-Muy cierto- replicó Elisabeth -, y podría perdonarle su orgullo si no hubiera herido el mío.
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-Muy cierto- replicó Elisabeth -, y podría perdonarle su orgullo si no hubiera herido el mío.
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Y así, pese al orgullo de él y al prejuicio de ella. Elizabeth y Darzy encontraron la pareja perfecta el uno en el otro.
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Piensa solo en el pasado cuando su recuerdo te sea placentero
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-Son pocas las personas que en verdad amo, y aún menos de las que pienso bien. Entre más veo este mundo, más insatisfecha estoy con él. Cada día confirma mi creencia en la inconsistencia del humano y de la poca dependencia que se puede tener en la apariencia del mérito o el sentido. –Elizabeth Bennet.
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[...] A menudo es nuestra propia vanidad lo que nos engaña. La imaginación de las mujeres hace que concibamos demasiadas ilusiones respecto de los hombres.
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No me tenga por una dama elegante que solo pretende torturarlo, sino como una criatura racional que le dice la verdad de todo corazón
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-¿Pretende asustarme, señor Darcy, al venir con esa solemnidad? -exclamó-. Pues no pienso alterarse aunque su hermana sea una gran pianista. Hay en mí una obstinación que me impide doblegarme ante la voluntad de los demás. Mi valor aumenta cuando tratan de intimidarme.
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"Y ahora tomo de nuevo la pluma para pedirte que hagas lo que antes te dije que no te pediría: vuelve en cuanto puedas, lo antes posible."
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"El esfuerzo ha de ser proporcional a su motivo"
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-Seguro que te parece encantador. -¡Dios me libre! ¡Sería la mayor de las desgracias! ¡Encontrar encantador a un hombre a quien se había decidido odiar! No me desees semejante castigo. |
Jane Austen (16 de diciembre de 1775-18 de julio de 1817) fue una novelista británica que vivió durante la