También llueve en verano

Creo que esta es la primera vez en mucho tiempo que no sé exactamente cómo expresar lo mucho que he disfrutado una lectura. Tengo que reconocer que, a pesar de que había leído muy buenas críticas y estas fueron la razón por la que me animé a darle una oportunidad, cuando empecé a leerlo pensé que no lo iba a disfrutar tanto como decían. ¿Por qué? Por la narración. No me malinterpretéis, la narración no tiene nada malo, pero mi experiencia leyendo este tipo de libros no ha sido del todo buena, así que no me lo tengáis muy en cuenta. La verdad es que después de haberlo disfrutado tanto me tengo que dar con un canto en los dientes, porque, sin ninguna duda, estamos ante uno de los mejores libros que he leído este año.

La trama comienza con nuestra protagonista, Alicia, que inesperadamente se encuentra sin trabajo en un país extranjero. Por ello, sin muchas opciones y tras una llamada de su hermana, decide pasar el verano en el pueblo en el que se crio y al que juró que nunca volvería. Allí, junto a nuestra protagonista, nos encontraremos con Gala, su hermana, que... ¡vaya personaje! Y en el buen sentido de la expresión, porque si Gala me ha hecho sentir emociones tanto negativas como positivas –más negativas que positivas tampoco nos vamos a engañar– es porque es un personaje super bien construido, con sus luces y sus sombras. No solo preocupa y saca de quicio a su hermana, sino también al propio lector, así que preparaos para la montaña rusa que es vivir con ella. Junto a ella tenemos a Tito, el sobrino de Alicia e hijo de Gala, un amor con patas, todo sea dicho; y la madre de ambas, con la que viviremos momentos muy dulces, pero también muy dolorosos debido a la enfermedad que padece. Además, conoceremos a Jaime, con el que Alicia sentirá una conexión casi inmediata y con el que se va a ir fraguando una relación que amenaza con poner la vida de ambos patas arriba.

Es precisamente la relación entre dos personajes –y ellos de forma independiente– lo que, junto a la narración, más me ha conquistado. Si Gala está ahí para sacar de quicio al lector y jugar con nuestras emociones, el objetivo de Alicia y Jaime es el contrario. Son dos personas maravillosas con un rumbo claro que se conocen y se complementan a la perfección. Nada de dramatismos ni celos, solo dos personas que se entienden, se apoyan y se respetan incluso cuando no están de acuerdo, porque, aunque muchos libros nos muestren lo contrario, esto es el amor. Y, ojo, esto tampoco quiere decir que todo sea de color rosa entre ellos, ni mucho menos. Es más, vamos a sufrir mucho a pesar de no existir esa toxicidad, pero vamos a reír mucho más junto a ellos, así que es una relación que, sin duda, vale la pena leer.

Con respecto a la narración, la historia está narrada en primera persona por Alicia con un lenguaje coloquial e, incluso, en contadas ocasiones, puede llegar a ser vulgar, pero sin ser de mal gusto. Esto es un poco complicado de explicar con palabras, pero, para haceros un resumen, este libro es muy español, está repleto de expresiones y formas de expresarse propias del día a día en España, y eso de primeras fue lo que me hizo pensar que este libro no sería para mí. No me juzguéis, soy española, pero mi experiencia con este tipo de narración muchas veces no ha sido buena, ya que se tiende a exagerar cayendo en tópicos que, en vez de hacer gracia, resultan realmente pesados. Obviamente, este no ha sido el caso, sino que ha resultado ser todo lo contrario. Una narración ligera y extremadamente divertida que nos trasmite, además, un muy buen rollo por parte de la protagonista. Un plus super acertado para lo bien trabajada que están la trama y los personajes. Todo esto ha hecho que me costara cerrar el libro una vez lo había acabado. A veces cuesta despedirse de personajes que te han trasmitido tanto. Y digo despedirse, porque probablemente no me volveré a reencontrar con ellos en una temporada, pero, sin duda, volveré a ellos en cuanto lo necesite, porque esta historia se ha llevado un trocito de mí.

En definitiva, También llueve en verano de Sara Ballarín es una historia que, aunque en un principio parezca sencilla, se va metiendo casi sin darte cuenta dentro de ti. Una trama que me ha hecho disfrutar tanto como hacía tiempo que no hacía, queriendo alargar la lectura lo máximo posible y necesitando pasar mucho más tiempo junto a Alicia y Jaime. Qué queréis que os diga, estos personajes son un amor. Con ellos me he divertido, llorado y reído mucho. Y, ojo, casi la totalidad de las lágrimas derramadas fueron fruto de la risa, porque, como os digo, en estas páginas no hay dramatismo más que el de la propia realidad.
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