Nada se acaba

En Nada se acaba Margaret Atwood deja sus distopías por la vida real. En esta novela, la autora nos trae una pareja relativamente abierta, un tanto hipócrita por otro lado: cuando ella tiene amantes, todo va bien, pero cuando él tiene alguna amante, ella se lleva las manos a la cabeza y comienza a buscar el fin de esa relación.

Los personajes están muy bien definidos, ella egoísta, él ausente. Sus amantes son dispares, alguno sensible, otro brutal. Creo que Margaret Atwood es muy buena creando personajes realistas y distintos de los de sus otras novelas. Es un punto fuerte de esta novela, en mi opinión.

La novela está ambientada en las calles de una ciudad de Canadá. Nieve sucia, edificios altos y destartalados, son el telón de fondo para este triángulo amoroso.

El énfasis de este libro se hace en las relaciones de pareja, no solo la de los protagonistas, sino también la suya propia con sus amantes. También nos retrata muy bien la vida familiar, pero con varios ejemplos de familias diferentes.

De todas las novelas que he leído hasta ahora de la autora, esta es quizá la más floja para mí, la que menos me ha aportado y sorprendido. Es una historia sin demasiada acción y movimiento, un tanto estática. Lo que va a suceder pasa al principio y solo da vueltas entre el pasado y el presente. Igualmente, me ha parecido interesante por esta realidad poco conocida para mí que refleja.

Creo que es el primer libro de Margaret Atwood que tal vez olvide pronto, ya que, aunque me gustó, me entretuvó y hasta me sorprendió en algún momento, la temática del libro en sí misma es la cotidianidad, la rutina, la decadencia, y hasta un poquito de desesperanza y aburrimiento. El peso de la vida normal sin ningún hecho relevante cayendo sobre nuestros hombros.
Es de esos libros que no sabes por qué lees, si ya tienes suficiente con la acidez de tu propia vida. No es la típica historia que lees para escapar a otros mundos, para divertirte y reir o sentir bonito, para volver a creer que la vida vale la pena y todo eso que nos han dicho que tiene de beneficosa la lectura.
Tiene páginas y reflexiones sabias, de alguna manera, pero en definitiva no creo que sea para cualquiera, terminas con la sensación de que todos somos unos incapacitados para relacionarnos socialmente y peor, con nosotros mismos (o algo así), pero tambien con la sensación muy leve de que aún podemos cambiar, ¿cierto?
Es verdad que parece tener algo que ver -muy en el fondo- con Resurgir, finalmente son de la misma autora, pero no creo que lo suficiente como para decir que si no te gustó Nada se acaba tampoco te gustará Resurgir, hay tópicos que también se tocan, como las relaciones y una constante sencación de volatilidad, así como la maternidad, la influencia de las familias en nosotros mismos y el trasfondo de la vida en el país, pero no lo suficiente para decir que se relacionan.
No me arrepiento de leerlo, pero tal vez deberías considerar su lectura.

Nada se acaba" cuenta la historia de un triángulo amoroso a finales de los 70 en Canadá. En esta novela contada a 3 voces observamos la debacle matrimonial de Nate y Elizabeth, sus escarceos amorosos con otras personas y lo desesperante, verdaderamente desesperante, de este divorcio inacabado. Me encantó el personaje de Elizabeth porque lo odié, lo odié profundamente. Es una mujer vana, controladora, calculadora y manipuladora, pero, claro, al mismo tiempo, llena de claro oscuros y marcada por otras mujeres, quieres comprenderla, pero es difícil, sobre todo cuando ella a su vez marca a otras: las amantes de su ex. al igual que con "Alias Grace" y "El cuento de la criada" me ha dejado preguntándome por qué, por qué nosotras somos nuestras peores enemigas.