Gracias, vida

En este libro la autora relata los cambios que se producen en su vida tras la muerte de su marido: cómo afrontar la pérdida, cómo volver a una casa que ahora está en parte vacía, cómo seguir viviendo sola con sus hijos… en definitiva, cómo seguir viviendo.

Al igual que en otros libros, las imágenes tienen un peso importante; sin embargo, en este dejan de tenerlo tanto las ilustraciones para pasar a tenerlo sus pinturas y fotografías.

El libro se divide en tres partes: despedidas, paréntesis y emprender el vuelo. Tal y como se deduce de los títulos: en ellos habla de cómo prepararse para la partida de un ser querido, cómo se afrontan las semanas posteriores a la pérdida y, en último lugar, cómo volver a la vida.

Ya que este es el tercer libro de la autora, me voy a permitir comentar brevemente la evolución de los libros: el primero es un libro optimista con consejos e ilustraciones divertidas, el segundo es algo más realista y bastante más personal que el anterior, este último es un relato sobre la pérdida de un ser querido, es un libro duro.

“Supongo que es una forma más de protegerme pero no sé decir cómo estoy.
Prefiero reírme aunque en realidad no me haga ninguna gracia" ~ Gracias, vida de Lucía Benavente.

Si hay un momento en la vida que nos provoca una catarsis interior y nos cambia para siempre, ese es el fallecimiento de un ser querido. Enfrentarse a ese vacío, a esa ausencia y a la transformación que supone, no es fácil, por no decir que nos resulta casi imposible porque no sabemos cómo hacerlo. En "Gracias, vida!", Lucía Benavente @mrsluciabe cuenta cómo se enfrentó ella –y se sigue enfrentando– a la pérdida de su pareja, el poeta Miki Naranja, y a su nueva situación al frente de una tribu de cuatro niños.

No es un libro de autoayuda, porque cada uno vive el duelo y la transformación de manera muy personal pero es un libro bonito por cuanto pone en valor el poder del mar, del deporte, del arte y de las pequeñas cosas y detalles que nos rodean, para ayudarnos en esa transformación interior que nosotros mismos no sabemos cómo resolver.

Os dejo algunas imágenes del libro en las que podéis dibujos, frases y reflexiones de Lucía para volcar hacia afuera ese interior que muchas veces preferimos dejar encerrado pero que ella ha sido capaz de sacar en forma de luz.

Esta novela gráfica más que un libro es una experiencia.
La pérdida de un ser querido siempre, de una manera u otra, nos transforma. Por ello, Lucía Be dejó de sentirse identificada con la persona que era y cambió a Lucía Benavent, desde estas páginas nos habla de la enfermedad de su marido, de los días de hospital de ella y sus hijos, de esperar una noticia que nunca llega y que suceda el peor de los finales.
De como retomar tu vida, por ti, por tus hijos, pero también por él.
De volver a buscar el sentido de la vida, de hacer lo que realmente quieres, y de entre todo lo malo sacar lo bonito del día a día.
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Esta intima historia contada de primera mano por Lucía, con notas, dibujos, fotos y sentimientos... muchos sentimientos, tanto de sus hijos como de su pareja y de ella misma.
Conforme avanzaba la lectura me rompía y sanaba a partes iguales. He admirado su fortaleza como madre desde el primer minuto, sus ganas de recuperar sus pasiones y he sufrido muchísimo con lo que significa perder a un padre siendo niño.
Todos lo que hayamos perdido a alguien importante empatizaremos tanto con esta historia de vida...
Gracias Lucía por contar algo tan íntimo y real, por abrirnos tu corazón y arrastrarnos por ese torrente de sentimientos.
Por último, comentar la preciosa edición a la que no le falta detalle.

-Sin que él me viera , me chupaba las lágrimas y me sabían a mar.-

Ya supe que tenía que leer este libro y que iba a ser una lectura imprescindible nada más abrir la primera de sus páginas. El libro comienza con una de mis citas favoritas de siempre, que proviene del libro On the Road de Jack Kerouac. Con más razón, y de obligada lectura, cuando he sido fiel seguidor de Miki Naranja, sabiendo que lo encontraría entre sus páginas.
Tenía la necesidad de adentrarme en este libro; un libro en el que Lucía Benavente se abre en canal y nos deja un universo de emociones.
Con una sensibilidad enorme en cada una de sus páginas, Lucía abarca el duelo por la muerte, a causa de un cáncer, de su marido Miguel Ángel Herranz, un joven y gran poeta conocido en las redes como Miki Naranja. Nunca es justo fallecer tan pronto, pero más aún cuando eres un poeta tan grande y dejas atrás a una familia tan bonita, con cuatro hijos pequeños cargados de vida.
No puedo imaginar lo difícil que debe de haber sido ilustrar y describir en cada pagina momentos tan duros, pero la autora lo hace con tal belleza, que te deja marcado cada ilustración y texto que hay en su interior.
Como se suele decir, The show must go on. Sí, a pesar de las barreras que le pone la vida a Lucía, siente que debe continuar. Poco a poco nos cuenta cómo va retomando su vida, mudándose incluso de Madrid hacia Valencia, lugar donde está su familia y donde vivió su infancia, tras sentir la necesidad de volver cerca del mar. En este lugar, la autora se redescubre a sí misma y ya a una edad adulta se inicia como surfista y skater. Nos deja claro que nunca es tarde ni hay edad para iniciarse en actividades como estas.
Esto me ha recordado a mi adolescencia, aún viviendo en Córdoba y sin el mar cerca, vivía con la carpeta forrada de fotos de surf. Siempre ha sido para mi un sueño a cumplir. Hoy en día, viviendo en Barcelona, con la playa a tan solo 15 minutos, aún no lo he hecho. Este inspirador libro me ha hecho pensar que nunca es tarde, quien sabe si no me lanzo a practicarlo tal como hizo Lucía.
En resumen, me ha encantado cada una de sus páginas, cada pequeña estrella y pájaros que se muestran entre sus textos, sacando una belleza gigante de algo tan duro. Un libro inspirador cargado de lágrimas que saben a sal. Gracias también a @mushiyara por haberme dejado disfrutar de esta gran lectura, ya que le he «robado» este libro.
Enlace: https://www.mrwonderbook.com..

Qué bonito esto que nos ha regalado Lucía, que en este libro deja de ser Lucía Be para pasar a ser ella misma, Lucía Benavente.

Estéticamente es precioso. Reúne dibujos, pinturas, expresión artística en general, a través de la cual la autora realiza una especie de catarsis.

Los textos que acompañan al arte son intensos, tristes, en ocasiones desgarradores, pero transmiten un amor contagioso por la vida. Pese al trasfondo autobiográfico tan triste, queda un poso que te anima a amar la belleza de lo cotidiano. Precioso.