Emma

4. Relectura.

He vuelto a disfrutar de esta historia. Emma es de los personajes más odiados y a la vez más queridos creados por Jane Austen; en mi caso, me quedo en un término medio en el que me gusta a la vez que me irrita y me causa rechazo, no lo voy a negar. ¿Pero qué pasa con esta Emma?

Emma es una joven inteligente, bien situada socialmente, rica y con todo para ser feliz sin necesidad de un buen matrimonio; es vanidosa y le da gran valor a las clases sociales y al lugar que le corresponde a cada uno, sintiéndose por supuesto en merecida alta posición con respecto a otros. Decidida a no casarse y a permanecer libre, dedicada a cuidar de su padre y a mantenerse en su hogar entre aquellos que la quieren, le gusta ocupar parte de su tiempo orquestando posibles y futuros enlaces. En cierto momento, su amiga y antigua institutriz se casa y se marcha de la casa, dejándola a ella y a su padre melancólicos por su falta. Tras esto, acoge bajo su protección a una joven de ascendencia no muy clara, Harriet, con belleza, ciertos modales y la suficiente ingenuidad y adoración hacia ella que la hacen idónea para su compañía; está dispuesta a formarla y a darle la distinción necesaria para merecer estar entre ella y sus allegados, buscándole un buen partido a su querida pupila entre todos ellos. A lo largo de la trama vamos viendo una maraña de relaciones entre los personajes y diversos malentendidos que tienen resultados no muy favorables ni para ella ni para su querida protegida, siendo su trabajo de casamentera verdaderamente desastroso. En contraposición, tenemos al señor Knightley que le señala continuamente su falta de acierto, siendo sincero al compartirle su opinión con respecto a sus ideas y conductas, pero esta señorita manipuladora cree llevar siempre la razón y además, está tan pendiente de lo que sienten unos y otros o de lo que deberían de sentir bajo su juicio, que precisamente se le olvida analizar sus propios sentimientos.

Una trama que engancha, que te mantiene pegada a las páginas para saber cómo terminan todos los personajes que van apareciendo y que conforman un elenco muy atrayente. Vemos aumentar los errores de Emma a la vez que ella va percatándose de los mismos poco a poco, llegando a ser una joven más madura, con más templanza, más tolerante y con menos índole de supremacía, aunque sin llegar a perder del todo esa esencia suya tan característica. Es un personaje que me atrapa, aunque pueda llegar a causar rechazo.

En definitiva, personajes maravillosos muy bien creados (Austen dibuja perfectamente los diferentes caracteres), humor, giros que sorprenden y un crecimiento personal de la protagonista que no pasa desapercibido; y por supuesto, el retrato de esa realidad social de la época a la que Austen nos tiene también acostumbrados. Una novela entretenida y que se disfruta de principio a fin.