El maravilloso Mago de Oz (Edición Ilustrada)

-De todos modos -dijo el espantapájaros-, yo pediré un cerebro, no un corazón, porque un necio no sabría qué hacer con el corazón, si lo tuviera.

-Yo pediré el corazón-contestó el leñador de hojalata-, porque el cerebro no da la felicidad, y la felicidad es lo mejor del mundo.

-Tienes valor de sobra, estoy seguro-contestó Oz -. Lo único que necesitas es confianza en ti mismo. No hay ser viviente que no tenga miedo cuando se enfrenta al peligro. El verdadero valor radica en enfrentarse al peligro cuando se tiene miedo, y valor de esa clase tienes de sobra.

-Solo con que tuvieras cerebro en la cabeza, serías un hombre igual a cualquiera, y mejor que algunos, incluso. Lo único que vale la pena tener en este mundo es cerebro, tanto si se es cuervo como si se es hombre.

No hay mejor sitio que el propio hogar.

Atrás quedaba el bosque oscuro del que habían salido sanos y salvos… ante ellos se extendía ahora un paisaje soleado y precioso que parecía invitarlos a continuar hasta la Ciudad Esmeralda.

Cuando Dorothy salía a la puerta de casa y miraba alrededor, no veía nada más que la gran pradera gris por todas partes.