Puta

Hay libros que atrapan y que dejan sin aire. Libros desgarradores a los que necesitas asomarte pero también tomar distancia mientras los estás leyendo para poder seguir. “Puta” es uno de ellos. En él, Nelly Arcan nos narra su experiencia como escort, que empezó a los 20 años para poder pagarse la universidad.
Hay escenas duras y difíciles de digerir y su escritura es asfixiante. de ella se desprende angustia, dolor, desgarro y tristeza, pero muestra una realidad incómoda que es necesario palpar y descubrir. También es una reflexión sobre el cuerpo, la sexualidad y la moralidad. Todo el libro en sí es herida y cicatriz. Lo leí en un par de días, pero necesité unos cuantos más para poder digerirlo.

El libro fue un pelotazo editorial y Nelly fue invitada a varios platós de televisión, pero buscaban ridiculizarla y hacer incapié en los detalles morbosos de su profesión. Un claro ejemplo de cómo la sociedad juzga y menosprecia a las personas en base a ciertos valores morales.

Nelly Arcan se ahorcó en su apartamento de Montreal a los 36 años, después de escribir su último libro.

Puta es la forma en la que Nelly vivió la enfermedad de la vida, hablándole desde el lado de la muerte. No esperen de ella una historia, tenía demasiadas cosas en las que pensar que no conseguía expresar y que la sobrecogían, como, por ejemplo, la formación de los agujeros negros. Lo que hace Nelly en este proceso de creación es darle vueltas a una misma idea, a la idea de una puta, una puta que puede o no ser ella (que casi nunca es ella), una puta tumbada boca abajo, una puta que se visita en el descanso, una visita que resignifica la concepción que los clientes tienen del tiempo. Irse de putas como medida de tiempo.

Puta es la experiencia de Nelly siendo una puta, valga la redundancia. Una escort de lujo a la que poseen buscando poseer la idea que los clientes se hacen de lo que es una mujer y de cómo se comporta un sexo femenino. Dice no escribir una historia, pero aunque carezca de desarrollo y desenlace, es el vaivén de esos años, es el tráfico de su boca con innumerables rabos, sus sesiones de psicoanálisis en el diván de su psiquiatra, otro de sus clientes.

Nelly vomita esos años, sin puntos y seguido, solo párrafos interminables de reflexiones y recuerdos, de miembros anónimos. Esta es una lectura que se hace sin respirar, casi te la puedes imaginar hablándote con nerviosismo, sin parar, rápido... Pero dejad de leerme a mí hablándoos sobre ella, leedla a ella, devolvedle la voz de escritora que la crítica le arrebató por ocupar su cuerpo de trabajadora sexual demasiado espacio en los medios. Leedla en Puta, seguid con Loca y, espero que pronto, también con sus demás novelas.
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