Los chicos del hambre

Si me preguntan exactamente de cuál es el argumento les diría que es un libro de personajes y, por lo tanto, la trama no sería el punto fuerte, pero aquí la historia le da un toque especial, algo como fuerza, tristeza, energía y un sentimentalismo que te llega hasta lo más profundo.

La cosa va algo así: tenemos a Vic, un chico de 16 con Moebius, una rara condición que le provoca parálisis facial y que le impide ser expresivo con la cara, por lo que la gente cree que es tonto, pero es todo lo contrario, es bastante listo para ser tan joven. Su papá murió y su madre está rehaciendo su vida, pero Vic no considera que eso sea justo para la memoria de su padre e incluso él se siente desplazado. Por lo que, dadas algunas circunstancias, Vic decide irse de su casa y llevarse la cenizas de su padre consigo, en esa urna hay una lista de con los ultimos deseos de su padre (lugares donde le gustaría que fueran esparcidas sus cenizas) pero lo que no espera es que en esa huída, se encontrará con un grupo de chicos que lo rescatarán y le ayudarán a cumplir los últimos deseos de su padre.
Vic es un excelente narrador, tiene una voz bastante agria/amargada/triste/melancólica/esperanzadora y una visión única de ver y percibir las cosas. Y todo te lo logra transmitir. Es una deleite para el ¿ojo?/¿cerebro?/¿los feels?

Y aquí viene lo que más me gustó: los personajes. OMFG, son tan únicos y tristes y rotos y han pasado por tanto y siguen ahí, de pie, dando todo por ellos y los demás.
Baz: digamos, el jefe del grupo y el mayor de todos. Él es quien se encarga de ayudar a las personas y darles la oportunidad de reencontrarse. Baz ha pasado tantas cosas, pues tuvo que huir del Congo, dejando su increíble vida atrás.
Zuz: él es hermano de Baz y ambos llegaron como refugiados a USA, fueron adoptados y desde entonces su vida no ha sido fácil. Zuz es de pocas palabras, pero expresa tanto con tan solo unos chasquidos.
Coco: una niita de 10 años que por azares del destino termina siendo hermana adoptiva de Zuz y Baz. Ella es como el alma del equipo, irreverente, divertida, ingeniosa y siempre dice la verdad (pues es de Queens).
Mad: esta chica de 16 no la ha tenido fácil, sus padres murieron y tuvo que irse a vivir con su tío borracho y violento, pero lo único que la mantiene ahí es Jamma, su abuela. Si les soy sincero, ella es la que menos me gustó de todos. Pero esto no quita que sea un gran personajes, que sufra y aún así siga cada día. Igual ella es una de nuestras narradoras principales.

David Arnorld tiene una capacidad enorme de crear personajes similares, pero tan diferentes entre sí y hace que se claven en tu corazón y sientas como tuyos sus dolores y vivas en carne propia todo lo que ellos vivieron. FAN FAN FAN.

A lo largo de la historia tenemos un antes y un después. Un gran misterio que descubrir porque no todo es esparcir las cenizas del padre de Vic, también está un crimen (o más) que tiene como principal sospechoso a Baz y tenemos que ir juntando los hechos tácitos que nos dan los policias y lo que Vic y Mad nos cuentan.

Obviamente no todo es miel sobre hojuelas, pues hubo algunas cosas que no me gustaron...
1. Que Mad sea narradora principal. Siento que le quitó fuerza a la voz y agilidad de Vic para contarnos las cosas.
2. La narrativa. A pesar de ser simple, me pareció muy densa y difícil de digerir, por lo que tenía que estar haciendo pausas constantemente para asimilar todo lo que el autor quería decirnos. Aunque esto no es taaan malo, pues hizo que leyera a un buen ritmo y disfrutara cada palabra.
3. El romance. (¿Cuándo dejaré de quejarme por esto?) Si no me equivoco el 99.99% de los libros contemporáneos lo tiene y la mayoría de las veces me parece absurdo, innecesario e irrelevante. Y aquí lo fue. Nada nuevo ni interesante.

Quizá ya haya ido muy lejos con la extensión de esta reseña, pero siento que no les he contado nada de lo asombroso, increíble, fantástico y todos los sinónimos que se les puedan ocurrir para la belleza de historia que es Los chicos del hambre. Así que si tienen la oportunidad de leerlo, deben hacerlo porque las historias de estos chicos seguro les llegan al corazón.
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En realidad, todavía estoy sorprendida y un decepcionada por mi reacción para ser honesta ... Porque tengo que ser sincera aquí y no estoy seguro de cómo superé el 20% sin ceder ante la necesidad de dejarlo sin terminar. ¿Me siento triste? Sí. Pero desafortunadamente, Los Chicos del Hambre no era para mí. He visto que esta historia tiene reacciones bastante extremas, a la gente le encanta o le disgusta, así que definitivamente no te rindas aún si disfrutas de historias con personajes únicos y estilo de escritura. Porque esa es la lucha principal aquí: la escritura. Si bien es único y original, es algo que funciona para ti y te hace querer cantar en voz alta, O te da ganas de tirar cosas a la pared en frustración. No es que mi canto hiciera feliz a nadie en primer lugar, pero lamentablemente mis paredes podrían haber tenido uno o dos golpes aquí. Personalmente realmente luché con todo y esto lo hizo realmente difícil tanto para tener una idea adecuada de las cosas como para entender qué es exactamente lo que está sucediendo en primer lugar. Sin embargo, David Arnold es un maestro en crear personajes únicos. Un aplauso por presentarnos a Victor y darle a Moebius un foco de atención; los otros personajes definitivamente tampoco eran flojos. Aunque no estoy seguro de que todo en la trama fuera creíble. En resumen, Los Chicos del Hambre es un libro de extremos y, por lo tanto, provocará emociones fuertes ... Entonces, aunque este libro no funcionó para mí, es posible que te guste.

3.75/5 estrellas.

Los Chicos del Hambre, por David Arnold, nos mete de lleno en el misterio de un asesinato, en donde dos de nuestros protagonistas, Vic y Mad, están siendo interrogados por la policía en habitaciones separadas.
Intentan ser evasivos, respondiendo con certeza, sin mentir, pero de todos modos escondiendo algo bajo un propósito mayor: ganar tiempo.

Y luego la escritura nos lleva hasta una semana atrás, en donde nuestro protagonista Victor, un adolescente de dieciséis años con el síndrome de Moebius —una condición que no le permite sonreír ni pestañear—, aún no se siente preparado para dejar ir a su padre, quien falleció hace dos años, ni soportar el hecho de ver que su madre, poco a poco, comienza a adentrarse en una nueva relación con un tipo cuyos hijos no hacen más de hostigarlo por su apariencia, al igual que varios de sus pares.

Y un día, luego de un propuesta de matrimonio, Victor no puede soportarlo más y escapa de casa, llevándose consigo la urna funeraria, la cual contiene las cenizas y, para su sorpresa, una foto de sus padres y una carta escrita. Con la conocida letra de su padre en sus manos, Vic deberá pensar en cómo llevar a cabo la lista de deseos allí escrita, en la cual está señalado cada sitio en donde las cenizas deben ser esparcidas, pero, ¿podrá nuestro chico resolver todas las pistas y sobrellevar el hecho de cumplir con el último deseo de su padre, así signifique dejarlo ir?

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