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... Dios llevaba años muerto, pero el diablo había vuelto a Manhattan y estaba haciendo de las suyas en la parte norte del distrito.

... Con la ira y la decepción no se llega muy lejos, comprendió, pero sin la curiosidad estaba uno perdido.

...., aquellas noches en las salas de concierto suponían nada menos que la revelación de cómo funcionaba su propio corazón, porque la música era el corazón,...

El hombre del futuro había muerto.
Ciudad irreal.

Ferguson no había cumplido cinco años, pero ya entendía que el mundo se componía de dos reinos, el visible y el invisible, y que las cosas que no podían verse eran con frecuencia más reales que las que se veían.

Su madre se llamaba Rose, y cuando fuera lo bastante mayor para atarse los zapatos y dejar de hacerse pis en la cama, pensaba casarse con ella....

(...) Ferguson y sus amigos comprendían que estaban viviendo en un mundo irracional, en un país que asesinaba a sus presidentes, legislaba en contra de sus ciudadanos y enviaba a sus jóvenes a morir en guerras inútiles, lo que significaba que estaba más en sintonía con la realidad del presente que sus mayores.

... Ferguson comprendió que el mundo estaba hecho de historias, de tantas historias diferentes que, si se juntaban y se ponían en un libro, el volumen tendría unos novecientos millones de páginas.

... pero Francia era además el centro de todo lo que no era norteamericano, con los mejores poetas, los mejores novelistas, los mejores cineastas, los mejores filósofos, los mejores museos y la mejor cocina,...

Sentimos lo que sentimos, escribió, y no somos responsables de nuestros sentimientos. De nuestros actos sí, pero no de lo que sentimos.