El cuarto mono

Si hay un profesional en la sala seguro que estará encantado de tratarme, pero ojo, soy alérgico a pagar la cuenta.

A mi, la familia psicópata en la que crece CM( cuarto mono, osea, el malo) me enternece. Dan ganas de abrazarlos. En especial la figura de padre, hombre sádico donde los haya, pero tierno con su hijo.
Me encanta cuando le revuelve el pelo a su retoño y le llama campeón mientras cometen alguna barbaridad. Tan dulces. Tan despiadados.
Son los osos amorosos del crimen. ❤❤❤.

El cuarto mono es un thriller con algún cliché y sin embargo muy original.

La novela utiliza dos técnicas. Por un lado la investigación normal de un asesino en serie, donde, todo hay que decirlo, los detectives son muy simpáticos pero siempre están a años luz de la resolución. Menos mal que hijo, ha ido dejando pistas para ayudarlos porque de otra forma estos no encuentran a un elefante (de los grandes) en un gallinero. Tan solo Espinosa en la parte policial se gana el sueldo. Cumple con su grupo de asalto reventando puertas a diestro y siniestro.

La otra técnica y en mi opinión la que multiplica la calidad del texto por cien, es el diario de nuestro campeón.

Sublime, conjugación exquisita, maridaje perfecto entre el amor, calor del hogar, las buenas maneras y sangre, ratas, carnicería, charcutería y casquería selecta. Entre gore y algodón de azúcar.

Barker acude sin abusar a un humor simple, de los chinos, pero con la habilidad de colocar el chiste en el lugar preciso y sorprende.

Como abrir un vino blanco en envase de cartón y en lugar de vinagre, paladear sauvignon. (que no es que sea la leche, pero en francés suena como muy tres bien).

Como viene siendo habitual en estas sagas, el final incita a comprar y devorar la segunda parte. Sigue a rajatabla el arte del buen vender.

Aquí quiero romper una lanza. ¿Os imagináis una novela policial de 1500 páginas? ¿Os la imagináis de Javier Castillo? ( acaba de subir el índice de suicidios)
O eres King, o mejor partirla en tres.

Los giros son pocos, pero bien avenidos. Normalmente intento acertar quien es el malo o cual es el secreto de la historia con pésimos resultados basándose o bien en personajes que no pintan nada, o lo que se puede intuir. Si he acertado o no, lo sabe mi compañera de lectura.

Como no pienso desvelar nada acerca del argumento, solo diré que el autor sabe jugar al despiste, a veces lo previsible se cumple, otras no.
¿Cuándo? Ahhhhhh....


Con todo es una buena novela que se lee con rapidez y hambre (de páginas, o de ratas, al gusto)
Vamos, ¡qué te lo leas coño!