En este clásico nos encontramos con las hermanas Dashwood, quienes representan el sentido y la sensibilidad, respectivamente, que da título a la obra. Elinor, la hermana mayor, es la hermana racional, calmada, a la que le cuesta más expresar sus sentimientos; y Marianne es su polo opuesto en cuanto a personalidad se refiere, ella es sentimental, espontánea, incapaz de disimular a través de su actitud lo que piensa. Las hermanas Dashwood viven felizmente con su familia en su casa, hasta que el padre de éstas muere. En consecuencia, la casa pasa a pertenecer al hermanastro de Elinor y Marianne, John Dashwood. Resumiendo, las hermanas y su madre acaban abandonando su hogar para que un primo lejano, el señor John Middleton, las acoja en su casa. El hogar abandonado por Elinor y Marianne es ocupado por John Dashwood y su mujer (vaya bicho es esta persona, un personaje brutal para una novela, detestable para el lector). A partir de este punto podemos leer cómo transcurre la nueva vida de las protagonistas, en una sociedad, la alta sociedad inglesa, donde la formas y las apariencias se anteponen absolutamente a todo. Cabe destacar que las hermanas no encajan en este lugar, pero las circunstancias las obligan, al menos, a intentarlo. Se puede percibir a lo largo de la novela la afilada crítica que hace Jane Austen de esta gente, a través de unos magníficos personajes secundarios. En su conjunto es una novela de amor, donde nuestras Elinor y Marianne sufren reveses sentimentales importantes que no se merecen (también tienen alegrías, menos mal). La verdad es que me han caído bien, y me ha dado pena sentir que no estaban en la época o lugar adecuados a su forma de ser. He disfrutado con la prosa de Austen, he leído un libro muy bien escrito que ha conseguido engancharme pese a no tener un argumento plagado de giros o sorpresas. Tampoco le hace falta. Después de iniciarme con la autora, a quien no había leído aún, tengo en mente leer "Orgullo y prejuicio", para quitarlo de la inmensa lista de libros por leer que vengo acumulando desde que visito este maravilloso espacio llamado Babelio. |