Reiraku

Asano nos narra la decadencia que experimenta Kaoru Fukasawa, un conocido mangaka, tras finalizar su primera gran obra de éxito. Tras decidir separarse de su mujer, quien trabaja como editora para otra mangaka, Kaoru se ve sumido en una vorágine de la que no hará nada por escapar. Asano explora en Reiraku las profundidades de la condición humana, esta vez alejándose de la juventud para centrarse en la madurez.

Soy una gran fan de Inio Asano y, como siempre, en esta obra es capaz de hacer reflexionar al lector a través de la decadencia de sus personajes. Este "camino depresivo" nos muestra a un adulto perdido y en conflicto consigo mismo, por lo que lo acompañaremos en este escabroso trayecto hasta que encuentre lo que quiere hacer de ahora en adelante. Todo esto viene acompañado de un dibujo espectacular, como siempre nos trae Asano en todas sus obras, aunque en esta ocasión no realiza tantas páginas dobles como en otras ocasiones y se centra más en trasmitir los sentimientos de Fukasawa a través de sus gestos.

Sin embargo, este manga no me ha llegado como otros del autor, no por el mensaje o por los sentimientos que desprende la obra, sino por su protagonista. Fukasawa es egoísta e insufrible, solo se preocupa de sí mismo y no es capaz de realizar una autocrítica sobre su situación, cayendo en una espiral de conformismo absurda y cansina. Entiendo que esta personalidad es necesaria para el devenir de la obra, pero algunas de sus acciones rozan lo inmoral y llega un punto en el que le coges asco al personaje.

Si eres fan de Inio Asano como yo, esta es una obra muy personal del autor, por lo que es interesante y no deja de impresionar el dibujo del mangaka. Sin embargo, no es una obra que recomiende para iniciar con Asano, pienso que tiene otras mucho mejores y que te dejan con mejor sabor de boca, aunque siempre quedará un amargor característico de sus obras.

Irbis.

Autor de mangas tan leídos y valorados como 'Buenas noches, Punpun', Asano esta vez tampoco escatima en el sentimiento de desasosiego que ancla permanentemente en su protagonista. de personalidad melancólica y catastrófica, Fuzakawa tiene la percepción del mundo distorsionada en dirección a las más bajas expectativas. Entonando el mea culpa su obsesión hacia el trabajo, éste produce un vacío que desemboca en la paradoja del 'workaholic': desesperada e indiferentemente se busca una vía de escape, de preferencia hedónica. Corriendo al encuentro del cariño mediante el sexo casual, las relaciones se sienten huidizas y con poca sustancia emocional, y al ser tan constante provoca irremediablemente una falta de empatía hacia los protagonistas, esencial en el género drama. No es un tira y afloja, sólo un hombre perdido sujetando una cuerda tras de sí. Se continúa la lectura hasta el final en busca de un repunte sentimental (ya sea positivo o negativo) que nunca llega. La palabra mangaka llena los ojos del lector, pero en ningún punto se produce siquiera amago de lagrimeo. Afín a los lectores gustosos de obras como La metamorfosis de Kafka, dónde se antepone el trasfondo a la trama. Personalmente, prefiero que exista un equilibrio sólido entre complejo entramado de una cosmovisión común y simple talento narrativo.

Puede que Inio Asano sea el mangaka con el dibujo más espectacular que he visto hasta el momento. Las ilustraciones están cuidadas de una manera espectacular. Cada detalle está tratado con mimo. Es una pena que la historia no me haya terminado de llegar.

Fukasawa es un mangaka, que tras un manga exitoso, no encuentra la inspiración, ni la motivación para sumergirse en su siguiente creación. Esto se sumará a la mala situación que vive con su matrimonio, lo que le llevará a una depresión y buscará consuelo en chicas de compañía.

A priori, la idea me parecía interesante, pero el protagonista no me ha terminado de caer bien y no he terminado de empatizar con él. Me resultaba antipático. Para colmo, hay una escena en la que fuerza sexualmente a su mujer que me dejó muy mal cuerpo y que se refleja como si nada. Me terminó de disgustar.