Agatha Raisin y la quiche letal

Inicio ameno y agradable para una saga que comenzó a publicarse en la década de los 90 y que actualmente cuenta con más de treinta historias en las que Agatha Raisin, una mujer de mediana edad, decide mudarse de Londres a los Cotswolds con el propósito de encontrar una vida tranquila y alejada del bullicio de la ciudad. Sin embargo, diferentes casualidades van a querer que la protagonista se vea envuelta en crímenes y misterios que harán pensar automáticamente en una versión moderna de Miss Marple.

Para su primer caso, Agatha Raisin se encontrará en una situación comprometedora cuando la quiche que presentó en un concurso gastronómico resulta ser la responsable del envenenamiento y muerte del juez. A partir de aquí, la autora nos lleva de la mano por una investigación sin grandes giros ni revelaciones, pero con un humor muy inglés y un ritmo frenético.

Y probablemente ese sea su gran acierto: funciona como novela con la que olvidarte de las preocupaciones y simplemente disfrutar de la lectura. No tiene grandes pretensiones, pero tampoco las necesita, y probablemente acabarían jugando en su contra. Otro punto positivo es esa atmósfera tan bien dibujada de la sociedad inglesa rural. Los Cotswolds engloban un conjunto de colinas situadas en el interior del país en las que se encuentran varios de los pueblos más bonitos de Inglaterra. Recorrer sus calles y senderos te transporta inmediatamente a un ambiente histórico, de calma y paz. Y eso lo consigue M.C. Beaton a la perfección, pese a enmarcarlo en un contexto de crímenes y mentiras.

Por lo demás, acaba convirtiéndose en una historia excesivamente simple que no queda almacenada en la memoria por su ingenio o por su entramado, sino que son los personajes y las situaciones cómicas las que te retienen en la lectura. Pese a que no espero grandes cambios, seguiré con las aventuras de Agatha Raisin cuando necesite una historia simpática de detectives aficionados.