Los crímenes de la carretera

Abrí este libro porque me lo recomendó un amigo, vi que era muy largo, lo cerré. Lo volví a abrir, pero entonces se coló otro libro de reciente publicación y se quedó otra vez en la cola.
Por fin, me propuse quitármelo y la verdad, me ha costado mucho engancharme a la trama porque los cambios continuos de puntos de vista y tiempo me sacaban continuamente de la historia y tenía que volver a situarme. No ha sido hasta pasada la página 150 cuando he podido enlazar todo lo que estaba leyendo, ya empezada la segunda parte. He estado a punto de abandonar un par de veces, pero había visto tan buenas puntuaciones que me he resistido hasta el final, y me alegro de ello.
Estructurado en capítulos cortos narrados por distintos personajes. Tras ese mal comienzo, me he dejado llevar en este thriller en el que la acción tiene una velocidad vertiginosa y el suspense está muy bien dosificado, aunque me han sobrado un par de giros, pero eso va a gusto del consumidor. He sido partícipe de la caza de un asesino en serie, cosa que a los que nos gusta leer sobre crímenes siempre gusta, pero las persecuciones se han vuelto repetitivas y se han alargado sin mucho motivo. No he llegado a estar enganchada realmente a la trama, en cuanto me descuidaba, me encontraba pensando en alguna otra lectura pendiente.
Estoy segura de que no ha sido el momento ideal para leerlo, es una época de mucho ajetreo y poco silencio. El tiempo que tenemos para leer es tan limitado, que ocuparlo en un libro que necesita tanto esfuerzo para mantener la atención no es la mejor opción. Porque me gustó mucho más “El cuarto mono” y comenzar con las expectativas tan altas me ha jugado una mala pasada, porque la lectura se me he hecho lenta y pesada y porque no lo volvería a leer, no voy a recomendarlo.