Pero ¿qué es un memorial si lo piensas bien sino una conmemoración de las heridas soportadas? Soportadas y motivo de resentimiento. Sin memoria no puede hacer venganza.
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Pero ¿qué es un memorial si lo piensas bien sino una conmemoración de las heridas soportadas? Soportadas y motivo de resentimiento. Sin memoria no puede hacer venganza.
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¿Por qué tenemos tanto interés en inmortalizarnos? Incluso cuando todavía vivimos. Deseamos reafirmarnos, como los perros que orinan en las bocas de incendios. Exhibimos fotografías enmarcadas, nuestros diplomas de pergamino, nuestras tazas de plata; bordamos nuestras letras en las sábanas, grabamos nuestros nombres en los árboles, los garabateamos en las paredes de los retretes. Todo responde al mismo impulso. Qué esperamos de ello? ¿Aplausos, envidia, respeto? ¿O sencillamente atención, de la clase que sea? Como mínimo queremos un testigo. No soportamos la idea de que nuestras voces se callen para siempre, como una radio que se apaga. |
Hace mucho tiempo murmuré «Quiero morir», y de pronto me doy cuenta de que ese deseo se verá irremediablemente cumplido, y más pronto que tarde. No importa que haya cambiado de idea al respecto.
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Hundes una pala en la tierra, prácticamente en cualquier parte, y lo que sale a la luz siempre es horrible.
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Ahora pienso que era más complicado que eso. Quizá se trata de una advertencia, de una carga incluso. Aunque el amor estuviera en el fondo, seguro que había mucho apilado encima, y ¿que encontraría si excavaba? No un simple regalo, oro puro y reluciente, sino algo antiguo y posiblemente nefasto, como un amuleto de hierro oxidándose entre huesos viejos. Una especie de talismán, ese amor, pero pesado; un objeto pesado para llevarlo siempre encima, colgado de una cadena de hierro alrededor de mi cuello.
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¿En qué año se publicó originalmente?