Agatha Raisin y el veterinario cruel

Una autora a la altura de Agatha Christie, una detective a la altura de miss Marple. Con un chasco. Así empieza la última aventura de Agatha Raisin: se ha ido a las Bahamas persiguiendo a su adorado James Lacey, pero resulta que él, quizá para esquivarla, no está en las Bahamas, sino más bien en El Cairo. 

¿En qué momento se le ocurrió a la pobre Agatha dejar Londres por una vida insulsa y sin hombres en la campiña inglesa?
La llegada al pueblo de un joven veterinario despierta el interés de muchas mujeres de mediana edad... y también el espíritu competitivo de Agatha, que no dudará en llevar a su gata (sana) para que la visite. Nuestra heroína no se irá con las manos vacías, y conseguirá que el veterinario la invite a cenar. ¿Despertará ese logro la envidia de sus competidoras? ¿Conseguirá despertar los celos de James Lacey? Agatha apenas puede saborear las mieles de su modesto triunfo: el veterinario aparece muerto en acto de servicio, justo cuando se disponía a operar a un caballo. Convencida de que se trata de un asesinato, Agatha embaucará a James Lacey para que la acompañe en sus hazañas detectivescas...
Mi Valoración personal:
M.C. Beaton es el seudónimo tras el que se escondía Marion Chesney cuando escribía sus novelas policiacas y de misterio. M.C Beaton nos dejó una gran selección de obras de entre ellas la serie de Agatha Raisin que componen más de veinte libros. 
Con una narración sencilla Agatha Raisin y el veterinario cruel es el segundo de los casos de esta peculiar detective. Agatha una cincuentona sin escrúpulos y con un carácter bastante impertinente que cambia su vida en la gran ciudad por una casita en un pequeño pueblo de Escocia. 
Agatha acaba de regresar de unas vacaciones en las que había intentado, sin éxito, seguir a su guapo vecino, solo para descubrir que a su regreso al pueblo de Carsely, hay un nuevo veterinario que tiene a todas las habitantes del pueblo revolucionadas.
Al igual que en la novela anterior, Agatha parece insegura sobre si volver a su carrera publicitaria en Londres o quedarse en Carsely. de vuelta en los Cotswolds, el nuevo veterinario, Paul Bladen, está tratando de recaudar dinero de sus clientas, incluida Agatha. Cuando es encontrado muerto, Agatha sospecha que es un asesinato y no un accidente fortuito. A pesar de que su viejo amigo Bill Wong, del departamento de policía, le dice que deje tales investigaciones a las autoridades, pronto esta se verá haciendo preguntas peligrosas, con la ventaja adicional de la compañía de su vecino, James Lacey.
Un libro que apenas me ha durado un par de tardes al que calificaría de entretenido sin más, la primera entrega Agatha Raisin y la quiche letal descubrimos al personaje insolente de Agatha, una mujer que se jubila y se va a un pequeño pueblo a meterse en la vida de sus vecinos, y ese es el punto de gracia de este personaje, lo insolente e irreverente que es, pero en esta segunda entrega nos encontramos ante una Agatha que solo se preocupa de gustar a su vecino, como una adolescente detrás de él y eso es lo que me ha restado fuerza al personaje en esta segunda entrega.
El caso como el anterior, se va resolviendo con la investigación de Agatha a todos sus vecinos para llevarnos una pequeña sorpresa a modo de giro inesperado al final ya que no tuve la certeza de quien había sido esta vez el asesino.
En conclusión, un libro que te mantendrá enganchada un par de tardes pero que no tiene esa fuerza que descubrí en la primera entrega.