—Yo no quería. Esto no es un premio, Serina. ¡Tendríamos que poder elegir! —Fue lo que escogí yo —soltó Serina, furibunda. —No —replicó Nomi, con el corazón dolido—. Si no tienes libertad para negarte, no puede decirse que tengas elección. ¡Un sí no es para nada lo mismo cuando es la única respuesta permitida! |