Los últimos días de Jack Sparks

Tanto YouTube como el resto de redes sociales se han convertido en armas poderosas. Por ellas circula información de todo tipo, opiniones controvertidas que van dividiendo a su audiencia entre detractores y defensores, y millones de noticias sin contrastar que tienen las mismas probabilidades de haber escapado a la censura de los medios oficiales, que de ser absolutas falsedades. Constituyen el nuevo púlpito al que TODOS podemos subirnos a lanzar nuestro discurso. No es necesario estar cualificado, demostrar la veracidad de aquello que se difunde, ni aportar contenidos de interés. Lo único que hace falta para captar legiones de seguidores es algo de carisma, y tendencia a generar polémica. Son, por tanto, el caldo de cultivo perfecto para ególatras, narcisistas, y personas que buscan popularidad por cualquier medio.

Jack Sparks era uno de ellos. Adicto al “calor” de las redes, adoraba iniciar debates y dictar sentencias. Y decimos “era” porque murió mientras investigaba para el que iba a ser su siguiente libro, un ensayo en el que pensaba desmontar todas las mentiras que, en su opinión, constituían cada fenómeno que podría etiquetarse de paranormal. Y es que Jack era de aquellos que se involucran totalmente en sus investigaciones; tanto es así que tuvo que seguir un tratamiento de desintoxicación tras su anterior publicación “El viaje a las drogas de Jack Sparks” y mantuvo algunos altercados graves mientras se documentaba para “El viaje entre pandilleros de Jack Sparks” (no queremos ni imaginar lo que le pudo suceder cuando preparaba “El viaje en un palo saltarín de Jack Sparks”). ¡No, no os riais! Los últimos días de Jack Sparks es una obra muy divertida, pero también aterradora:
Está compuesta por el borrador del que iba a ser su libro (en el que narra en primera persona sus vivencias y conclusiones), y las anotaciones y documentos que, a su muerte, reunieron su hermano y su editora.

Jason Arnopp ha creado una historia única que combina magistralmente géneros tan opuestos como el humor y el terror. Su protagonista, candidato a algún premio que lo encumbre como uno de los mayores cretinos de la historia de la literatura universal, es tan maravilloso como insoportable: alcohólico, fumador empedernido, y bastante menos EX-toxicómano de lo que defiende, no tiene ningún reparo en utilizar a cuantos tiene alrededor, en mentir descaradamente, o en relatar los hechos a su entera conveniencia. Y es que otro de los grandes méritos del autor es haber escrito una novela con distintas voces, todas subjetivas y en defensa de sus intereses, de cuya suma el lector consigue hacerse una composición bastante aproximada de lo que pudo ocurrir.

Así que, si tenéis la valentía suficiente para descubrir si las posesiones diabólicas, los exorcismos, fantasmas, entidades sobrenaturales, o la magia de combate existen realmente, leed este libro. Pero cuidado, Jack no tenía filtro y en él encontraréis escenas realmente aterradoras que darán paso a la verdad que estaba buscando. Pero también a la que escondía en su pequeño corazón.

Oremos por el alma de Jack Sparks.
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