“Tormenta de guerra” es la cuarta y última parte de la saga de la reina roja. Si no has leído los anteriores libros, esta reseña puede contener spoilers. Nos encontramos justo donde lo dejamos en el anterior libro. Mare tiene el corazón roto y dividido mientras intenta recuperarse de la traición de Cal. Aun así, para ser más fuerte, Mare y la Guardia deberán unirse a Cal y a los plateados que lo apoyan para hacer frente a Maven y su gobierno despótico. La mayoría de los personajes han evolucionado a lo largo de este libro. Esta vez, tenemos cinco narradores: Mare, Cal, Evangeline, Maven e Iris. Mare se vuelve más fría debido a su corazón roto y a la dureza de la guerra, que trastoca su salud mental en varias ocasiones. Por otro lado, siento que Cal se convierte en una marioneta de su padre muerto y de su abuela, quienes lo convencen de que nació para ser rey y que, por tanto, no tiene otra misión en la vida. Siento que a Cal le cuesta a menudo tomar decisiones propias y muchas veces no sabe cómo actuar. Luego está Evangeline, uno de los personajes más interesantes de la saga, y es que empezamos a ver quién es ella de verdad: sus sentimientos, sus pensamientos y sus valores. Ella se siente como una moneda de cambio en un juego de poder y desearía ser otra persona: no una princesa plateada, sino una joven normal con libertad para perseguir sus sueños y seguir su corazón. Vemos el gran cariño que le tiene a su hermano Ptolemus, lo que aporta al personaje un toque aún mayor de humanidad. En cuanto a Maven, el rey niño sigue siendo más o menos igual que en los demás libros: esa persona cruel, malvada y dispuesta a cualquier cosa con tal de no perder su reluciente corona. Se sigue haciendo hincapié en la forma en la que su madre corrompió su mente y su corazón, aunque no le pudo extirpar del todo el amor que sentía por Mare (cosa que se ve reflejada en varios puntos del libro). En este libro, él solo es narrador durante dos o tres capítulos, lo que es una pena porque me gustaría haber podido profundizar más en sus pensamientos y averiguar sobre sus ideales y sentimientos más profundos. La última narradora es Iris Cynet, esposa de Maven y princesa de la Comarca de los Lagos. Es un personaje que no he calado del todo, pero es indudable la determinación y astucia con la que desarrolla su papel en la novela. Dicho esto, me ha faltado la participación de Cameron, que en los otros libros protagonizaba un papel suficientemente importante como para ser narradora, mientras que en este desaparece por completo y solo se la menciona en tres o cuatro ocasiones en todo el libro. Entre las cosas que me han gustado, cabe destacar la visión que se nos da de Montfort. Por fin podemos viajar a este utópico país donde rojos y plateados conviven sin problemas, así como otros lugares tales como las tierras Bajas o la Comarca de los Lagos. Partes importantes de la trama se desarrollan dentro de las fronteras de estos países, algo que llevaba esperando mucho tiempo. También me ha gustado que se nos repitan y recuerden brevemente sucesos que pasaron en libros anteriores, ya que nos refrescan la memoria y nos ayudan a entender mejor la historia. Para continuar, he de decir que se me ha aclarado bastante el croquis mental de relaciones políticas entre cada uno de los bandos, ya que los intereses de cada uno de ellos están muy bien definidos. Sabemos en todo momento qué persigue cada personaje y cuáles son sus motivaciones, así como los planes y maquinaciones que van trazando para conseguir estos objetivos. Sin embargo, este libro se me ha hecho difícil de leer por lo lento de la historia. Siento que en ciertas partes de la novela la autora de explaya con descripciones o escenas innecesarias, lo que hace que la lectura sea aburrida. Las casi 800 páginas se podrían haber resumido muchísimo más para conseguir una lectura adictiva, y es que la historia en sí es interesante, pero no lo es tanto la forma de narrarla. Aunque no me arrepiento de haber terminado esta saga, le encuentro varios puntos negativos a la mayoría de libros de la misma. Por ejemplo, siento que las relaciones sentimentales entre personajes no importan apenas en favor de un extenuante entramado político y militar. Lo que quiero decir es que me falta sentimiento y emoción, sobre todo en lo referente al romance entre Mare y Cal. Por otro lado, la política ocupa la gran mayoría de las páginas, y a veces sentía que estaba leyendo un libro de historia donde nos explican cuáles son los distintos bandos de la guerra, cuáles son sus objetivos, sus alianzas y sus mayores enemigos. Para continuar, no creo que haya sido buena idea meter a tantos personajes a lo largo de la saga. He llegado a confundir unos personajes con otros por la gran cantidad de nombres y, además, el hecho de que haya tantos personajes hace que algunos se queden atrás y sean olvidados cuando podrían tener un papel interesante en la historia (como es el caso de Cameron). Asimismo, se me hace poco realista las pocas muertes que ha habido en este libro comparado con la gran cantidad de guerras. Ya para terminar, solo decir que el final ha sido un tanto decepcionante. Todo acaba de la forma más sencilla posible: no sucede nada épico ni sorprendente, la historia simplemente se acaba sin más. Y por si fuera poco, el final nos deja aún con interrogantes sin resolver sobre el futuro de Norta y el de los personajes principales. En conclusión, diría que este libro ha sido más entretenido que los dos anteriores, ya que nos muestra más variedad de escenarios a la vez que la trama se hace algo más atractiva. Sin embargo, no ha logrado cumplir mis expectativas y me ha dejado con un sabor de boca agridulce al terminar con un final tan abierto. Recomendaría el libro solo a aquellas personas que quieran terminar la saga y a las que disfruten de verdad con las historias de enredos políticos y militares, ya que, como su mismo nombre indica, “Tormenta de guerra” está plagado de estos temas. + Leer más |