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Mientras Julia intenta esconder el pasado del hombre al que amó y construir un futuro para su hijo, creando para este fin un taller de costura, un secreto inconfesable que había permanecido oculto de generación en generación sale a la luz en la mansión de la familia Monforte (una de las familias más influyentes de la Zaragoza de los años 50) Nos adentramos cual testigos presenciales en un escenario de post guerra, donde las huellas profundas dejadas por esta, marcaban el día a día de familias que habían quedado huérfanas, donde la cartilla de racionamiento era el único sustento para muchas otras y donde el papel de la mujer se circunscribia al de ser esposa y madre; gracias a la exquisita ambientación y documentación de la que se vale el autor. La calidad de los personajes es otro de los puntos fuertes, que me permitió disfrutar tanto está lectura, cada uno con sus luces y sombras tal como cualquiera de nosotros, nos arrastrarán de su mano y junto a ellos sentiremos impotencia por más de una injusticia y abuso cometido hacia los más desfavorecidos en esa época, veremos crecer el amor, reiremos y sobre todo los veremos evolucionar y eso al menos para mí tiene un gran valor en una novela. Es destacable el manejo que hace de la intriga Carlos Aurensanz, pues aún tratándose de una novela bastante extensa nos mantendremos expectantes capítulo a capítulo durante las cuatro partes en las que se divide la historia, deseando continuar leyendo,para descubrir todos los entrecijos que se nos presentan tejidos cual hebras que se cruzan para crear una obra que al menos en mi caso he podido contemplar con admiración al llegar al punto final. Sin dudas os lo recomiendo a quienes como yo amen las novelas donde se unen, romances, historia, intriga y mujeres fuertes que rompieron esquemas en épocas pasadas y que muchas sin ser del todo conscientes nos han allanado el camino hacia la independencia y libertad de la que hoy disfrutamos. |
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