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Este es un libro precioso, no solo por las imágenes que muestra, sino también por las historias que se desarrollan en él. Aunque se trata más bien de un ensayo, en el que vamos viendo las distintas especies botánicas que aparecen en muchos de los cuadros del Museo del Prado, también es fantástico el poder leer las peripecias de el autor. Este hombre ha llevado una vida interesantísima, viajando por el mundo solo para aprender sobre plantas, su gran pasión. Así, parece que cualquier planta le recuerda a alguna historia relacionada con plantas que ha vivido. En este libro, podemos ver cómo nos muestra las plantas que aparecen en algunos cuadros del museo, explicando el porqué de su aspecto (a veces los cuadros son tan realistas que muestran en las plantas signos de falta de riego, o alguna enfermedad), dónde encontrarlas, cómo cuidarlas, y un largo etcétera de curiosidades de cada una. Cada capítulo lo dedica a una planta en concreto, mostrando un dibujo de la misma, el cuadro en el que aparece y la parte aumentada en la que sale. Muchas veces nos habla del pintor, de la época en la que vivió, de interesantes datos de cómo pintó el cuadro, y mucho más. Las imágenes son preciosas, eligiendo con mucho detalle obras no demasiado conocidas pero de una gran belleza. Eduardo nos cuenta cómo ha trabajado de jardinero durante toda su vida, estando ahora enseñando a los futuros jardineros en una escuela. No obstante, él siempre se ha formado, ha seguido aprendiendo y absorbiendo conocimientos sobre las plantas, como estas absorben el agua que necesitan cada día. Por ello, el autor muestra un amplio conocimiento sobre la botánica en general, pero lo más curioso y original es que, como también le gusta mucho el arte, ha terminado colaborando con el museo de varias maneras. Así, de estas dos pasiones, nace este libro, lleno de plantas, pero también de humanidad. Es un libro muy recomendable, porque el tema resulta interesante, y su lectura fresca y rápida. Los capítulos son en su gran mayoría cortos, y aunque a veces den datos científicos y técnicos, no dejan de ser accesibles para cualquier clase de público. Esta edición que he podido leer ha sido un préstamo de la biblioteca pública, pero imagino una lectura mucho más bella en el libro físico, sin duda alguna. |