La jugada final

Por fin vengo con el esperado final de la trilogía Una herencia en juego.

Con esta obra, Jennifer Lynn Barnes da un digno final a una historia que ha logrado atrapar a miles de lectores.

Como siempre, os recuerdo que esta reseña contiene spoilers de las obras anteriores, por lo que es mejor leerla después de haber leído las otras dos.


¿Qué vamos a encontrar en esta novela? Una desaparición, un último juego y el descubrimiento de la verdad.

Ahora que Avery sabe la verdad acerca de Toby y del pasado de su madre, le queda por descubrir la verdad acerca de por qué fue ella la elegida para recibir la herencia. ¿Seguirán los hermanos Hawthorne dispuestos a ayudarla?

Tras su dieciocho cumpleaños y a una semana de cumplir un año viviendo en la mansión, Avery recibe la inesperada visita de Eve, la hija biológica de Toby, quien asegura que el hombre ha sido secuestrado.
Ahora, Avery no solo tratará de encontrar a Toby, sino que tendrá que resolver el último juego que Tobias Hawthorne le dejó y que ha desencadenado la aparición de Eve.

Mentiras, juegos, amor y traición van a verse entremezcladas en esta novela juvenil que resulta sencilla de leer y muy entretenida.


Mensaje de la novela: No hay ningún mensaje oculto en esta novela que la autora quiera transmitir. La obra busca entretener al lector y, sin duda, lo logra.


Personajes: Se sigue apreciando una clara evolución en los personajes de la obra con respecto a las anteriores entregas. En esta ocasión, vamos a poder conocerles en mayor profundidad y veremos cómo van dejando poco a poco atrás su futuro, para poder vivir libremente su presente.

El personaje de Avery, que es quien narra la historia en primera persona, es el que mejor llegamos a conocer y su evolución es la más significativa. Aprende a centrarse también en los demás y no solo en lo que ella está viviendo.

Eve, por su parte, es ese personaje que la autora logra introducir de forma misteriosa, haciendo dudar de sus intenciones al lector de manera constante. ¿Son prejuicios o realmente es como creemos que es?


Lo que más me ha gustado: La historia a rasgos generales y cómo va hilando las tramas hasta llegar a un desenlace.

El desarrollo de los personajes.

La forma en que se mantiene el misterio y cómo los personajes son una incógnita en sí mismos.

El cierre de saga que supone esta novela.


Lo que menos me ha gustado: Los cabos sueltos que deja, pues muchas vueltas dan al principio a los cristales que encontraron al final del libro anterior para no volver a hablar de ellos.

Las partes predecibles (para mí) de la historia.


Conclusión: Sin duda alguna recomiendo esta historia si habéis disfrutado de las anteriores. Se nota una clara mejora y evolución en la narrativa de la autora y es un digno cierre de trilogía.

Ay ay ay. Qué guay, en serio. Una buena amiga me dijo que cada libro tiene su momento, y este es el de esta saga. Qué bien, que entretenido y que buenos ratos estoy pasando. Juegos, enigmas, misterios, y muchos secretos.

Unas relaciones bonitas, sanas, lazos familiares inquebrantables, "no confíes en nadie". Qué más queréis! Es puro fuego este libro, y de nuevo, me sorprende decir que esta saga va mejorando! Tú dices que el primer libro siempre es el mejor, y puede ser oye, pero en este caso vamos in crescendo. Muy recomendable para pasar unos días absorta entre páginas! (Y si, me ha durado un día...otra vez)

Creo que ha sido culpa mía no haberme leído la trilogía seguida, por lo que al comenzar este tercer libro estaba algo perdida con los personajes y demás tramas.
Menos mal que al ir leyéndolo iba recordando cosillas. no hay spoilers en mi reseña.
Pues bien, en este tercera parte, los misterios continúan, alguna trama anterior se resuelve, pero siempre hay algo nuevo que mantiene a nuestros protagonistas entretenidos.
El triángulo amoroso parece que ya se resolvió en el libro anterior...lo cual es una pena, porque Avery no se queda con el chico que yo quería.
Me pasó un poco con los anteriores también, son libros que se leen muy rápido, que pasan de un misterio al siguiente casi sin dejarte pensar en lo que acaba de pasar. Y al final una intriga constante también cansa. Aunque sí que ha habido momentos en los que parece que los protagonistas están disfrutado y descansando, pero sus mentes no paraban de pensar, lo cual hace que tu tampoco pares de darle mil vueltas a todo.
Me parecen un poco lío las uniones de los personajes. Parece que nadie tiene una familia estructurada (normal).

Eso sí, esta historia es super original y entretenida, solo que me esperaba otro final...o al menos saber un poco más de los hermanos Hawthorne.

Lo cierto es que esta partida de ajedrez, ya casi demasiado larga, solo se sostenía por una única incógnita: ¿por qué Avery es la heredera? Ya en la segunda entrega de esta trilogía de investigación, con bastantes toques de salseo, tuvimos una casi respuesta que la autora destrozó delante de nosotros para poder continuar con esta tercera parte.

Así que sí, nos encontramos ante la resolución de incógnita final, pero no os creáis que todo va a quedar en casa. Los contendientes aparecidos en esta tercera parte nos dan más dudas que soluciones y, aunque podemos decir que esta tercera parte cierra, no sé si por torpeza o por estirar el chicle, las soluciones que encontramos se pueden entender de un lado y al contrario. Como el nombre de Hannah.

¿Dónde radica la problemática?

Supongo que quien está leyendo esta reseña ha leído las partes anteriores, pero de no ser así, seré cauta en lo que digo. La problemática principal no tiene que ver tanto con la solución a las incógnitas, sino como con el cómo.

En la primera parte, Avery aterriza en un mundo que desconoce completamente y la acompañamos en ese laberinto de incertidumbres y enigmas, aprendiendo con ella lo que es enfrentarse al intelecto de los Hawthorne. En la segunda parte ya hemos aprendido esto, y lo que nos ofrece la novela es una profundización en los personajes, en sus miedos, sus debilidades y en sus secretos. El lector y la protagonista ya empiezan a sentir que entiende lo que nos rodea, así que podemos adentrarnos más en los personajes.

Sin embargo, en esta tercera parte volvemos a ese punto inicial de no saber nada. La pretensión es hacernos creer que Thobias Hawthorne sabía mucho más que nosotros, era más listo y, por tanto, nos va a volver a pillar. de este modo, los enigmas vuelven a nosotros, pareciéndose entre ellos, pero con un añadido incómodo, no tenemos todas las piezas del puzle. Así, si en las entregas anteriores podíamos jugar con nuestros personajes, en este solo encontramos un giro tras otro tras otro para sorprendernos por algo que, al final, ni nos va ni nos viene, porque nosotros lo que queremos saber es lo de Avery, no lo listo que era el viejo Hawthorne.

No será que…

Ya pongo por delante que mi incomodidad con la novela no va tanto porque no haya podido participar en las incógnitas, sino por la aleatoriedad de las soluciones y las «sacadas de manga» que hemos tenido en esta historia. No obstante, esto no es lo que más me ha frenado en la lectura, sino la relación entre los personajes.

La novela está dividida como en dos partes que, os soy sincera, no sé definir muy bien. Diría que es más o menos a mitad del libro cuando la autora se cansa de dar vueltas a lo mismo y esto mismo es la relación sí no entre los Hawthorne y nuestra protagonista. Como en entregas anteriores tenemos a un Grayson taciturno y atormentado por sus demonios (a pesar de que la entrega anterior casi fue una terapia para él) y un Jameson alocado e impulsivo (de nuevo, en el anterior supuestamente se había tratado si tendencia a no pensar), y, otra vez, a una Avery que quiere querer y salvar a todo el mundo.

Esto podía pasarlo porque, total, es la motivación básica de la romántica, pero lo que más me ha podido ha sido que se ha empleado en los tres libros el mismo recurso que, supuestamente, se había enterrado en cada uno de ellos. Sin querer destripar mucho, el uso de los fantasmas del pasado en esta historia es demasiado, está sobreexplotado y, además, es que no avanza en ningún sentido. El personaje puede decir que lo ha superado como que no porque realmente es que no sucede nada para que pueda o no hacerlo.

Dicho esto…

Dicho esto pues poco me queda por decir. Nos encontramos ante una tercera parte que termina la historia, los flecos que quedaban, que eran pocos, pero que repite fórmulas de los anteriores de manera un poco burda. Sobre los personajes, en vez de evolucionar parece que se han quedado estáticos y los que más podían dar chispa (como Max) desaparecen de la escena.

A nivel de estilo se mantiene en sencillez y cercanía, pero como hemos dicho la construcción deja que desear. Si ya habéis empezado, pues sí os lo recomiendo para quitaros las dudas. Si no habéis empezado la trilogía, os diría que os leyerais la primera parte y que os quedarais ahí. En mi caso ha sido un final un poco chasco, pero no todo puede terminar perfecto. Espero que si os lanzáis a leerla, la disfrutéis de verdad.
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Gran cierre para esta trilogía que, si bien no va a ser una de mis favoritas de thriller juvenil, reconozco que la he disfrutado por su originalidad.
Reconozco que no empecé este libro con muchas expectativas ya que el segundo de la trilogía no acabo de convencerme y, sin embargo, no tengo claro si me quedo con este tercer libro como favorito y su final de infarto (creedme que realmente ha sido un final muy movidito) o con el primero por ser el más original de todos.
Lo que si es verdad es que recomiendo la saga a todos aquellos que quieran leer algo diferente. A los amantes de los acertijos, de las competiciones, de las pruebas...
Si bien el segundo libro me quedó un poco desencantada, este tercero me ha reconciliado con la saga y me alegro que haya sido así porque no quería quedarme con mal sabor de boca.
Del libro en sí no os cuento nada, que al ser tercera parte no os quiero hacer spoiler, pero la autora mantiene el ritmo frenético de los otros libros (cosa que a mí me encanta) y consigue que en varias ocasiones se te quede la boca abierta leyéndolo porque no sabes por dónde te ha venido (cosa que también me encanta).
Los personajes considero que están muy bien creados y valoro que el interés por la historia no decae en ningún momento, la autora sabe mantener la intriga y consigue que te introduzcas de lleno en la novela.