No te preocupes si tú no puedes sentir lo mismo, si no puedes lanzarte ni exponerte a sufrir, si no te atreves a planear nada porque el futuro sigue siendo negro e incierto... yo querré por los dos. No me importa, puedo hacerlo.
|
No te preocupes si tú no puedes sentir lo mismo, si no puedes lanzarte ni exponerte a sufrir, si no te atreves a planear nada porque el futuro sigue siendo negro e incierto... yo querré por los dos. No me importa, puedo hacerlo.
|
Y yo me muero de ganas de decirle que ha sido valiente y que la valentía es hermosa y que, a veces, no es más bravo el que más grita sino el que se atreve a vaciarse y a soltar lastre.
|
Solo digo que, deberías secarte los ojos, salir al mundo, y vivir la vida. Esta vida es preciosa y ninguno sabemos cuándo se nos va a terminar... Hay que vivirla como si cada día fuera el último, como si no existiera el mañana, como si el día siguiente fuera una incógnita y no lo diéramos por hecho.
|
Sonríe levemente. Es una sonrisa oscura, doliente, empapada por la angustia que reflejan sus ojos, que enciende alarmas en mi interior y me anima a que me monte en la moto y salga huyendo de aquí. Ojalá fuera capaz de hacerlo. Cuando por fin se dirige a mí, cuando sus labios se mueven más allá de esa sonrisa tenue y marchita, me maldigo a mí mismo por no haber seguido mi instinto y haber salido corriendo… Ya nada puede salvarme. Ya nada volverá a ser igual. —Por fin has venido... |
¿De qué nacionalidad es Edgar Allan Poe?