novela de tan corta extensión a la que a simple vista parece no esconder el gran regalo emocional que habita dentro. Con toda probabilidad esta novela se encuentra entre las historias de la guerra civil española con más gracia que haya leído hasta ahora; tan pura en su esencia histórica que relata los hechos como reales pero sin dejar de lado la naturaleza de la novela de ficción y su sentido de entretenimiento hacia el lector.

Impresiones: Leía molesta y expectante a la vez. Molesta al tratar una época inexplicable de horror en la sociedad española y expectante en todo momento por saber más sobre la existencia de los personajes. Además sin darme cuenta de ello, las páginas avanzaron y seguía atrincherada en la novela cuando llegó raudo y sigiloso el inesperado final.

Me he sentido verdaderamente sorprendida con esta autora, por su capacidad narrativa, por la connotación y colorido que ha querido impregnar a esta historia, por su prosa cálida y armónica y por ese deseado final.


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Un amor mágico, un sueño sin espejos y dos amigos separados por una desafortunada bala. Eladio Y Teodoro se cruzan e la manera más trágica, una contienda que lo arrasa todo pero que a su vez une a estas dos personas quedando relegadas a Una canción bajo el agua.

En mayo de 1939 el oficial Eladio Ferlosio regresa a su pequeño pueblo perdido en las montañas mineras con la vana ilusión de que la guerra recién terminada haya respetado a su familia, a sus paisanos y a Eleonora Cardenal, la hija de un médico que llegó al pueblo huyendo de la gripe española, y a la que ama desde que era poco más que un niño. El reclutamiento obligatorio lo había sacado a la fuerza de su tierra cuando entre sus planes lo último que cabía era ser soldado.
En febrero de 1935 Teodoro Sacristán también vuelve a su pueblo tras haber abandonado el seminario. No quiere ser cura, sino pintor, para poder reflejar los colores intensos de la vida. Pero, como Eladio, acabará siendo soldado, como tantos otros que nunca quisieron ser tales.
Las vidas vividas –y no vividas– de Eladio y Teodoro se entrecruzan con maestría en esta novela llena de ese realismo mágico que construye personajes inolvidables, como un pastor de una sola oveja, un fantasma insidioso, un ingeniero cobarde, una amada impedida, una beata y sus treinta y siete santos o un agapornis lujurioso; que se detiene en el color y la alegría con la misma maestría que en el dolor y la muerte para señalar, una vez más, la insensatez de la guerra.

Mi valoración personal:
Fátima Beltran Curto nos sumerge en un libro donde la amistad es el eje central de la novela, donde la magia lo cubre todo con una fina patina y donde cada personaje le da el toque de belleza a este bonito libro.
Nos encontramos ante una original y entrañable novela coral donde cada uno de sus personajes se te meten bajo la piel para acogerlos con cariño y dejarlos que te cuenten su historia, no una historia de vencidos ni vencedores ya que este libro no se centra en la guerra, sino en una historia donde la amistad, el amor y la superación son lo que dan motor a Canción bajo el agua.
Sentiremos unas ganas tremendas de ayudar a Eladio a reconstruir su pueblo, sentiremos la necesidad de acompañar al inocente Agustín a llevar a sus ovejas al monte, y querremos expulsar a ese petulante ingeniero de las vidas de este pueblo que incluso no sale ni en los mapas.
Pero Eladio no vuelve solo de la guerra, a partir del momento que dispara su fusil y esa bala certera impacta contra Teodoro su fantasma lo acompañara allá donde vaya. Conoceremos como fue la vida de Teodoro desde su salida al seminario hasta como fue a parar al frente donde cruza su vida con Eladio.
Con una narración bonita, emotiva y dulce Canción bajo el agua son de esos libros que tienes la necesidad de volver a leer para volver a encontrarte con ellos dos, pero también con Eleonora el amor de juventud de Eladio. 
Me ha gustado mucho la referencia a la compañía de teatro de la Barraca y esa mención no velada al gran Federico García Lorca.
Casi trescientas paginas donde te dejas envolver por los sentimientos para llegar al capitulo final y cerrar con un gran broche de oro esta magnífica novela. Un final emotivo, mágico diría yo y con el reconocimiento de esos amigos que han estado acompañándose mutuamente durante media vida.

En conclusión, no puedo más que recomendar esta bella novela donde el canto al amor y a la amistad te calaran en los mas profundo. 
 
 
 
 

Canción bajo el agua es una novela de realismo mágico. En ella, encontramos a dos protagonistas principales: Eladio Ferlosio y Teodoro Sacristán. El primero, vuelve de la guerra con la ilusión de encontrar todo tal cuál lo dejó al marchar. El segundo, vuelve…en una situación muy particular que no quiero desvelar, pues para mí ha sido el elemento más llamativo y original de la novela.
En lo referente a la trama, está bien hilada y consigue captar nuestra atención desde el primer capítulo por una situación muy particular que se narra y de la que parten ambos protagonistas. Si bien es cierto que tiene saltos en el tiempo y alterna las historias de ambos personajes, al inicio de cada capítulo nos indicará el mes y año en el que nos encontramos, por lo que será más sencillo seguir el hilo de la narración.
En cuanto a los personajes, son muchos a los que conoceremos entre estas páginas y que, mientras vamos conociendo su historia y vinculación con os protagonistas, nos dejarán alguna que otra enseñanza. Me ha gustado que sea una novela en la que se mezclen hechos trágicos y cómicos. Por otro lado, como aspecto menos positivo, destacaría ciertos comentarios ideológicos en la novela que no me parece que aporten mucho a la trama y quedan como un añadido que, en mi opinión, es prescindible.
La manera de narrar de Fátima Beltrán tiene su particular encanto y me ha llamado la atención positivamente, aunque en ocasiones se vuelve repetitiva con el sobreuso de los mismos adjetivos o sinónimos en un mismo fragmento.
Una novela que recomendaría para aquellos que busquen una historia diferente sobre la guerra y postguerra o para los amantes del realismo mágico.