La espada de cristal

Ayer era un príncipe; hoy es el rey. Pensé que era mi amigo, mi prometido; ahora sé que no lo es.
Un día confíe en él. Hoy sé que lo odio, que le temo.

-Un día no muy lejano te perderás - Musita - . Y no estaré ahí para guiarte.

-Haremos de ti la persona más letal del mundo.
Temo que algún día me arrepienta de estas palabras.

-Cuide de su destino, Mare Barrow.
-¿Y cuál es mi destino?
-Ascender. Ascender sola. Veo aquello en lo que podría convertirse, ya no en el rayo sino la tormenta. La tormenta que envolverá al mundo entero.

Hacer lo que debe hacerse y olvidar lo que debe olvidarse.

-El príncipe vendrá con nosotros. Te doy mi palabra.
-No confio en tú palabra.

Una mentira es lo que estas personas necesitan para seguir adelante. Y si mi engaño salva a una de ellas, vale la pena que dé mi alma a cambio.

Incluso los rostros que me persiguen, los rostros de los muertos, han desaparecido. Es curioso que justo ahora que estoy muriendo, mis fantasmas decidan abandonarme.
Ojalá regresaran.
Ojalá no tuviera que morir sola.

Sé lo que es matar a una persona. Sé lo que eso crea en ti.

El ejército más grande que el mundo haya visto jamás. Un ejército de nuevasangre.