El miedo termina por hacernos un nudo en la garganta. Pero llega un momento en el que ya no podemos soportar más ese nudo. Para no ahogarnos, lo tragamos, lo tragamos y decimos «Basta ya», y de pronto, el nudo ha desaparecido. Y ya no tenemos miedo.
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El miedo termina por hacernos un nudo en la garganta. Pero llega un momento en el que ya no podemos soportar más ese nudo. Para no ahogarnos, lo tragamos, lo tragamos y decimos «Basta ya», y de pronto, el nudo ha desaparecido. Y ya no tenemos miedo.
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¿Tengo que creer en Dios? Escuche, Boas. Más allá de esta tierra no hay nada. Y en esta tierra solo hay bestias salvajes. Hombres. Los hombres son bestias salvajes. ¿Acaso no lo sabemos?
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Jugador es aquél que no tiene paz, que no tiene alivio, hasta que se aniquila así mismo. Yo soy un jugador.
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La edad de la inocencia