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Crítica de Celeste_Lightwood


Celeste_Lightwood
22 June 2021
Alina ha descubierto que el Oscuro no es trigo limpio y que sus promesas de utilizar su poder como Invocadora del Sol para terminar de una vez por todas con la amenaza de la Sombra eran mentira. Su único objetivo era vincular a Alina a su propio poder mediante el amplificador del ciervo de Morozova y así controlar la invocación de la luz para sus propósitos, siendo aún más poderoso. Saber cuáles son las verdaderas intenciones del Oscuro destroza a Alina, que había comenzado incluso a sentir algo por él, y decide que la única forma de ponerse a salvo ella y su poder y, además, de evitar que el Oscuro la utilice, es huir de Ravka junto con Mal, su mejor amigo, y alejarse para empezar una nueva vida en un lugar donde no pueda encontrarla. Aunque parece que por fin se van a librar de los Grisha y que ambos pueden comenzar desde cero sin que nadie sepa de su pasado, Alina sabe que no puede escapar para siempre y rehuir del Oscuro y pronto sus sospechas se harán realidad cuando él la encuentre y la arrastre de vuelta bajo la amenaza de dañar a Mal si Alina se niega. En este nuevo viaje, la Invocadora del Sol se topará con un inesperado aliado, Nikolai, que se pondrá de su parte y la ayudará a derrotar al Oscuro, apelando para ello al descontento de la población provocado por su abuso de poder. Ahora Alina sabe que ella es la única capaz de plantarle cara al Oscuro y que si quiere acabar con su tiranía debe fortalecer su propio poder y formar su propio ejército para luchar contra las fuerzas de la oscuridad y darle una nueva esperanza a la humanidad.

Sombra y hueso fue una novela que disfruté a pesar de que tenía sus fallos y de que sentía que había elementos muy mejorables. Quizá fuer por el hype o por la novedad, pero no me costó demasiado echar a un lado todas esas cosas que me chirriaban y limitarme a disfrutar de la historia. No obstante, no tuve la misma suerte con esta segunda parte. Asedio y tormenta me pareció mucho más lenta que el inicio de la trilogía y se nota clarísimamente que este libro es un puente entre el principio y el final de la historia, por lo que no sucede gran cosa hasta casi los últimos capítulos, donde todo parece precipitarse.

Alina es consciente de que sola es incapaz de enfrentarse al Oscuro por la gran influencia que este ejerce sobre ella gracias al amplificador del ciervo de Morozova y porque el poder de este es infinitamente más grande que el suyo. Es por esto que decide buscar aliados con la ayuda de Nikolai y atraer adeptos a su causa. La admiración que sentía el pueblo ante la protección que les ofrecía el Oscuro se desvanece por completo cuando este use el poder amplificado de Alina, en contra de su voluntad, para ahogar en la Sombra a sus enemigos, por lo que pronto se pondrán en su contra. Asimismo, al Primer Ejército, los soldados como tal, no les hace gracia la sublevación del Oscuro y, por ende, de sus Grisha, quienes siempre han sido considerados como soldados de segunda categoría debido a la desconfianza que existe alrededor de la Pequeña Ciencia y de las capacidades de los Grisha. Así pues, en cuanto Alina se posiciona en contra del Oscuro, pronto engrosará sus filas con nuevos e inesperados aliados. Esto se resume en que este libro trata acerca de cómo Alina construye su propio ejército y lo organiza para poder pelear en igualdad de condiciones en contra del Oscuro. Por eso, este libro es bastante lento porque, al margen del plan de guerra y de cómo los rebeldes se aglutinan en torno a la Invocadora del Sol, no pasa nada más. Lo único interesante es la búsqueda de Alina de nuevos amplificadores que puedan igualar su poder al del Oscuro para así tener una oportunidad real de derrotarlo y aún así también se me antojó bastante aburrida.

Añadida a la lentitud de la trama tenemos lo predecible que es. La evolución que experimenta Alina la hemos visto en otros tantos personajes femeninos protagonistas de fantasías y/o distopías, por lo que es un cambio que no me pilló por sorpresa. Todo lo que hace, dice o piensa es bastante cliché de la construcción de protagonistas que se hacía a principios del 2010 y si bien eso no fue un impedimento durante el primer libro, a pesar de que dichos clichés también eran muy evidentes, sí que lo ha sido en esta segunda parte porque al no estar sucediendo nada relevante en la historia, los puntos flojos del libro se me hicieron más evidentes. Todavía no sé qué pensar del personaje de Alina, no sé si me gusta o no porque hay veces que su arrojo y su fuerza me entusiasman, pero en otras ocasiones me resulta un tanto insoportable, sobre todo en lo que se refiere a su obsesión por el Oscuro. En general, me parece un personaje inconsistente porque a veces se comporta de una manera inmadura acorde con su edad, pero en cambio en otras toma decisiones trascendentales que le dan un toque más adulto, así que para mí Alina me resulta difícil de descifrar. Por su parte, tenemos a Mal, su mejor amigo, cuya presencia durante el primer libro fue casi anecdótica a excepción de los últimos capítulos. En esta segunda parte tiene más peso, pero tampoco tanto. Sinceramente, creo que estos libros habrían ganado mucho más si Alina no fuera la narradora principal y la autora hubiera alternado entre diferentes puntos de vista, tal y como se ha hecho en la serie. de esta manera, habría empatizado mucho más con Mal y me habría resultado un personaje más interesante de lo que es. Mi problema con Mal en este libro, más bien con la relación Alina-Mal, es que me parece calcada a lo que sucede en Los juegos del hambre cuando Katniss de repente se ve como líder de una revolución. Siento que el triángulo Alina-Mal-Oscuro va por unos derroteros similares y eso ha hecho que los problemas e interacciones entre estos tres personajes no me hayan sorprendido demasiado. En esta ocasión, sí que he llegado a empatizar más con Mal porque, como he dicho, tiene más presencia en la historia, pero siento que es un personaje que solo existe y es importante en los momentos en los que la autora lo desea, no que forme parte como tal del libro porque solo tiene voz real cuando parece que es necesario para que la trama avance.

Del Oscuro no os puedo contar mucho porque en Asedio y tormenta es más bien una sombra que está siempre presente, pero no tiene una implicación real. Ha experimentado el típico desarrollo de villano que hemos visto hasta la saciedad en otras novelas juveniles y la verdad es que no me queda muy claro cuáles son sus motivaciones para hacerlo que hace, más allá de una ambición inmensa de poder y de una obsesión por Alina, obsesión que existe en ambas direcciones. Como he comentado más arriba, el personaje más interesante es Nikolai, un pirata que al principio parece estar del lado del Oscuro, pero que esconde muchísimo más de lo que parece y cuya personalidad y forma de actuar me ha encantado. Ahora bien, no me gusta para nada la dirección que está tomando el tándem Alina-Nikolai y espero que me equivoque y no suceda lo que yo creo en el tercer libro.

Respecto al final, ya he dicho que siento que todo se precipita demasiado en los últimos capítulos. El ritmo lento que adolece toda la novela de repente se vuelve frenético y aunque esto por lo general no me gusta, lo cierto es que consiguió mantenerme enganchada, me sorprendió y, lo más importante, me dejó con ganas de saber cómo se desarrollan las cosas en la última parte de la trilogía.

Asedio y tormenta es un puente entre Sombra y hueso y Ruina y ascenso y eso se nota conforme vas leyendo. La trama avanza lenta, prácticamente no ocurre nada y el hecho de que esté construida de tal manera que se parece a muchas otras novelas juveniles de similares características ha hecho que se me antojara bastante predecible. Aun así, he disfrutado bastante de esta segunda parte y tengo ganas de saber cómo concluye esta trilogía.
Enlace: https://notodoesfantasia.blo..
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