La quinta víctima

La quinta víctima es la segunda entrega de la trilogía El asesino del cuarto mono, algo que no sabía cuando comencé a leer El cuarto mono.
Que se trata de una trilogía es algo que nos dice la propia editorial dentro de la biografía del autor en la solapa interior de la novela. Es algo que deja muy claro el autor en esta novela, pues la última palabra de la misma es: «Concluirá…»

Segundas partes… No voy a decir que La quinta víctima sea una mala novela, porque a mí no me lo ha parecido. Pero sí puedo decir que en mi opinión, no está a la altura de la anterior, o con esa sensación me quedé al terminar su lectura.
No es infrecuente en el caso de las trilogías, que tras una primera novela espectacular, la segunda no es tan redonda a la espera del cierre definitivo, en lo que suele ser también una gran novela.
Mientras que El cuarto mono era una novela que, pese a tener un final abierto quedaba bien cerrado el caso, no es eso lo que vamos a encontrarnos con La quinta víctima, no porque no deje este caso bien cerrado, sino porque al final de su lectura tendremos más preguntas sin resolver que al terminar la novela anterior. Algo que sin duda se resolverá en la próxima entrega, pero que a mí por lo menos me ha dejado con una sensación rara.

Por otra parte, el papel de Bishop es mucho menor en esta novela y hay que reconocer que gran parte del atractivo de la anterior era ese diario en el que el asesino nos iba desvelando, siempre supuestamente, su infancia, la relación con su padre y con su madre, ambos muy peculiares en su modo de comportarse y que en cierto modo explicaban el por qué de la personalidad del asesino.
Aunque en la segunda mitad de la novela vuelve a estar más presente Bishop y conoceremos algo más (tampoco mucho) de lo que pasó con su vida a partir de los hechos con los que acababa el diario que conocimos en la anterior. Tal vez por eso, es mucho más interesante la segunda parte de la quinta víctima que su comienzo.

El desarrollo de la nueva trama obedece a alguna de las reglas más clásicas de la novela negra, porque sí conocemos quién es el que está secuestrando y asesinando a las niñas, porque se nos muestra de un modo paralelo a la investigación qué es lo que está sucediendo con ellas y qué es lo que está haciendo.
Desde ese punto de vista no hay misterio. La fuerza de la intriga entonces se basa en saber el por qué de ese extraño comportamiento por parte del asesino. Algo que no queda totalmente desvelado al terminar esta segunda entrega. de ahí esa extraña sensación que me quedó al llegar al final y ver la última palabra de la novela: «Concluirá…»


Un aviso importante. Mientras que en otras series de novela negra puedes leer alguna de las novelas de la serie sin haber leído las anteriores, no es el caso de la quinta víctima. Creo que si no has leído El cuarto mono, vas a estar bastante perdido en esta novela y además en cierto modo habrás estropeado la lectura de la anterior si te decides a leerla después.
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