Artemisia

Si he leído un libro últimamente que me haya generado sentimientos encontrados ha sido este. Llegué con muchas ganas y expectativas altas, deseaba con todas mis fuerzas trasladarme al siglo XVII y conocer la historia de Artemisia Gentileschi, encontrar la historia de esta talentosa pintora que fue largamente silenciada a todos los niveles debido a su condición de mujer. Sin embargo, conforme avanzaba la lectura veía que no lograba entrar en la historia y la responsable principal era, paradójicamente, la también talentosa Anna Banti.

Es curioso cómo aún sabiendo que estaba leyendo un libro bien escrito no era capaz de conectar con la historia, cómo esa narración tan cuidada me sacaba de lo que esperaba encontrar. Banti se centra en ocasiones en aspectos de Artemisia que no me interesaban y, sin embargo, pasaba por encima de otros de los que me hubiera gustado saber más, pero esto he de reconocer que es algo personal, lo que me interesa a mí quizá no sea lo mismo que busca otro lector.

Lo que sí me ha resultado muy especial e interesante ha sido el nexo que se establece entre autora y protagonista al inicio, cuando Banti nos dice que el manuscrito original ha sido destruido en un bombardeo y ella debe reconstruirlo, igual que Artemisia se construye a sí misma.

Si queréis conocer vida y obra de esta fabulosa artista tenéis dos opciones: podéis acudir a Google, ahí tendréis toda la información de su vida y obras; o podéis lanzaros a entrar en este libro y confiar en acercaros a la Artemisia más íntima y personal. Aviso: no es fácil de leer, aunque también puede hipnotizarte.

Artemisia Gentileschi fue una gran pintora italiana del S. XVII, de estilo barroco, caravaggista, y alumna de su padre, también pintor barroco, Orazio Gentileschi.
Ana Banti, autora de este libro, nos presenta la biografía novelada de Artemisia. Intenta no profundizar, y no ocupa mucho espacio en la historia el episodio de violencia sexual que sufrió en su adolescencia, y el posterior maltrato social y estimagtización que sufrió. Quizás Banti pretende que la conozcamos por lo que realmente fue una mujer importante: por ser una de las grandes pintoras de su estilo, y una mujer fuerte e independiente, que a pesar de todo hizo lo que quiso.
Solitaria y abandonada, soberbia y vulnerable, independiente y necesitada de amor, un cúmulo de contradicciones que tuvo que aprender a gestionar. Los dos caminos siempre ante ella: profesión o familia, éxito o amor. Desde que el mundo es mundo las mujeres siempre tienen que renunciar a algo, y Artemisia dejó algunas cosas en el camino, pero a día de hoy ya no es la hija de Orazio Gentileschi, ella tiene nombre e identidad propia.

"Artemisia", de Anna Banti, ha estado en mis pensamientos mucho tiempo.
 
Me ha resultado difícil seguir la narración, la mezcla de voces -más bien el desdoblamiento de voz que hace Banti- de la narradora y de su personaje. A Banti le puede su personalidad y está presente en todo el libro. A mi, particularmente, me hubiera gustado más escuchar a Artemisia. 
No quiero quitar las ganas de abordar este libro, sólo prevenir de que hay que ir con el ánimo dispuesto a una narración florida y algo barroca, con muchos giros de la autora hacia sí misma y sus propias circunstancias. Quizás el hecho de ser un texto reescrito, recuerdo de aquel que había perdido en el bombardeo de su casa de Florencia en 1944, le hace ser un texto más personal de lo que sería necesario para conocer a Artemisia.  
En fin, una lectura que ha costado pero que no he abandonado por que la leía de forma conjunta.
Lo que es cierto es que la vida de la pintora florentina merece buscar otro libro, quizás más académico, más biográfico...

Artista y mujer en una profesión dominada por los hombres, Artemisia Gentileschi, una pintora italiana que vivió entre 1593 y 1652. Su estilo pictórico no sólo fue marcado por la influencia del gran Caravaggio y de su padre, el pintor Orazio Gentileschi, sino también por la violación que sufrió a los quince años por Agostino Tassi, un pintor amigo de su padre y profesor de la joven en la Academia de Dibujo de Florencia. El escarnio público al que se sometió a Artemisia en 1612 durante el juicio por el suceso, incluidas exploraciones ginecológicas o la ratificación de su declaración bajo tortura, fue todo un revuelo en la época. Este hecho marcaría su carácter y sus posteriores obras en las que retrató a mujeres fuertes y valerosas, heroínas vulnerables y atormentadas: Susana, acosada por los viejos; Judith, vengándose de Holofernes; Cleopatra, Lucrecia, Betsabé, María Magdalena, etc.

Un acontecimiento a destacar de esta novela es que cuando Anna Banti tenía casi terminada la primera versión en 1944, el manuscrito desapareció entre los escombros de su casa, que fue destruida por las bombas alemanas que hostigaron Florencia. de esta forma, la autora tuvo que reescribir todo entre 1944 y 1947, creando una nueva novela en la que la pintora alcanza una nueva dimensión. El resultado es así la suma de dos vidas -la de la autora/escritora y la de Artemisia/pintora-, de dos tiempos -el siglo XX en Florencia y el XVII en Roma- y de dos modelos narrativos -la novela histórica y la autobiografía-.

Así, esta novela se convierte en un relato a 2 voces, mostrando esta superposición una ambigüedad que, aunque al principio es algo compleja de entender, funciona como una reflexión de #AnnaBanti consigo misma, identificada con #Artemisia [El prólogo de S. Sontang, “Un destino doble” ayuda mucho a la comprensión del tono de la novela]. Dos tragedias protagonizadas por dos creadoras que unen a su condición femenina la expresión artística para combatir la desgracia y aliviar el peso del pasado.
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