Amanecer rojo 3. Mañana azul.

El mundo de los dorados sabe que Darrow es un traidor. Chacal, el emperador implacable, le ha recluido y torturado durante meses, encerrado en un cubículo minúsculo debajo del suelo de su vivienda. Durante ese tiempo, Darrow ha luchado para sobrevivir, para no dejarse llevar por la oscuridad traicionera y por las ganas de no seguir adelante. No ha sido fácil. Pero no todo está perdido. Los Hijos de Ares no se han olvidado de él, de su líder. Cuando consiguen rescatarle de las garras del emperador, el Segador ya no es lo que era. Está demacrado, débil, ha perdido toda su masa muscular, parece un fantasma de lo que fue. Y, sin embargo, su gente anhela su vuelta.

En su ausencia, muchas cosas han cambiado. Sevro ha controlado a los Hijos como el nuevo Ares, gobernando en el puesto vacante de su padre. No ha sido fácil. Tienen demasiados frentes abiertos, demasiadas guerras disputándose al mismo tiempo. Les faltan recursos, gente, y aquellos que han sido rescatados y acogidos en Marte están en una tensión constante. Todo está a punto de estallar por los aires y necesitan de nuevo al Segador para que los guíe, para que se alce de sus cenizas y lidere la lucha que él comenzó. Y Darrow, pese a que estuvo a punto de rendirse en varias ocasiones, junto con su familia y sus amigos encuentra la fuerza necesaria para alzarse otra vez y terminar lo que inició: la supremacía del pueblo dorado.

Al igual que me sucedió en su momento con Hijo dorado, ha transcurrido más de un año entre mi lectura de un libro y otro. Esto supone que, debido a la cantidad tan inmensa de personajes que componen esta trilogía y la cantidad de tramas y subtramas complejas que la entretejen, al principio me costó muchísimo seguir el hilo de la historia. Apenas recordaba nada del libro anterior, ni siquiera cómo había terminado, por lo que las primeras hojas se me hicieron bastante cuesta arriba ya que no comprendía nada y todo me sonaba a chino, como quien dice. Sin embargo, al igual que también me sucedió con Hijo dorado, este autor tiene una gran capacidad para meter breves resúmenes o pinceladas de lo que ocurrió con anterioridad mientras te está contando la historia actual, lo que hace que sea menos costoso reengancharse a la lectura.


En esta tercera entrega tenemos a Darrow alzándose de entre las cenizas una vez más. El mundo ha seguido cayendo en picado en su ausencia y las cosas están cada vez peor, no solo en Marte, sino en todo el sistema planetario. Chacal se muestra implacable y la gobernante de la Luna, Octavia, no es mucho mejor. La única opción que tienen los Hijos de Ares es unirse contra los dorados y concluir con su tiranía. Darrow y Sevro trabajarán codo con codo para perfilar estrategias y atacar puntos estratégicos. Saben que no cuentan con los recursos ni militares ni humanos ni monetarios de los dorados, por lo que tienen que ser más inteligentes que ellos. Para ello, contará con la ayuda de buenos amigos, como Sevro, los Aulladores, Victra o Ragnar, y también se reencontrará con viejos aliados que creía perdidos. Juntos, lucharán por sacar adelante el sueño de Eo, aunque Darrow descubrirá que ya no lo hace por ella y por conseguir el futuro que ella hubiera querido para ellos y su hijo, sino que lo hace porque así es como debería ser.

Ya he comentado muchas veces con anterioridad que la evolución que ha experimentado el personaje de Darrow me parece de las mejores evoluciones de personaje que he visto nunca. La complejidad, desarrollo y evolución que tienen los personajes de Pierce Brown siempre consiguen dejarme sin palabras. Darrow ha pasado de ser un simple minero de Marte ha convertirse en la cara visible de una revolución. Ha dejado de ser un adolescente perdido e inocente y se ha transformado en un hombre, en un guerrero. Sigue siendo compasivo, pero ha aprendido que, si quiere escalar y conseguir sus objetivos, la violencia muchas veces es inevitable. No puedes derrotar tiranos mediante la compasión o te aplastarán cuando menos te lo esperes. Lo que más me gusta de Darrow es que no usa la fuerza a menos que sea obligatorio. Es inteligente y plantea estrategias eficaces pensadas para que los suyos reciban el menos daño posible y para evitar el derramamiento de sangre. Pero tampoco le tiembla en pulso si tiene que matar. Esta guerra le ha hecho más fuerte, más duro, y también le ha ayudado a comprender que la guerra produce bajas y que en ocasiones no tienes más remedio que matar si quieres continuar hacia adelante y tener un atisbo de paz en el futuro. Como ya he dicho, me parece un personaje muy complejo, que no renuncia a sus principios, pero cuyo pensamiento se adapta según las circunstancias y va madurando desde el primer libro. Otro punto que me gusta es que ya no muestra esa especie de obsesión por su esposa e hijo muertos. Sigue echando de menos a Eo y la familia que pudieron haber sido, pero ya es más bien un dolor sordo por su ausencia, no el motivo principal para seguir adelante. Ahora tiene amigos y se ha reunido con su familia, no necesita más para levantarse todos los días.

Profundizamos más en otros personajes que ya comenzaron a adquirir un mayor protagonismo en Hijo dorado como Victra. Este personaje, como todos, en realidad, ha sufrido una gran evolución a lo largo de la trilogía. Ha pasado de ser la chica mala y cruel a ser una mujer comprensiva, que lucha por los suyos y que trata de hacerse hueco en este nuevo mundo cambiante. Es una mujer brava, valiente, pasional y que pelea también desde el corazón, aunque se empeñe en fingir que no tiene. Su transformación es muy interesante y, junto con Darrow, es mi personaje favorito. Otro que ha cambiado es Sevro, el mejor amigo de Darrow. El peso que tiene sobre sus hombros es enorme. Durante meses, su mejor amigo, su gran apoyo y confidente ha estado desaparecido y, además, ha tenido que ocupar el lugar de Fitcher, su padre, como Ares, con la responsabilidad que ello conlleva. Es el único que durante ese tiempo no ha dejado de buscar a Darrow cuando los demás habían perdido la esperanza, además de coordinar a los Hijos, acumular suministros y preparar a sus soldados para una una guerra inminente. Sevro siempre me gustó por su lengua afilada y por no tener filtro a la hora de hablar. Suelta lo primero que se le pasa por la cabeza y no tiene reparos en ser escatológico ni teme ofender a los demás. Aunque su actitud sea la de un tipo pasota y sanguinario, lo cierto es que se preocupa muchísimo por sus amigos y el secuestro de Darrow y toda la responsabilidad que tuvo que soportar sin haberlo pedido, le pasó factura. En algunos momentos he sentido cierto enfado hacia él por su actitud cuando aparece el Segador, pero al mismo tiempo es un personaje fácil de comprender, de conectar con sus sentimientos y tener empatía.

El último personaje que quiero rescatar es a Ragnar. Esta mole obsidiana logró abrirse un hueco en mi corazón y en Mañana azul tiene aún más protagonismo. No quiero revelar mucho acerca de él porque su historia es realmente interesante y está cargada de momentos que nos quitarán el aliento. Su evolución también ha sido espectacular, los sentimientos que desarrolla poco a poco, la amistad tan profunda que establece con Darrow y con sus amigos... Me ha gustado muchísimo y me ha hecho sufrir por igual. También, como ya he comentado, nos reencontraremos con viejos amigos como Roque y Casio, Mustang, Dancer... En definitiva, en esta última entrega de la trilogía contaremos con todo el elenco al completo.

En cuanto a la trama, solo puedo definirla como: espectacular. Como ya nos tiene acostumbrados, Pierce Brown es el rey de los giros de trama, de las sorpresas (tanto agradables como desagradables), de soltar bombas que te pueden hacer exclamar un sonoro ¿qué? y de dejarte patidifuso a cada página. Estos giros están desde las primeras páginas de la novela, pero es desde la mitad hacia delante cuando nos encontramos con un ritmo frenético, que casi no te deja ni respirar. Es entonces cuando, si antes te costaba despegarte del libro, te vas a encontrar completamente atrapado en la historia y vas a ser incapaz de soltarlo. Es una novela cargada de acción, de aventuras, de infartos, de momentos increíbles. El ritmo es absolutamente trepidante; cuando tu corazón aún no se ha recuperado del susto anterior, el autor te ataca de nuevo. Y el final ha sido absolutamente impresionante, es el desenlace que se merece esta saga. Ha sido perfecta de principio a fin, los libros no han ido decayendo ni han ido flojeando como suele suceder, sino que el autor ha conseguido mantener la calidad en todo lo que ha escrito.

La pluma, por supuesto, es preciosa. Es una de las cosas que más me ha gustado siempre de esta trilogía, que la narración es muy bonita, de esos libros que da placer leer. Incluso aunque hable de sangre y destrucción, el autor consigue crear una atmósfera mágica mediante su forma de escribir.

Si tengo que añadir un punto negativo, que en realidad no lo es tanto, es que Pierce Brown es un poco tramposo. En teoría, Darrow es el protagonista, por lo que todo lo que le sucede a él directamente tiene que saberlo. Si Darrow lo sabe, el lector, por lógica, también. Sin embargo, muchos de los giros de trama que he comentado arriba han sido tal porque el autor, y por tanto el protagonista, ha omitido información de manera deliberada. Es decir, en algunas escenas, Darrow ha "fingido" que no sabía lo que iba a suceder, desviando nuestra atención, de tal manera que el autor nos colaba un plot twist de manual que no debería ser tal porque Darrow sabía a la perfección lo que iba a ocurrir (si habéis leído Mañana azul sabréis perfectamente a qué escena me refiero).

Esta saga está en mi top de sagas favoritas. No tengo palabras para describir lo que me ha hecho sentir, lo que he disfrutado y sufrido con Amanecer rojo. Estoy contenta de que el autor continúe haciendo libros en el mismo universo y espero que la calidad sea igual de buena que la trilogía principal. Estas novelas son de esas que te dejan un pequeño vacío en el pecho cuando las terminas.
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Después de aquel fulminante final en Hijo dorado de verdad moría de ganas de tener el tercer libro en mis manos pues moría por saber cómo iba a terminar la historia pero a la vez tenía miedo de que no fuera a cumplir mis expectativas que para ese momento eran altísimas, así que comencé el libro con el alma en vilo, rogando a los dioses porque las cosas salieran bien y que no terminara decepcionada y para mi gran satisfacción he terminado completamente encantada. Es más, recibí más de lo que esperaba.

No hay Ares que te salve. Ni Mustang que te ame. Estás solo, Darrow.
Para aquellos que aún no conocen la historia (no sé debajo de que piedra viven) aquí un pequeño resumen. Esta historia está compuesta por tres libros. En el primero, Amanecer rojo conocemos una sociedad divida en colores donde el dorado está en la cabeza y el rojo al final. Darrow es nuestro protagonista, un joven rojo quien un día tiene que ver como su mujer es ahorcada en público por el simple hecho de soñar con un mundo mejor. Darrow decide seguir a su esposa en la muerte pero es salvado para una misión especial. Una misión que consiste en infiltrarse entre los dorados para destruirlos desde dentro.

En el segundo libro, Hijo dorado veamos a Darrow en toda su grandeza no sólo conquistando territorios sino que también ganando el apoyo de valiosos aliados que serán muy importantes en su camino. Este libro puede ser descrito en una palabra “brutal”.

Finalmente en este tercer libro llegamos a la etapa final de la batalla. Los dorados descubren que Darrow es rojo de nacimiento y la batalla ha sido declarada. Darrow tendrá que buscar a todas los colores inferiores y unirlos para formar un ejército capaz de derrocar la monarquía dorada.
Mañana azul comienza poco menos de uno año después del final del segundo libro, cuando Darrow ha perdido todo y es prisionero del Chacal y sus enemigos y aliados lo dan por muerto hasta que los hijos de Ares logran dar con él casi por milagro. Darrow regresa al juego pero ya no es el mismo de antes. Ya no es aquel chico lleno de venganza al que no le importaba arrasar con todo en su camino, ya no es el Segador que esta lucha necesita pero si quiere ganar la guerra, primero deberá encontrarse a sí mismo.
Hoy siento los gritos silenciosos de una civilización a la que llevan cientos de años pisoteando.
Si ese pequeño resumen no les ha abierto el apetito hacía la historia, permítanme que les hable de los personajes. Tenemos primero que nada a nuestro protagonista Darrow, quien ha tenido una GIGANTESTA evolución a lo largo de los libros. Lo hemos visto en todos los estados posibles, desde la absoluta devastación hasta la esperanza. En el segundo libro dije que amaba ver a Darrow siendo fiero y sin misericordia pero amé mucho más verlo en este libro, donde demostró que es más que un guerrero pues el autor nos permitió ver a un Darrow más humano, más débil lo cual engrandeció muchísimo al personaje. Hay a lo largo del libro muchísimos diálogos internos donde nos deja ver que ya no es sólo una máquina para matar sino un humano que sólo está buscando paz. El cambio tan drástico que dio de matón a humano me ha dejado completamente encantada.

No sólo pudimos ver este lado más humano de Darrow sino que también pudimos verlo en Sevro, el pequeño líder de los aulladores y mi personaje favorito de toda la historia. Desde el primer libro Sevro se nos demostró como un completo salvaje y loco y sí, eso se ha mantenido en los tres libros pero esta vez vemos momentos en los que es vulnerable al verse cargando una gran responsabilidad y esos momentos me hicieron apreciarlo aún más y sigo diciendo que Darrow no hubiera llegado a la esquina sino es por él. Simplemente no pude haber historia sin Sevro.

También están Victra y Ragnar quienes también se ganaron mi corazón en este libro. Victra es la heredera de una de las familias más importantes de los dorados y aun así decidió ser fiel a sus principios y luchar por lo que es justo mientras que Ragnar no es más que un esclavo que por fin ha decidió vivir. Ambos personajes han engrandecido demasiado la historia y simplemente no podía no mencionarlos.



Además de contar con increíbles personajes la historia cuenta con un universo increíble. de verdad que en ninguno de los tres libros Brown dejó de impresionarme con el perfectamente bien pensado universo que creó. Pero lo que más me sorprende es que a pesar de la complejidad de su mundo y la historia para nada resulta confuso. Es una historia muy sencilla de leer y eso se debe a la adictiva pluma del autor. Tan adictiva que les apuesto lo que quieran a que una vez inicien alguno de los libros no podrán dejarlo.

Sólo hay dos pequeños detalles de los que tengo que quejarme, uno es el título del libro. Creo que al querer seguir la secuencia de los colores la editorial cambio “Morning Star” por “Mañana azul” y a mi parecer fue desafortunado que lo hicieran pues al leer el libro entiendes el significado del título y es un significado que resumen bastante bien la lucha de Darrow.
Y el otro detalle… aquí les tengo que a visar que viene un gigantesco SPOILER. Ya sabía yo que no todos podrían salir vivos de esta pero, ¿era necesario la muerte de Ragnar? Estaba a pasos de su libertad, de volver con su gente y demostrarles la verdad. No es justo que se quedara tan cerca. ¡Y Sevro! Por favor si ya leyeron el libro platiquen conmigo ese plan maestro que casi me hace abandonar el libro cuando vi que mi pequeño aullador lleno de sangre y sin moverse. Ya estaba yo planeando la muerte del autor cuando entendí el plan. FIN DEL SPOILER.
El Segador ha llegado. Y se ha traído el infierno con él.
En resumen, Mañana azul es el perfecto cierre de una trilogía distopica única. Una trilogía brillante que simplemente no pueden perderse.

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No sé por dónde empezar a escribir esta reseña. Me ha encantado el libro, la trilogía, todo. Cada momento, cada personaje, ha sido una maravilla… Vale vale, mejor vamos por orden porque quiero contar tantas cosas. El diseño externo es precioso, ya sabéis que las portadas negras minimalistas me encantan, las siento muy elegantes. Tapa blanda con solapas, con un total de seiscientas sesenta y ocho páginas divididas en sesenta y cinco capítulos, prólogo, epílogo y agradecimientos. Los capítulos los he sentido un poco más cortos que en Hijo dorado. Se encuentra narrado en primera persona bajo la voz de Darrow, al igual que en los anteriores.

Mañana Azul continua nueve meses después de los acontecimientos ocurridos en en Hijo dorado. Las primeras páginas fueron complicadas de leer por la crueldad que se palpaba en ellas. Es un libro que me ha encantado, el autor ha sabido llevar bien la revolución y la guerra sin que se sintiese aburrido en ningún momento. Algo que me ha encantado es que la trilogía, si he contado bien, ocurre durante el periodo de seis años, es decir, no es una revolución que se da de la noche a la mañana, ni una guerra que dura una semana, sino que dura meses, o más, y ese detalle me ha encantado, pues siento que lo hace mucho más creíble. Sigo diciendo que el cliché del elegido está muy bien llevado, pues Darrow no es ningún héroe, solo es una persona normal que se ha transformado en un icono, y bueno, que tiene cierto don para el debate. Pierce se nota que se ha informado bien sobre el espacio, los planetas, sus lunas, como serían las naves, etc, además del conocimiento de las altas esferas y sus pensamientos. En la trilogía de Amanecer Rojo podemos notar racismo hacía los colores inferiores, pero en este se acentúa, me encanta que haya metido ese detalle, como crítica a la realidad, donde muchas opiniones son borradas simplemente por ello. Ahora bien, me apena decir que no todo es tan perfecto, pues si hubo un momento, por el final del libro, que lo sentí un poco metido con calzador, en plan, pum, sorpresa, pero bueno, solo es un detallito de nada, el resto del libro he sentido que fluía por sí solo. Y no puedo terminar sin decir que toda la trilogía me ha parecido muy original, la división de los colores, las tallas, todo.


Mañana Azul es un libro que me ha mantenido totalmente enganchada a sus páginas, se puede decir que lo he devorado. Cada vez que terminaba un capítulo quería empezar el siguiente. Si los libros anteriores los habéis amado este os mantendrá enganchados a sus páginas desde el comienzo. Un libro para nada predecible, con varios plot twist, y plot twist dentro de plot twist, sin duda el autor ha sabido jugar con mi mente. Pero, también ha sabido controlar esos momentos, usándolo solo cuando era necesario. El final me ha gustado mucho, totalmente acorde a la historia, solo diré dos cosas, que quiero hacerme con los dos libros siguientes, y que si hubo un detalle que lo sentí un poco metido con calzador, pero por lo demás, cuando lo cerré sonreí y después me sentí vacía sin saber qué hacer con mi vida.

Los personajes son de diez, bien porque los hayamos amado, bien porque queramos lanzarlos a una piscina de ácido, todos me han hecho sentir algo, y eso, hoy en día, es lo que siempre busco en un libro. La evolución de Darrow es increíble, cómo pasa de un rojo asustado que no sabe nada del mundo a un líder, cómo el traidor de Roque intenta excusarse de manera barata, El enorme corazón de Ragnar, la lengua ácida de Sevro (Mi personaje preferido), El sentido de la justicia de Victra, etc.
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“𝔼𝕟 𝕤𝕦𝕤 𝕠𝕛𝕠𝕤 𝕒𝕥𝕚𝕤𝕓𝕠 𝕝𝕒 𝕤𝕠𝕝𝕖𝕕𝕒𝕕, 𝕖𝕝 𝕒𝕟𝕙𝕖𝕝𝕠 𝕡𝕠𝕣 𝕦𝕟𝕒 𝕧𝕚𝕕𝕒 𝕢𝕦𝕖 𝕕𝕖𝕓𝕖𝕣𝕚́𝕒 𝕙𝕒𝕓𝕖𝕣 𝕤𝕚𝕕𝕠 𝕪 𝕖𝕝 𝕕𝕖𝕤𝕥𝕖𝕝𝕝𝕠 𝕕𝕖𝕝 𝕙𝕠𝕞𝕓𝕣𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕢𝕦𝕚𝕖𝕣𝕖 𝕤𝕖𝕣 𝕡𝕠𝕣 𝕕𝕖𝕓𝕒𝕛𝕠 𝕕𝕖𝕝 𝕙𝕠𝕞𝕓𝕣𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕔𝕣𝕖𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕥𝕚𝕖𝕟𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕖𝕣”.

La mayoría de los lectores de esta saga coinciden en decir que este es el más flojo de los tres primeros libros, pero yo, en contra de esa opinión popular -para variar- no estoy de acuerdo. Para mí la saga ha mejorado con cada libro y este lo he disfrutado a tope.

Los personajes se han hecho más adultos, la trama es más verosímil y hasta me he reconciliado con el personaje principal (quién lo diría).

De nuevo, las batallas estelares están muy bien narradas y las escenas de peleas cuerpo a cuerpo también, como si estuvieras allí mismo. Y considerando que toda la historia es contada en primera persona por un único personaje, no se echan en falta grandes partes de la historia. Aunque él no esté allí, el autor rellena muy bien los huecos.

Hay plot-twists que -aunque para mí no lo fueron tanto porque los vi venir, es mi maldición- están sumamente bien ejecutados y no me importó mucho. Sé que a otros lectores les voló la cabeza así que espero que no os pase. Yo, de todos modos los disfruté a tope esperando a que el engranaje se colocara en su lugar y todo encajara.

Sólo me ha rechinado un poquitín algo que pasa muy al final, más por inesperado que porque no sea adecuado, ojo, quizás es un tema de preferencias personales, de que a mí no me parecía necesario para la conclusión de la historia.

Es un fin de trilogía y, como tal, tiene una conclusión. Podría quedarse aquí. Pero el autor nos ha regalado dos libros más que no creo que tarde mucho en empezar.

Pierce Brown acaba su trilogía Amanecer Rojo con la maestría que se esperaba de él, dejándote con una increíble sensación de vacío que sabes que tardará en desvanecerse. Ha conseguido que tenga que darme una pausa de fantasía y ciencia ficción para que pase el "boom" de Mañana azul porque si continuo con lecturas así, se que no voy a dejar de compararlos. Ha sido un final grandioso, el que se merecía esta historia.

SPOILERS DE LOS LIBROS ANTERIORES

[Darrow ha sido torturado durante meses después de que su ascenso fracasase y el hermano de Virginia ascendiese al poder de Marte. Encerrado en una caja sin poder morir al estar entubado para recibir nutrientes y sin nadie con quien hablar, siente que toda esperanza se ha perdidizo y que está perdiendo poco a poco la cabeza. ¿El vale? Es un sueño. ¿Eo? Una mártir que le condujo hasta allí sin pensar en los demás. ¿Para qué seguir luchando? Si todo se ha perdido y sus amigos han muerto, no queda nada por lo que luchar. Sin embargo, los hijos de Ares nunca se rinden. (hide spoiler)]

FIN DE SPOILERS

Pierce Brown tiene la capacidad de conectar cada hilo de su historia para que la trama tenga sentido. No solo lo hace con lo que va ocurriendo, sino también con los sentimientos, con la forma que tienen los personajes de actuar por unas razones u otras. No hay nada vacío ni por que sí. Todo funciona por una razón, todo lo que va ocurriendo tiene un motivo que se entrelaza con otras partes de la trama para darte la sensación de que todo tiene un fin. Admiro su capacidad de crear una historia tan elaborada y pensada en la que no haya cabos sueltos. El mundo está perfectamente construido para que haga juego con la profundidad de la historia y los personajes. La tradición, las leyendas, las canciones y los cuentos que tienen los distintos pueblos han sido elaboradas a conciencia.

Cómo he mencionado en las reseñas de los anteriores libros, admiro como trata la historia y hace referencias a ella. También va dando diversos guiños a la literatura de tiempos pasados. Utiliza el pasado para enorgullecer a una sociedad incapaz de continuar evolucionando y llena de corrupción como ocurría con los fascismos que trataban de demostrar su superioridad a través de la tradición clásica y las leyendas de sus países. Es una historia que hace un análisis profundo sobre el poder, sobre cómo el pasado está escrito por los vencedores y cómo se trata de silenciar al mundo para que el equilibrio establecido no sea destruido. Además de estos, hay otros muchos temas que vemos camuflados en un universo donde los hombres conquistan planetas y la tecnología es capaz de cualquier cosa como la venganza, el dolor de la pérdida, los estragos de las guerras o el perdón.

Los personajes tienen una profundidad asombrosa. Todos llegan a ser comprensibles y tan reales como la vida misma. Sus emociones son las que tendría cualquiera en su lugar, al igual que sus comportamientos. Ha llegado ese punto en el que consigue que ninguno pueda ser tu favorito, que te enamores de sus relaciones y no tanto de ellos por separado. Elegir a uno de ellos es como escoger que brazo cortarte. Hay personajes que no puedes odiar a pesar de haber cometido errores y otros que, a pesar de tener momentos bonitos, no puedes olvidar. También vemos la corrupción de las personas y la maldad en estado puro que combinan con la bondad, el honor y el respeto que causan otros.

En conclusión, va ser difícil superar esta historia, pero te deja con un buen sabor de boca. Es el final perfecto para una trilogía que me ha calado muy hondo y que no solo se ha convertido en una de mis tres favoritas, sino que ha entrado directamente en el top 10 dos años seguidos. Esto es algo asombroso si tenemos en cuenta que solo estamos en febrero y ya dudo que este tercer libro baje del podio.
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