El vuelo de Lena

Este libro es de esos que te llenan, te hacen volar y meterte en la piel de Lena, sentir con ella y sobretodo, llorar con ella.
Lo empece a las 11 de la noche y lo terminé a las 3 de la mañana, engancha, te hace desear seguir leyendo y ver cómo acaba a la vez que no quieres por que lo estas disfrutando.
Lo recomiendo al 100%

Lena es una chica que ha perdido muchos seres queridos y eso hace que no pueda implicarse emocionalmente con nadie.
Pero cuando lee la historia de la vida de su abuela, quien también ha pasado por momentos muy difíciles, comienza a abrirse al mundo y a quitarse lastres.
Recomiendo mucho este libro. Sara Ballarín tiene un estilo escribiendo que recuerda a Elisabet Benavent, quien siempre tiene un ritmo muy ligero. Tanto la historia de Lena como la de su abuela me han parecido interesantes y emotivas, con el mensaje de que hay que enfrentarse a la vida y superar las perdidas aunque duelan, sin quedarse estancados demasiado tiempo en el pasado.

Antes que nada, quiero dar las gracias a la Editorial Suma de Letras.

Dicho esto comenzamos con la opinión personal.



Bueno, antes que nada, he de confesaros que no conocía a la autora, en alguna que otra stories la he mencionado, y me ha respondido de manera simpática, eso me agrada en los autores.


Una pequeña curiosidad antes de comenzar, que os quería haceros partícpe, tras acabar este post, busqué la canción que sale al principio de la reseña, y la canté mirando este fragmento que os dejé arriba. Sin duda, es la mejor canción para acabar este maravilloso libro y bonita historia.



Dicho esto, quiero comenzar con la sinopsis, para luego concluir en la moraleja y en la reflexión que me ha dejado este libro. Os mentiría si dijera que este libro no me ha dejado marca. Ha dejado una gran marca en mi piel. Sus páginas me han llegado al alma. Me he impregnado de cada frase. Eso, solo ocurre cuando lees un buen libro.



Comenzamos por Elena o Lena, es una chica de veintiséis años, trabaja en una tienda y aunque aparentemente parece feliz, su interior muestra lo contrario. Pues lo que nadie sabe es que bajo esa carita feliz se esconde una niña, triste, que ha visto morir a personas cercanas a ella.


Personalmente, no quiero hablar mucho de este tema, porque creo que ni yo sé gestionar esta situación.



Junto a Lena está Daniel, un amigo con derecho a roce, y del cual, surgirá lo que llamamos, “el roce hace el cariño.”

Daniel es compañero de la tienda donde trabaja Lena, y es este, quien le presenta a Lena a sus amigos, Lidia, Darío, Luis y Abel, pareja de Darío.



La relación de Lena con su padre no es demasiado buena, es más nunca sobrepasa la línea de la cordialidad. Debido, especialmente, a que su padre es un prestigioso escritor y se pasa la mayor parte del tiempo escribiendo y promocionando su libro.



Por lo que, nuestra quería Lena, pasa la mayor parte del tiempo sola y sin hablar con nadie, como consecuencia de esto, a nuestra protagonista le va a contar abrirse y contar lo que siente a otras personas.

La gran reflexión que saco, pues la verdad es que me he quedado con varias cosas. Os la desgloso enseguida.



La familia es una parte fundamental en nuestra vida, a nivel afectivo, desde pequeños nos dan cariño y amor. Gracias a nuestra familia aprendemos a querer y valorar las cosas.

Me parece genial que este libro me haga reflexionar, que me obligue a pararme y pensar “soy un afortunada, por tenerlo que tengo, lo poco que tengo, soy feliz.”



Pocas veces nos lo decimos y pocas veces lo pensamos.

Lena, desde pequeña ha llorado la muerte de familiares, el duro golpe, el dolor, sin saber cómo afrontarlo y en quién apoyarse para salir de ese pozo sin fondo que parece que estamos cuando nos dan una noticia triste.



Resulta complicado asimilarlo. Gracias a la autora, me he parado a pensar y me he dicho “estoy haciendo las cosas bien y estoy disfrutando de los míos.” En eso consiste la vida. En sacrificarte y pasar tiempo con los tuyos. Como sabéis, me podría pasar horas y horas leyendo, pero hay veces que me digo “hoy voy a disfrutar de los míos, ya leeré mañana o pasado.”


"Todas las navidades, extraño a personas que faltan en la mesa, pero nadie se va del todo si lo recuerdas todos los días."



Todas las navidades, extraño a personas que faltan en la mesa, pero nadie se va del todo si lo recuerdas todos los días.

Lena pierde a su madre y a su hermana. Nada más cumplir veintiséis años, su yayi, su abuela paterna, fallece.



No sé que decir de la función que tiene un abuelo en la vida de un nieto, ni qué lugar ocupa una abuela en la vida de una nieta. Que desde que nace, esa nieta está en brazos de su abuela, la que la calma, la que le pone caras. Por favor, valorad lo que tenéis ahora, mañana será demasiado tarde.



Pensaba que mientras leía la historia, alguna lágrima asomaría, pero no, sigo siendo dura para llorar.



Tras el fallecimiento de “Yayi”, esta le deja un libro, una especia de diario, en la que le cuenta su vida a su nieta, Lena.

Vemos una Francia en los años 50, la diferencia de un lugar a otro, una Francia liberal, que bebía para celebrar no solo los hombres, que las mujeres vestían como querían. “Yayi” nace en una familia humilde, conoce a un chico que llega de Francia, Andrés, y éste, años más tardes, se convertirá en el abuelo de Lena.



Del final, me esperaba más bien demasiado, ya que el principio de la historia comienza fuerte, lo que hace que el lector quiera más.



Los personajes me han enamorado, los he querido, cosa que no suele pasarme y les tengo un cariño especial. de Daniel me ha gustado su fidelidad, de Lena su evolución. Si tengo que definir en una palabra esta historia, sería evolución, desarrollo, progreso. de sus amigos, Luis, Darío y Lidia, me quedo con el buen rollo que hay siempre entre este grupo, su manera de disfrutar de las pequeñas cosas, de mantener al margen los problemas entre uno y otro componente del grupo.

La madurez, algo que suele faltar muchas veces en reuniones de grupo. El respeto hacia las personas, las bromas bien gastadas sin ofender a nadie, eso, es un grupo de amigos. Y se ve reflejado en este libro, la amistad, uno de los temas más importantes que tenemos que valorar en nuestra vida. La amistad sana.



A través de las historias de “yayi”, vemos cómo ha cambiado la mujer, de ser la encargada de cuidar a sus padres, hermanos, maridos a trabajar, su abuela trabajando haciendo la comida y manteniendo la casa y ropa limpia y Lena, trabajando.



Vemos, también, el amor a los libros, a las letras y a las escrituras. A Lena le gusta lo que su abuela cuenta, pero hay días que no las lee, en mi caso, os confieso, devoraría el libro en una hora, ¡qué interesante!



El padre de nuestra protagonista es un escritor y Lena quiere comenzar a escribir su propio libro ¿lo conseguirá?

Vemos algún que otro guiño más a la lectura, pues Daniel, es una escena Lena entre en su dormitorio y encuentra un libro abierto en la cama de este. No sé si es casualidad o no pero últimamente vemos muchos libros en los que se hace referencia a la lectura y a los escritores.



La pluma de Sara es elegante y transparente. Os confesaba anteriormente que no conocía a la autora, pero desde este libro quiero y deseo poder tener la oportunidad de leer pronto dos obras: Contigo en el mundo y El cuaderno de Paula. de hecho, ya la tengo apuntada en la lista de mis libros pendientes.

Me ha gustado mucho la historia porque es un libro dentro de otro libro, la historia que cuenta Lena y la que cuenta “yayi” a través de su propio libro.



Quisiera, para acabar este post, recomendaros el libro a todxs, da igual si no os gusta el romance, si no os gusta la autora, si no os gusta los thrillers, leed el libro, la historia, las palabras, las frases, la manera de decir adiós al dolor, la forma de seguir hacia adelante. Leed la historia porque es el principio de algo.

Antes de dejar aquí la reseña, quiero que me digáis si conocíais a la autora, si habíais leído algo de esta, qué os ha parecido y si pensáis leer algo de Sara Ballarín.



Por último, quiero dar las gracias de nuevo a la editorial Suma de Letras. ¡Muchísimas gracias!
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Es una novela interesante, nos habla de los miedos, las pérdidas y los cambios. El dolor que nos produce perder a los seres queridos. Pero también profundiza en las relaciones, a veces intensas, otras frías y distantes. Nos hace reflexionar sobre la comprensión y el amor. Sobre la vida, las ilusiones y las inquietudes o simplemente el miedo que podemos sentir al plantearnos dar una paso más en una relación.

Si bien es un libro muy profundo, tengo que reconocer que se me tornó un poco pesado. La narración de la escritora es muy agradable, clara y amena, pero creo que a la trama le falta algo, para que me termine de enganchar. Es una lectura tranquila, sin sobresaltos, ni grandes giros. Los personajes están muy bien desarrollados, pero la verdad no entendí ni la actitud, ni la manera de pensar de Lena, que la encontré inmadura para sus 26 años.

El final me pareció adecuado para la historia.

En definitiva, si quieres un libro que hable de sentimientos, que no tenga muchos giros y que sea una lectura tranquila, este es tu libro.

El vuelo de Lena es la historia de joven que busca su sitio en el mundo. Lena se encuentra atrapada por los recuerdos y por el miedo a dejarlos atrás. Es una persona que ha sufrido bastantes palos en la vida y lo bueno es que Lena aprenderá de ellos para emprender su vuelo.

El vuelo de Lena nos presenta a una chica que se divierte con sus amigos, que viven aún en casa de su padre y mimada por su abuela, pero una fatalidad sucede y en sus manos cae las memorias de su abuela. Un libro que dará a Lena el billete para emprender el vuelo. En su vida existe un amigo, Daniel, quien tomará un papel importante en toda la historia.

La trama, gusta a pesar de no tener muchos sobresaltos. Los personajes son simpáticos: Lena parece delicada, insegura, tristona y algo impulsiva. Ella sabe lo que quiere, pero le da miedo pedirlo por si no está a la altura. Necesita un empuje para que empiece a vivir sola, y para eso tiene el libro de su abuela y a Daniel; Este chico es interesante, proporciona entereza a la novela. Él sí sabe lo que quiere, todo.

El vuelo de Lena se presenta como una historia de amor entre dos personas que han estado jugando hasta que se dan cuenta de que hay algo más, pero una de las partes no está preparada para comenzar algo serio, antes tiene que recomponer sus piezas para ser una persona real, fuerte y saber lo que quiere de verdad. El camino no es fácil, y es eso lo que sobresale de la novela, el sinfín de sentimiento que explotan en todo momento que hace que se extremeza por el dolor que transmite como el amor que se siente.

La suerte de leer El vuelo de Lena es que se conocerá la vida de su abuela, que se van intercalando según la necesidad de lectura de su nieta. Esa parte es interesante y regañaba a Lena por no coger más veces su lectura, me tenia en ascuas por querer saber más.

Conclusión: El vuelo de Lena es una novela atractiva. Se lee rápido porque la historia gusta. Es conmovedor participar en la evolución emocional de Lena, como consigue levantarse cada vez que se cae, con más fuerza. Es emocionante sentir lo mismo que Lena al descubrir nuevos sentimientos, y a su vez triste por cerrar puertas del pasado para crear un camino propio.
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Hoy regresamos al encuentro de una vieja amiga, Sara Ballarín quien nos conquistó con “El cuaderno de Paula” y profundizo en nuestras almas con “Contigo en el mundo”.
El vuelo de Lena es la experiencia vital de nuestra protagonista y a su vez esconde la historia de toda su familia, el peso que cada uno de ellos ha cargado sobre sus hombros y como viven o mejor dicho sobreviven su vida.
Podríamos decir que Lena es una joven con el alma marcada por las pérdidas, perdió a su madre, a su hermana Mara y a su querida abuela a quien reencontrará en su propia historia y en sus propias palabras.
El padre de Lena le entrega un libro escrito por su abuela, en él descubrirá a su abuela, la yayi, de joven, enamorada, viviendo la vida en el pueblo, cuidando de su familia, haciendo un viaje muy especial y compartiendo momentos muy tristes con otros muy felices. Su vida está entre esas páginas.
La joven Lena que descubriremos al principio de la novela solo comparte con la que la termina el nombre, esta es su historia, su introspección personal, su madurez y como paso a paso se acerca a lo que quiere y necesita realmente en su vida para ser feliz.
En este camino la acompañará Daniel quien queriendo con todo el corazón la animará a que vuele, se atreva y se lance al mundo con valentía, su padre, un hombre roto que acabará abrazando a su hija con toda su alma y comprendiéndola, un hombre que la adora incondicionalmente y por descontado sus amigos.
La autora combina a la perfección los capítulos de la historia de la yayi con los de la vida de Lena, como ella se ve reflejada en el ánimo de su abuela, en sus sentimientos y empieza a reaccionar y madurar.
Uno podría pensar que la historia de Lena pesa más que la de su abuela, pero no es cierto, forman un compendio perfecto, el lector espera realmente descubrir que pasó en la vida de la abuela y como cada capítulo hace de detonante para una reflexión.
Esta historia es profunda, tiene amor y desamor, tiene perdidas profundas y esperanzas en un futuro mejor, es como si la autora fuera quitándole capas a nuestra Lena para descubrir quién es ella realmente.
He reído y llorado, me ha puesto la piel de gallina y he sentido su profundo dolor y como poco a poco sus hombros se iban librando del peso que los oprimía.
Con una prosa muy clara y la dificultad que supone escribir no solo dos historias en una sino usar dos maneras de expresarlas, la autora atrapa al lector y no le deja escapar.
También nos aporta una playlist muy interesante y cuidada con la que acompañar la lectura, una manera de susurrarnos al oído.
Suma de letras nos presenta la valentía de volar, de saltar al vacío y enfrentar la vida con optimismo y fuerza de voluntad.

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Es la primera vez que leo algo de esta autora pero ya me apetecía, especialmente después de las opiniones positivas que había leído de sus anteriores publicaciones. Y debo decir que, en general, el libro ha sido lo que me esperaba, una historia romántica, ligera y perfecta para el verano, aunque no ha llegado a cumplir del todo mis expectativas, como explico a continuación.

Lena es una joven de 26 años que vive con su padre, un conocido escritor, y su abuela. Trabaja, sale con sus amigos, sale de fiesta... Aparentemente tiene una buena vida pero realmente se siente vacía: hay sucesos de su pasado que todavía no ha superado y vive encerrada en si misma, sin dejar entrar a nadie, ni siquiera a su familia ni a sus mejores amigos. Además, hace años que ha renunciado a sus sueños y abandonado su pasión, escribir.

A lo largo del libro, como podréis imaginar, veremos cómo Lena se reconcilia con el pasado para intentar avanzar, dando como resultado una historia de superación que invita a luchar por lo que queremos. No obstante, a pesar de ese mensaje positivo que la autora quiere transmitir, no he terminado de conectar con la historia, ni con ninguno de los personajes. Asimismo, me ha costado bastante avanzar con el libro, a pesar de ser este bastante ligero y rápido de leer, especialmente por lo cortos que son los capítulos y la alternancia que hay entre las dos historias que forman la novela: la de Lena y la de su abuela cuando era joven.

Personalmente, tengo que decir que la historia de la abuela me ha parecido más forzada y menos creíble. Es interesante y, sin duda, es un punto positivo encontrar estas dos historias, ya que hacen que la lectura sea mucho más dinámica, pero la manera en la que está contada y el lenguaje utilizado no han terminado de convencerme, ya que no resulta tan cercana como la de Lena.

Dejando a un lado los aspectos negativos que he encontrado durante la lectura, también quiero destacar los puntos que más me han gustado, especialmente la historia de amor de Lena, por lo real y creíble que resulta. de igual forma, el punto de superación que tiene la historia también es subrayable: cómo Lena se encuentra y se acepta a si misma, reconciliándose en cierta medida con el pasado y volviendo a confiar en los demás y en ella misma.
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En esta novela conoceremos a Lena, una joven reservada que parece tomarse la vida como un ir y venir de acontecimientos, sin llegar a implicarse realmente en nada. Será necesario vivir una situación bastante dramática, para que Lena empiece a descubrir una fuente de vida que, poco a poco, irá cambiando su interior: las memorias de su querida abuela “Yayi”.
Con un inicio donde abundan tintes agridulces y apáticos, la novela va despertando el interés del lector para descubrir qué ha llevado a Lena a vivir así su vida y es que, su pasado es bastante peculiar. Desde ahí partiremos en este viaje del “despegar” de Lena, a la vez que vamos descubriendo quién era esa espectacular mujer a la que llamaba Yayi y que se encargó desde siempre del cuidado de Lena y Mara, su hermana.
Nos encontramos pues ante una novela especial en la que se conjugan estas dos historias paralelas. Por un lado, la vida de Lena, apática, sin ponerle azúcar ni sal a los acontecimientos, sin implicarse emocionalmente con nadie, reservada, con miedo a intentar cumplir su sueño: ser escritora. Por otro, descubriremos a Yayi, una mujer que vivió a caballo entre el modelo de vida conservador de España y el liberal contrapunto que ofrecía la vecina Francia en esa época. A través de estas memorias, Lena irá descubriendo una nueva forma de enfrentarse a los problemas, a los fantasmas de su pasado y tomar las riendas de su presente para mirar al futuro con energía e ilusión.
La narrativa de la autora es sencilla y entretenida, por lo que nos mantendrá pegados al libro durante toda la historia. Quizá su inicio sea un poco gris, pero iremos descubriendo los colores a medida que va avanzando su lectura y, personalmente, valoro ese “gris” del inicio, pues diferencia esta novela de tantas otras del género chick-lit.
El título es de lo más acertado pues, acompañaremos a Lena desde su “tener los pies profundamente amarrados al suelo” hasta su “vuelo”.
A los que os aventuréis entre sus páginas, prepararos para vivir una historia que es un canto a la liberación de uno mismo, a la valentía frente a las dificultades y a la ilusión y fuerza para afrontar el futuro, teniendo como referencia el cariño y admiración de aquellos que nos precedieron y en cuyas arrugas abunda una sabiduría especial, la de las experiencias vividas.

En esta novela conoceremos a Lena, una joven reservada que parece tomarse la vida como un ir y venir de acontecimientos, sin llegar a implicarse realmente en nada. Será necesario vivir una situación bastante dramática, para que Lena empiece a descubrir una fuente de vida que, poco a poco, irá cambiando su interior: las memorias de su querida abuela “Yayi”.
Con un inicio donde abundan tintes agridulces y apáticos, la novela va despertando el interés del lector para descubrir qué ha llevado a Lena a vivir así su vida y es que, su pasado es bastante peculiar. Desde ahí partiremos en este viaje del “despegar” de Lena, a la vez que vamos descubriendo quién era esa espectacular mujer a la que llamaba Yayi y que se encargó desde siempre del cuidado de Lena y Mara, su hermana.
Nos encontramos pues ante una novela especial en la que se conjugan estas dos historias paralelas. Por un lado, la vida de Lena, apática, sin ponerle azúcar ni sal a los acontecimientos, sin implicarse emocionalmente con nadie, reservada, con miedo a intentar cumplir su sueño: ser escritora. Por otro, descubriremos a Yayi, una mujer que vivió a caballo entre el modelo de vida conservador de España y el liberal contrapunto que ofrecía la vecina Francia en esa época. A través de estas memorias, Lena irá descubriendo una nueva forma de enfrentarse a los problemas, a los fantasmas de su pasado y tomar las riendas de su presente para mirar al futuro con energía e ilusión.
La narrativa de la autora es sencilla y entretenida, por lo que nos mantendrá pegados al libro durante toda la historia. Quizá su inicio sea un poco gris, pero iremos descubriendo los colores a medida que va avanzando su lectura y, personalmente, valoro ese “gris” del inicio, pues diferencia esta novela de tantas otras del género chick-lit.
El título es de lo más acertado pues, acompañaremos a Lena desde su “tener los pies profundamente amarrados al suelo” hasta su “vuelo”.
A los que os aventuréis entre sus páginas, prepararos para vivir una historia que es un canto a la liberación de uno mismo, a la valentía frente a las dificultades y a la ilusión y fuerza para afrontar el futuro, teniendo como referencia el cariño y admiración de aquellos que nos precedieron y en cuyas arrugas abunda una sabiduría especial, la de las experiencias vividas.

«A veces las ilusiones se debilitan porque no tenemos la fuerza para pelearlas. Y entonces entramos en el bucle de la apatía. Tienes que salir de ahí, mi niña».

Me lancé de lleno a por el tercer libro de Sara, supe que iba a removerme por dentro como solo ella sabe hacer. al abrir el libro me encontré que no era lo que yo esperaba, era mucho más. No es solo una historia de amor, es sobre la vida, la muerte, la felicidad, la maternidad,.. Ahora sé que si tengo que dar una mala noticia tengo que pedir que la otra persona se levante, porque "las malas noticias hay que acogerlas de pie, para poder abrazarte a alguien en cuanto te las digan".
Creo que me atrevo a decir que es un libro de autoayuda para aquellas personas que están pasando un duelo o han perdido el significado de la palabra vida o felicidad.
Sara os pondrá rumbo por las vías del tren de sus líneas, hasta llegar a Canfranc.

«Cada día es una página en blanco que solo nosotros escribimos y no es necesario saber qué pasará para disfrutar de lo que ocurra hoy».

La protagonista de esta historia es Lena, que es como yo o como tú, que a veces tiene miedo a echar a volar, pero que de todo se aprende en esta vida, y cuando lo hace, su vida es un continuo punto y seguido.

«Ojalá hubiera sido lo suficientemente fuerte como para ser débil».