Sabemos que el verdadero significado de las cosas está en el interior, en lo profundo, y que el verdadero significado de las cosas siempre es hermoso porque simplemente es amor.
|
Sabemos que el verdadero significado de las cosas está en el interior, en lo profundo, y que el verdadero significado de las cosas siempre es hermoso porque simplemente es amor.
|
—¿Me permite que le enseñe la casa? —le preguntó. —Sí, por favor. He estado esperando eso todo el día. Entonces él hizo algo terriblemente penoso, algo que no hacía desde hacía tiempo. Le ofreció el brazo derecho para que lo cogiera. Y claro, no ocurrió nada. El brazo no existía. Ella echó a caminar a su lado sin siquiera enterarse de que había hecho ese gesto. Por un instante se había olvidado de que sólo era una mitad de hombre. |
—¿Y es feliz la mayor parte del tiempo? —le preguntó ella. Aunque él había reconocido que se sentía solo. —¿Feliz? ¿La mayor parte del tiempo? La felicidad es siempre algo pasajero, fugaz. Nunca es una estado permanente para nadie aunque muchos perseveremos en creer la tonta idea de que si ocurriera esto o aquello seríamos felices el resto de nuestra vida. Tengo momentos de felicidad como la mayoría. Tal vez he aprendido a encontrarla de maneras que pasarían inadvertidas para algunas personas. Siento el calor del verano aquí en este momento, veo los árboles y el agua y oigo esa gaviota invisible allá arriba. Siento la novedad de tener compañía cuando normalmente vengo aquí solo. Y este momento me produce felicidad. |
No esperaba con ilusión ese verano. Se mantendría alejado todo lo que le fuera posible. Por lo menos intentaría mantenerse fuera de la vista de los niños; no quería asustarlos. La peor sensación del mundo era ver miedo, repugnancia, horror y terror en las caras de los niños y saber que era su apariencia la causa. |
Supongo que debería habértelo dicho hace tiempo. Pero al principio no quería que me tuvieras lástima o te sintieras obligada hacia mí, y después me convencí de que no eran necesarias las palabras. Los hombres tendemos a hacer eso, Anne, lo sabes. No nos resulta fácil expresar los sentimientos con palabras. Pero te amo, te quiero. Siempre te he amado, creo. Y sé que siempre te amaré; de eso estoy seguro.
|
—¿Y ha valido la pena? ¿Pasar por todo lo que hemos pasado para poder estar juntos ahora así? El ya no podía imaginarse su vida sin Anne. —Ha valido —dijo. |
Pero el mayor de los milagros, comprendió, no era que había conocido a esa mujer, cuyas experiencias la habían equipado para comprender su sufrimiento y para darle el valor para enfrentarlo, en lugar de enterrarlo y reprimirlo, como había hecho sin darse cuenta todos esos años desde el regreso de la Península. Y las experiencias de él lo habían equipado para comprender el sufrimiento de ella. Ah, debía encontrar una manera de ayudarla a sanar.
|
Sin darse cuenta le apretó la mano a Anne y ella hizo un gesto de dolor casi imperceptible. La miró y le soltó la mano. —No es fácil mirar el propio pasado, sobre todo cuando uno creía que se habían borrado todas las huellas. |
Pero él se desentendió de todo y concentró la atención en la mujer que tenía delante. Anne, que le gustaba muchísimo, a la que tal vez amaba. No, a la que amaba. |
Los adioses, por dolorosos que sean, deben decirse.
|
"Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo" ¿El personaje de qué libro está hablando?