A pesar de ser un libro tan breve transmite una intensidad muy fuerte, ya sea por la historia que se narra o por la manera de escribir tan sentida del autor. Se tocan los temas referentes a la comercialización de la seda, el viaje del protagonista a tierras japonesas, la inminente guerra de la segunda mitad de siglo XIX, la perdida, el amor, etc. Las pinceladas al romance están llenas de sensibilidad, de sentimientos desconsolados y de intensidad; algo tan fuerte que se forma solo a base de miradas y de lo que estas pueden llegar a transmitir. Un amor prohibido, idealizado y pasional. La nostalgia es protagonista y con ella se perfila la magia de esta novela, tan rica y concisa a la par que irreal y simbólica. Los capítulos tan cortos y con algunas repeticiones dotan a la narración de una harmonía y musicalidad que un buen lector siempre va a apreciar. Como bien dice el autor ésta novela tiene música blanca, y la música blanca al igual que extraña es también una música muy difícil de conseguir. |