Sakura

El libro consta de 414 páginas divididas en 22 capítulos y un epílogo. Esta nueva novela, además de muy esperada, como lectora de Matilde Asensi, me llamó la atención porque trata de un pintor que me gusta, van Gogh. Además lo une a un país siempre enigmático, y que me encantaría visitar, Japón.

Ya la portada destaca porque, nada más verla ya te recuerda a van Gogh, uno de los artistas más importantes del impresionismo, y sobre ese fondo la palabra “SAKURA”dividida en sus tres sílabas a lo largo de toda la portada. En las guardas del principio y final del libro, nos podemos encontrar dos cuadros muy famosos de van Gogh “Retrato de el Dr. Gadget”y “Retrato de Père Tanguy” y que son muy importantes en esta novela.

La historia está contada por uno de los protagonistas, Hubert, un galerista holandés, igual que el pintor, que es reunido en París con cuatro personas más, por Ichiro Kago. Ichiro es un japonés obsesionado por encontrar el cuadro “Retrato del Dr. Gadchet” de van Gogh, que compro Ryoei Sayto, millonario japonés en 1996 y que, enfadado con el gobierno japonés, prometió que cuando él muriera el cuadro desaparecería con él. La familia de Ichiro está convencida que no fue así y que Sayto lo escondió en alguna parte, lo que hará viajar a Hubert y sus cuatro compañeros a Japón, en la búsqueda de dicho cuadro.

Esta aventura que nos presenta Matilde Asensi es trepidante por la de pruebas que tienen que pasar los protagonistas, con las pistas que va dejando Sayto, y a los lugares que los van llevando. Hacía mucho que no leía una novela de aventuras como esta que me tuviera enganchada, todo por querer saber donde se encuentra el cuadro, y ver a qué prueba deben enfrentarse. La sensación al leer esta historia es la misma que sientes cuando estas en una Escape Room, que están tan de moda ahora, o un videojuego de consola de aventuras.

Una novela llena de misterios, trampas, secretos y habitaciones secretas. Matilde Asensi ha conseguido mantenerme alerta durante toda la novela. Como siempre hace la autora, nos lleva a los lugares con los protagonistas y nos hace sentir lo que están viviendo ellos con su manera de narrar la historia.

Además en la búsqueda del cuadro, aprendemos muchas cosas sobre la cultura japonesa que yo ignoraba y que he buscado para saber qué lugar o qué costumbre era, lo que hace que también me haya enriquecido y hayan aumentado las ganas de visitar este país.

Os aconsejo la lectura de este libro si queréis estar enganchados y no dejar de leer hasta acabar, ya que es una necesidad continuar leyendo sin parar hasta terminarlo.
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