Este precioso cuento se centra en cómo puede sentirse una persona TEA y las dificultades que encuentra al socializar con los demás. Breve y bien explicado, puede ayudar a los niños a empatizar y comprender que todos somos diferentes. Se puede trabajar perfectamente en el aula y crear diversas actividades a partir de él, fomentando la inclusión, la empatía y la comprensión. Me ha gustado mucho y, sin duda alguna, la recomiendo. |