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Matsurika es la joven princesa del imperio de Kourozen ("el País de Dios). Su padre la ha prometido con el príncipe de Cantabria, aunque este compromiso no le gusta nada a la princesa. Pero es mujer y princesa, nadie le pide opinión ni tiene poder con sus decisiones. Una noche, alguien entra en su cuarto. Un malvado pirata secuestra a la princesa y quiere llevarla ante un altar de sacrificios. Y la princesa será el sacrificio humano por ser descendiente de Dios. Una trama llena de aventuras, tragedia, batallas en alta mar, traiciones, tráfico humano y de romance. Sobre los personajes, estos van teniendo una evolución, no muy grande, pero no son personajes planos. La princesa Matsurika rompe un poco esa inocencia y esa invisibilidad y va tomando decisiones por ella misma. Raju sigue siendo frío y misterioso, pero al final del tomo se convierte en otra persona. Es también un hombre con sus ideas muy claras. Por último, el príncipe Orlando sigue en su camino, si ya de por sí no me hacía mucha gracia en el primer tomo, en este ya es el colmo. En este segundo tomo se van a ir descubriendo todos los misterios y secretos que encontramos en el primero. Algunos de estos secretos ya se intuían en el anterior y otros no, como la existencia de un país, Amurtat, ahora desaparecido y destruido, o la identidad secreta de Raju y su tripulación. Además tendremos una batalla final y más drama, así como el romance (el toque característico de este shojo). En cuanto al apartado artístico, repetimos lo que ya dijimos. El dibujo de Ayumura es un estilo muy limpio, bonito y detallado, especialmente en los ropajes y los rostros. El fondo, cuando hay, será breve, apenas unos detalles para situarnos la escena. Lo que sí me ha llamado mucho la atención es que se puede apreciar muy bien la diferencia social que hay en todos los personajes, ya sea principales o un simple aldeano que se cruza en el camino, y el dinamismo que hay en las escenas de batalla y de acción. Enlace: https://lagranbibliotecadeda.. |
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