El asesino inconformista

Hace ya unas semanas que me terminé este libro, pero he tenido que reposarlo, analizarlo y ordenar en mi cabeza tantas cosas que no he podido subir la reseña hasta tener más o menos claro lo que su lectura me ha suscitado.
Si esperas una novela negra al uso, debes pensártelo dos veces antes de elegir este libro, porque Carlos Bardem aquí, no usa clichés, no hay detectives que buscan incansablemente al asesino o que intentan resolver cada uno de los casos, no. Aquí el autor nos muestra a un hombre bien parecido, educado, enamorado que se dedica a asesinar corruptos de una forma muy profesional, porque considera que esa gente no debe formar parte de un mundo donde los pobres, los inmigrantes... sean carne de cañón para estos sujetos que solo piensan en ellos mismos a costa de los demás. Sí, hay mucha crítica política y social en esta novela, pero también hay amor. Un amor inmenso hacia una mujer que no conoce los asuntos de su amado, pero ni le interesan, es tal la pasión que se profesan que no pueden vivir el uno sin el otro, pero sin entrar en detalles personales que quizá puedan estropear ese romance tan apasionado.
Nuestro protagonista se llama Fortunato, su amor, Claudita. Su gancho, ¿Qué más da? Unas veces Fernández, otras Gutiérrez. No importa, basta con que ponga a Nino Bravo a toda voz, para que Fortunato reciba el encargo y mate por dinero.
Bardem, con una pluma inmejorable y como ya me pasó con Mongo Blanco, hace que sientas simpatía por el protagonista, sí, por el asesino, porque narra su infancia, su adolescencia, de dónde viene y quizá, porque todos tenemos dentro un ser despreciable que sale cuando una historia está bien narrada, pero es cuando vuelves a la realidad que te dices: "es un asesino, no se puede empatizar con un asesino"... Y son cuestiones como estas, las que hacen que tengas que macerar la novela una vez la has leído.
La recomiendo mucho, a todos, a todas, a todes. Bueno, si eres de Vox... ¿O quizá sí?
Leedla, y sacad vosotros mismos vuestras propias conclusiones. Lo que sí está claro es que indiferentes no os va a dejar.