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Es el tercer cuento de Navidad del autor, hay dos previos pero se pueden leer por separado. Este no tiene nada que ver con los dos anteriores. Todos los cuentos que he leído de él tienen una parte triste, pero este lo es especialmente. Los dos protagonistas sufren un montón de desgracias y la verdad es que me ha costado verlo como un cuento infantil. Yo al menos no le leería algo así a un niño. Ni dejaría que lo leyera, no ya solo por la historia en sí, sino por la manera en la que está escrita. Un corrector en muchas ocasiones es muy necesario, pero cuando se escribe para un público infantil, aún lo es más. El final no me ha gustado. Esa manera de resolver la tristeza, no me ha convencido. Era un final esperado, por supuesto, pero no tiene sentido. |
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