Atentamente, tu asesina

Necesito creer que no es demasiado tarde para enderezar mi desacierto. Rezo porque el amor que albergo cure las partes de mi que se han marchitado. Al fin y al cabo, si somos capaces de amar, lo somos de perdonar. Pues el perdón es el mayor amor que se puede dispensar en este mundo. Amar los errores. Amar las traiciones. Amar las mentiras.

Cuando el pasado es presente no se piensa en el futuro. Sin embargo, el pasado puede doler en presente y malograr nuestro futuro.

La muerte, sea cual sea su forma, cambia a las personas. No importa si la presencias o si pierdes a alguien cercano. Ser consciente del final de una vida te lanza hacia un mundo en el que acabas por comprender que todo es finito, que llega un momento en el que la existencia termina.

Cualquier juego, por inocente que sea, tiene sus reglas. No importan las buenas intenciones cuando estas se rompen, pues las consecuencias forman parte de la partida. Siempre ha habido personas que juegan según una serie de normas que ellos mismos se imponen, como por ejemplo no perder nunca. Sin trampas, no harían falta reglas. Sin reglas, el juego no tendría sentido.