Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires

Siempre el ser humano buscó empecinadamente darle explicación a su insignificante existencia dentro del universo, y nada más reconfortante que sumergirse en las creencias que lo hagan sentir parte de una comunidad que resuelva su orfandad espiritual. Y en medio de este caldo de cultivo surgen por ejemplo la Sociedad Teosófica, que increíblemente al día de hoy tiene numerosas sedes en todo el mundo; y por eso es vigente un testimonio de un joven de casi veinte años como contaba de Roberto Arlt en 1920, en su Buenos Aires natal, al momento de toparse con esta doctrina y con estos supuestos iluminados del saber que la profesaban y lo guiarán a zambullirse en un vasto océano del sinsentido, dónde la única forma de no hundirse para ser devorado por sus olas, es pensar, cuestionarse, contrastar, dudar y terminar dilucidando debajo del maquillaje espeso de los teósofos, el gran embuste empalagoso con que han sabido construir y hacer perdurar su 'doctrina'. Nada más es cuestión de leer biografías e investigar en sus actuaciones a quien fue su fundadora, Madame Blavatsky, y los cimientos de la teosofía se desmoronan ante el menor soplo de evidencia, de método científico y de raciocinio. A toda esta 'secta' que logra mezclar el agua con el aceite del que beben incrédulos encandilados por la palabra "espiritual" y que disfraza el escaparate que oculta la más pura superchería, "Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires" la desbarata en el transcurso de la narrativa arltiana.
La edición tiene un prólogo quirúrgico en su trazo preciso y contundente, acompañado por muchísimas aclaraciones a pie de página que sirven para guiar al lector y le brinda herramientas bibliográficas dónde ahondar más en conceptos. No es un libro fácil, pues es un libro que ayuda a pensar y eso a veces resulta incómodo para los necios que no tienen un criterio propio, y les es más fácil dejarse manipular por grupos, como el teosófico (en este caso en particular), porque es más sencillo adorar las mentiras que relatan, que tener el coraje de afrontar los límites de la propia ignorancia.