Disfraces terribles

“Todo lector es un voyeur, un mirón que, aunque nunca se atrevería a espiar por el ojo de una cerradura o escuchar tras la puerta cerrada, deriva su placer de asistir a conversaciones privadas, a actos íntimos de lujuria, de crueldad, de vergüenza o de sangre. Y todo investigador, aunque sea literario, es un detective, un prívate eye, como dicen esas novelas americanas que han comprendido lo que se oculta en la base de toda investigación: the eye, el ojo que observa y registra y recuerda.”

Cuando un libro de Elia llega a mis manos, se antes de abrir la primera página que es una historia que voy a disfrutar.
Podéis pensar que es porque esta autora es una de mis debilidades, que lo es, pero que lo sea se debe a una serie de razones que he encontrado en todas sus historias y que en esta, obviamente, también se cumplen.
- Los personajes de Elia son redondos, da igual su edad y su sexo. Son personajes reales, trabajados… personas de las que encontramos con frecuencia en nuestra vida diaria, personas complejas, que no son todo lo bueno o lo malo que vemos de ellas, personas con sus luces y sus sombras. Sombras y luces que la autora va mostrándonos paulatinamente a lo largo de las páginas y que nos hacen tener una visión completa de cada uno de ellos.

“Uno siempre quiere comprender a los seres que le rodean, pero siempre es en vano. A veces no se comprende uno ni a sí mismo…”

- Porque no encontramos siempre ante historias llenas de secretos y malentendidos que llevan a esos personajes a reaccionar de una manera o de otra. de algunas cuyas razones no entendemos en ese momento, pero que la autora, a través de sus palabras conseguirá que comprendamos.

“Cada uno de los participantes en aquella historia tenía un fragmento básico para completar el rompecabezas que, sin embargo, nunca había querido compartir con los demás.”

“Toda la vida nos separó un estúpido malentendido que ni siquiera he llegado a saber nunca cómo se produjo.”

- Porque hace que los sentimientos invadan, no sólo las páginas de esta novela, sino que te sacudan a ti a través de cada palabra y cada frase que nos regala.

“- Tiene que darse cuenta de que las personas cambian con el tiempo, de que el Raúl de quien le voy a hablar es un Raúl diferente en cada momento de su vida. Y de la mía. Verá que hay incoherencias, actos faltos de lógica, locuras inexplicables, pero es que la vida no es una novela donde quedan atados todos los cabos y donde todo avanza cohesionadamente hacia un final significativo y ya previsto por el autor.”

- Porque leer su prosa es un regalo para los sentidos, porque es un placer el cuidado con el que trata las letras en cada frase que escribe.

“La memoria es como un jardín oscuro, pensó, uno de esos jardines sombríos, orientados al norte, que solo permiten cultivar determinadas clases de plantas, plantas de sombra casi todas, que brotan trabajosamente y crecen con dificultad estirándose hacia arriba, en busca de la luz que se les niega.”

- Porque, como en cada novela, en esta, ha conseguido sorprenderme con sus personajes, con su trama y con su final.

“Comprenderás que a veces la mentira es necesaria y los secretos son una carga que hay que arrastrar para no entorpecer con su peso el camino de las personas que amamos.”

Y vuelvo al eje de todas las novelas que he leído de Elia, y es que son libros llenos de secretos ocultos durante décadas, son juegos en el que los lectores conseguiremos saber toda la verdad, pero los personajes sólo conocerán una parte.
Y es que, a través de su escritura Elia explica como nadie una frase que es una máxima en mi vida, no existe una verdad, porque cada uno tiene la suya, que no es menos verdad que la del otro. A través de las vivencias y las reflexiones de los distintos personajes descubrimos verdades, a menudo, totalmente contrapuestas, pero cada una de ellas irrefutables para cada personaje. Y junto a esta otra verdad, la incomunicación que sólo crea muros entre las personas, ese cavilar sobre lo que creemos sin cotejarlo con lo que sabe el otro y que hace inamovibles nuestros pensamientos y sobre todo nuestros sentimientos, que en muchos casos, trastocan del amor al odio o, en el mejor de los casos a la desconfianza.

“- Dios mío, nunca supimos nada de él, nada de lo realmente importante. Compartimos toda nuestra vida con un desconocido.”

Y a pesar de todas estas notas en común, cada novela es única y te hace disfrutar de forma única y te atrapan en el. Momento que empiezas su lectura y te hacen enamorarte de cada personaje u odiarlo con el mimo ímpetu desde las primeras líneas.
He de reconocer que en esta novela mi enamoramiento de entrada fue para Ari, ese personaje un poco ingenuo que busca la verdad del escritor al que idolatra.

“Era que con Amelia se sentía tan joven, en todo el sentido negativo que la juventud podía tener, tan inocente, tan transparente, que siempre sería ella la parte fuerte, la que decidiera, la que podría concederle o negarle lo que deseara, como había hecho con ella Raúl (“Raúl tenía la potestad de las divinidades – recordó-, dar el placer absoluto, retirarlo, dar el dolor absoluto”), y él no quería eso para su propia vida, no quería que nadie tuviera ese poder.”

Amelia, sin embargo, no fue de mis preferidas, me parecía pretenciosa y altiva, , una arpía despiadada, aunque esa imagen va transformándose a medida que las páginas avanzan.

“- ¿No te diste cuenta de que Amelia solo contaba lo que quería contar? Amelia podía ser una esfinge. Yo la conocí toda una vida y sé que hay cientos de cosas que nunca llegaré a entender. ¡Y mira que nunca me he privado de preguntar!.”

Andre e Yves transmiten la imagen de amigos fieles a los que todos queremos en nuestra vida.
Y Raúl, nuestro gran Raúl, que va siendo dibujado por todos como el escritor perfecto, más allá, como el hombre perfecto, y que va perdiendo, poco a poco, esa capa de perfección para convertirse en un hombre más, con más sombras que luces, un artista, con lo mejor y lo peor que comporta la fama.

“Los seres como Raúl no pueden ser celosos porque eso implicaría reconocer que existe en el mundo alguien mejor que ellos mismos.”

Y si los personajes me han parecido sublimes, que voy a decir de los escenarios. Aunque la novela se mueve por distintos paisajes, su eje central es París, ese París del que yo me enamore la primera vez que pisé sus calles y que he recorrido de nuevo de la mano de la autora, disfrutando sus calles como si mis pies recorrieran su suelo.
Estamos ante una reedición de una novela que Elia escribió hace más de 20 años, pero en la que, como en cada una de sus novelas, aborda temas, que, pasé el tiempo que pasé, siguen siendo actualidad. El amor y el odio, la culpa, el miedo a lo que los demás pensarán y sentirán por nosotros, el éxito y el fracaso, la sexualidad en todos sus ámbitos, heterosexual, homosexual, bisexual, entre personas con enormes diferencias de edad, la escritura femenina, la política, la escritura en todos sus ámbitos, como profesión, como divertimento, como forma de vida…
Y si después de todo lo dicho no he despertado vuestras ganas de acercaros a esta novela es, evidentemente, porque no he sido capaz de transmitir fielmente todo lo que me ha transmitido esta historia, así que, os invito a leerla y que me contéis.

“No se puede vivir siempre arrastrando una culpa, y por eso nos la ocultamos a nosotros mismos hasta que se difumina en nuestro interior, hasta que viene alguien y, como un niño con un palito, empieza a hurgar en lo que tanto trabajo nos ha costado entrar en el jardín trasero.”

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Cada lector tiene sus autores fetiches. Esos escritores cuyos libros lee según se van publicando; en la mayoría de los casos, sin saber siquiera de qué van. Yo tengo varios y Elia Barceló es una de ellas. Todas sus novelas me han gustado mucho; unas más que otras, obviamente, pero ninguna me ha decepcionado. Y es que me gustan sus historias y la forma tan bonita que tiene de contarlas. Así que por eso os traigo hoy la reseña de “Disfraces terribles”, un libro que ha reeditado Roca hace poco.

Ariel Lenormand es un profesor que está escribiendo la biografía de su escritor favorito: el argentino Raúl de la Torre. Para ello, se traslada unos meses a París, ciudad en la que el escritor vivió desde que era un niño. Allí publicó sus cuentos y poemas y las dos novelas por las que es mundialmente conocido. Allí vivió con su mujer, Amelia. Y allí hizo pública, años después, su homosexualidad.

Ariel, Ari, conocerá a Amelia que aún vive y a André, el editor y amigo íntimo del autor. Ari conversará con ellos y con otras personas que conocieron al escritor y acaba por obsesionarse con él, máxime cuando se da cuenta de que hay misterios en la vida de Raúl de los que nadie que le conoció quiere hablar.

“Disfraces terribles” es una novela muy metaliteraria en la que Elia Barceló nos habla de escritores y sus obras. Raúl de la Torre fue un afamado escritor pero también su esposa Amelia lo era (lo es) y el propio Ari, al fin y al cabo, está escribiendo su biografía. Ari es filólogo y siempre ha admirado muchísimo a Raúl de la Torre. Sus relatos y poemas son maravillosos y sus dos novelas son obras de arte. Pero hay cosas de su vida personal que siempre le han resultado extrañas y que ha de aclarar si quiere elaborar una biografía consistente. Por ejemplo, ¿por qué, de repente, se divorció de Amelia? ¿Por qué se casó con Amanda y cómo murió realmente esta?

A la manera de un investigador literario, Ari va –a través de entrevistas con Amelia, André e Yves- y tras el descubrimiento de ciertos documentos, haciéndose una idea de quién era realmente Raúl de la Torre. Se irá dando cuenta de que hay muchas lagunas que cubrir, respuestas que encontrar y misterios que resolver. ¿Por qué quienes le conocieron tienen una imagen tan idealizada de él? Y, ¿por qué a Ari siempre le queda la sensación de que no le cuentan todo? ¿Qué esconden?

Como siempre tratándose de una novela de Elia, uno de los puntos fuertes de la novela son sus personajes. Magníficamente construidos, todos ellos traspasan el papel, haciéndose reales. Los protagonistas son Ari, Raúl y Amelia, tres personajes maravilloso. Es curioso cómo todo gira en torno a Raúl, el genio, al que todo el mundo adora (su mujer Amelia –a pesar de que se separó de ella sin motivo y otras traiciones que no os voy a contar-, su editor y amigo íntimo André y su biógrafo Ari) y, sin embargo, según avanza la novela me da la sensación de que Raúl se va haciendo más pequeño y los otros dos más grandes. al menos, desde mi percepción, probablemente influida por el hecho de que cada vez me iba cayendo peor Raúl y mejor los otros dos protagonistas. Suelen decir que detrás de cada hombre hay una gran mujer pero, ¿y si la mujer es aún más grande? Eso ha sido para mí Amelia, un personaje potentísimo que me iba gustando más y más según la iba conociendo. A Amelia la conocemos en la actualidad, una mujer de más de sesenta años y con una fuerte personalidad, pero también la conoceremos a través de continuos flashbacks, desde que siendo una jovencita se enamoró de Raúl. La vemos crecer como mujer y como personaje, hasta convertirse en el pilar de toda la novela. Porque, por mucho que la biografía se escriba sobre Raúl, el que tuvo éxito, el genio, Amelia le da mil vueltas.

Si los personajes son buenos, la historia no se queda corta. Siempre me pasa igual con las novelas de Elia: sus tramas son aparentemente sencillas, parece que podrían resumirse en unas cuantas líneas. Pero, como si de una cebolla se tratara, poco a poco se va despojando de las múltiples capas que tiene y al final vemos que de sencilla nada. Esa será la labor de Ari: ir quitando una capa tras otra y, como en las cebollas, cada una picará más que la otra, emocionará más, nos llegará más adentro. Porque esta es también una novela de sentimientos. Quizás no tan dura como alguna otra de la autora, pero igualmente emocionante. al menos yo, para no variar, la he terminado con lágrimas de emoción en los ojos.

Y vamos con el tercer pilar de las novelas de Elia: la maravillosa forma que tiene de escribir. Creo que esta autora se pone a escribir la lista de la compra y conseguiría emocionarnos. No sé cómo lo hace pero a mí siempre consigue meterme de lleno en sus historias y vivirlas desde dentro. En esta me costó un poquito: los continuos saltos entre el presente y el pasado, siempre con los mismos personajes (salvo Ari que sólo sale en el presente) hicieron que me costase un poco hacerme con la historia y con los personajes. Pero, en cuanto me zambullí de lleno en la novela, fue ganando cada vez más hasta que llegué al final. Un final precioso y que nunca hubiese querido que llegara porque me ha costado despedirme de los personajes.

Conclusión final

En fin, creo que resulta evidente lo mucho que me ha gustado mucho esta novela. Una historia sencilla y compleja a la vez, que avanza a su ritmo (que no se puede calificar de lento ni de rápido pero que es, sin duda, el adecuado, el que la historia demanda) y con unos personajes inolvidables. Va de cabeza a la lista de mis mejores lecturas del año.



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Elia Barceló es una de esas autoras que siempre me ha gustado leer, una autora polifacética que igual nos deleita con una historia de ciencia ficción, fantástica o de terror como se marca una novela negra o una historia infantil o juvenil. Para mí siempre es un placer leerla porque por encima del género literario siempre destaco su maravillosa prosa, su forma extraordinaria de crear historias y de hacer disfrutar a sus lectores.

En esta ocasión Elia nos trae “Disfraces terribles” que es un relanzamiento de una de sus obras más exitosas en el extranjero y editada ahora por Roca Editorial, su sello en nuestro país.

El profesor Ariel Lenormand recibe el encargo de escribir la biografía del brillante escritor argentino, afincado en París, Raúl de la Torre ya fallecido. Lenormand es un filólogo estudioso de la obra del autor y se desplaza hasta la capital francesa con la intención de entrevistarse con todos aquellos que lo conocieron y poder conocer de primera mano cómo fue su vida.

Para reconstruir la vida del escritor hay tres personas de vital importancia: Amelia, André y Yves. Amelia es la primera esposa de Raúl que también se dedica a la escritura pero para público infantil, André es su primer editor y Yves es médico forense y pareja sentimental de André. Todos tienen mucho que contar y mucho que callar.

Lenormand se encuentra con una tarea difícil ya que en lugar de ir desvelando momentos de la vida de Raúl se va encontrando con misterios y secretos cada vez que abre una puerta o un cajón. Estos hallazgos inesperados harán que la idea inicial que tenía acerca de Raúl cambie de forma radical y se abra un debate interno acerca de la obra de este gran autor.

Elia Barceló nos presenta en “Disfraces terribles” diferentes planos temporales, vamos cambiando de la época actual a pasos hacia el pasado contado por la memoria de aquellos que vivieron con él sus años más brillantes.

Como nos tiene acostumbrados la autora los escenarios escogidos para sus novelas llegan a ser una parte fundamental de la misma e incluso se convierten en esos escenarios que los lectores ansiamos visitar para situarnos, más si cabe, dentro de la novela. Porque Elia sabe cómo describirnos cada lugar, como llevar al lector de la mano por cada rincón y sentirnos como un viandante más que agazapado detrás de una esquina observa todo lo que pasa. En esta ocasión nos trasladamos a París, ese lugar que siempre ha sido admiración de intelectos, de bohemios y de artistas que se refugiaban en sus barrios.

Y como decimos somos espectadores de todo lo que pasa porque Elia se vale de un narrador omnisciente para contarnos todo aquello que los protagonistas desconocen, tanto del presente como del pasado. al final sabemos mucho más que ellos pero la autora ha destapado sus cartas demasiado pronto, hay algo que ha sido demasiado predecible.

Por otra parte, Elia también se vale de la primera persona a manos de Amelia que en forma de diario nos va contando detalles de su vida compartida con Raúl de la Torre, de esta forma los lectores siempre vamos un paso por delante.

Elia es una maestra en crear tramas, nada deja al hacer, todo está perfectamente creado y dibujado en su mente y de esta forma consigue sorprendernos. “Disfraces terribles” tiene algo de intriga y hay momentos en los que la novela se convierte en un juego de detectives para intentar esclarecer ciertos momentos “oscuros” de la vida de Raúl, un juego que encaja perfectamente en la trama y que me ha gustado mucho, nada queda sin cerrar todo tiene su motivo y se irá descubriendo poco a poco.

Los personajes son maravillosos y levantarán amores y fobias entre los lectores. Ariel Lenormand es el eje de la trama alrededor del que giran el resto de personajes. Todos ricos en matices, dibujados con un trazo fino por su autora que ha sabido crearlos de forma sublime y dotarlos de cualidades únicas y adecuadas para la época en la que nos encontramos, mágico.

En definitiva, “Disfraces terribles” se ha convertido en una de esas lecturas con la que cualquier lector va a disfrutar. Una trama interesante, con dosis de misterio, unos personajes maravillosos que llenan las páginas del libro y todo ello regado con la sutil, inteligente y afinada prosa de Elia harán las delicias de cualquiera que quiera dejarse llevar por las páginas de este gran libro.

Os dejo para finalizar una frase que me ha gustado y resume parte de la historia, una novela en la que se destapa la parte oculta de los escritores, donde todo no es fama y poder donde las miserias forman parte del día a día, una novela sobre la memoria.

“¿Qué es el recuerdo sino una fábula, lo que nos hemos contado a nosotros mismos a partir de los fragmentos que aún conservamos de lo que sucedió?”
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-"En lɑ vidɑ, como en lɑs cenɑs, nos empeñɑmos en cɾeeɾ que lo mejoɾ es lo que estɑ poɾ llegɑɾ. Lo mɑlo es que en lɑ vidɑ, ɑl contɾɑɾio que en lɑs cenɑs, nuncɑ sɑbemos cuɑntos plɑtos nos quedɑn todɑviɑ pɑɾɑ ɑcɑbɑɾ el menu."-
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En Disfraces terribles Ari intenta hacer una biografía (casi una investigación policial) de un escritor fallecido basándose en entrevistas con personas que fueron importantes en su vida.
Ha sido un libro para mi demasiado extenso; considero que tiene una trama muy buena, aunque un poco enrevesada.
Para mi gusto creo que excede de páginas, con un número inferior hubiese captado muchísimo mas mi atención.
La historia es original y muy bien escrita, aunque todo se resuelve en la últimas páginas.
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SINOPSIS 🔫
El prestigioso cuentista argentino Raúl de la Torre salto a la fama al publicar su primera novela. Su popularidad como novelista creció con sus siguientes obras, su segundo e inesperado matrimonio y su implicación política.
Todo ello lo coloca en el punto de mira de las crónicas de sociedad y mucho más cuando decide descubrir públicamente su homosexualidad o cuando se conoce su suicidio de un disparo.
Muchos años después Ariel Lenormand se embarca en la biografía del escritor entrevistando a quienes lo conocieron, sobre todo Amelia, su desconcertante y sofisticada primera esposa,compañera y apoyo.
Pero el misterioso mundo que rodea al escritor amenaza con invadir la vida del biógrafo.
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Una vez mas, he comprado esta novela de Elia Barceló,sin leer su sinopsis y otra vez ha vuelto a impresionarme la trama, diferente estilo en cada libro pero todos te atrapan siempre desde su comienzo.

El biógrafo Ari, que esta intentando escribir un libro de la vida del gran escritor ya fallecido Raúl de la Torre, se verá inmerso en una experiencia que no esperaba y descubrirá cosas guardadas en lo más hondo de cada allegado a Raúl.

Secretos que poco a poco se irán descubriendo haciendo esta novela muy adictiva y con ganas de saber que ocurrió de verdad.

Capítulos bastante largos pero para nada aburridos...al revés te deja cada uno con ganas de mas.

Una escritora para mi opinión que debes conocer en cualquier de sus espectaculares libros.