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Serafina es una niña que nunca debe dejarse ver, según indicaciones de su padre, pues vive escondida en una mansión. Ella se nombra a sí misma como la jefa de la brigada de ratas, ya que se dedica a cazarlas. Pese a tener un peculiar aspecto físico: ojos de color ámbar, la columna ligera curva y sólo cuatro dedos en los pies, ella es feliz. Hasta que un día ve como un hombre misterioso hace desaparecer a una niña con su capa. Me despertó curiosidad este libro porque llevaba un buen rato que no leía un libro de fantasía dirigida a niños. Y debo de decir que me gustó. No es precisamente un libro brillante, pues cae en muchos clichés y es fácil adivinar por dónde irá la historia desde un inicio. Serafina es una niña curiosa que recordarás, pero pongo en duda que sea uno de esos personajes que se recordarán a la larga. Y creo que sería el único personaje que destacaría porque el resto de los vemos involucrados en la historia, olvidé por completo cómo es que se llamaban aunque sí sigo recordando cuál era su papel dentro de la trama. Lo que me gustó de la historia fue el mensaje que deja la historia: no importa cómo luzcas, puedes tener amigos; tu físico no hace tu destino, sino tu disposición a las circunstancias. Me parece que es un mensaje importante, sobre todo, cuando estamos en una sociedad, que tristemente, todavía se deja guiar por las apariencias. Otro punto a mencionar es que tiene una segunda parte, lo que me pareció extraño, pues considero que tiene un final bastante cerrado por lo que no deja la historia en un momento que te de curiosidad por conocer sobre la siguiente entrega. Hasta este punto, debo de decir que no sé si leeré la parte que le sigue, tal vez lo haga por curiosidad porque estuvo dentro de mi agrado, pero todavía no lo tengo dentro de mis planes. |
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