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Esta novela llegó a mi lista de lecturas de una forma muy curiosa. Resulta que me fijé antes en su autora por su trabajo como portadista en vez de quedarme con su nombre como escritora, lo que es raro, porque tenía no uno si no dos títulos suyos apuntados y que seguro que os suenan: “Oh My Gothess” y “Heaven. el Hilo Rojo del Destino”. Pero cuando hablé con ella casi de casualidad, me sugirió que por la temática quizá me gustaría más esta. Y no sabe cuánto se lo agradezco, porque no se equivocaba. Creo que ya he comentado alguna vez que disfruto muchísimo con los urban fantasy, sobre todo juveniles. Lo cierto es que al comenzar con esta historia no podía evitar acordarme de Clary entrando en el Pandemonium por primera vez y es que en alguna escena hay cierto paralelismo, que recuerda vagamente al mundo de Cazadores de Sombras. Pero ahí acaba el parecido, porque en realidad nada que ver. Esta novela deja claro (como bien le dice Lucas a Helena) que hay vida sobrenatural más allá de los prototípicos vampiros y hombres lobo. Y eso es algo que no podía gustarme más, porque aquí encontraréis un tipo de seres paranormales que (yo por lo menos) no me he encontrado en otras novelas. Aunque sí que es cierto que llega un punto en que los seres sobrenaturales son limitados y tiene que repetirse en algún momento y, sin hacer spoilers, hacia el final de la novela sí que nos encontramos a dos grandes grupos de seres antagónicos bastante típicos, pero tratados de una forma bastante distinta. Es más, leer los capítulos finales era como estar viendo un final de temporada de Sobrenatural (Supernatural). Cada personaje que aparece en la historia cumple un papel fundamental para el resto de la trama, y este detalle es de las cosas que más me han impresionado al pensar en la novela con perspectiva una vez leída. Sin que te des cuenta, desde el principio la autora te va presentando los eslabones de una cadena que te atrapa por completo más o menos a mitad de la novela. Hasta ese punto, ni yo misma sabía por dónde iba a ir la historia, porque aproximadamente el primer tercio de la historia es una presentación de los personajes y de sus relaciones entre sí, los vínculos que hay entre ellos y cómo Helena va conociendo poco a poco a cada uno de ellos de forma distinta. Por si no lo he comentado en ocasiones anteriores, uno de los recursos que más me hacen disfrutar de una lectura son las alusiones a la cultura (llamémosla) friki. No hay cosa que me haga conectar más con un personaje que me nombre películas, series u otros personajes literarios que me encanten o simplemente conozca. Este tipo de alusiones le da una cercanía con el lector que adoro, y si ya de por sí, Helena me parece una protagonista sobresaliente, su personalidad es mucho más redonda si la vemos como una chica cualquiera a la que le gustan cosas como a cualquiera y que alude a ellas para expresarse mejor. Hablando de ella, Helena es una protagonista que podríamos llamar típica en un principio, ya que es una chica normalita, responsable, que vive con su madre, desde que su padre las abandonó sin ninguna explicación cuando era pequeña, y que tiene como única mejor amiga a una chica más “echada para adelante” que ella, Álex. Pero según avanzan los capítulos es fácil darse cuenta de que Helena es mucho más. Quizás este es el único punto “negativo” que he podido sacarle a la novela, pero lo cierto es que yo misma me doy cuenta de que es casi inevitable que podamos predecir que la protagonista será o bien la “elegida”, o la “heroína”, o la “salvadora” o la “más especial de todos”. Sabemos que eso será así desde el principio, y nos lo esperamos, y lo aceptamos. Lo sorprendente es el giro argumental que pega la novela cuando ese papel de la protagonista se revela. Respecto a los secundarios, el que queda más definido es Blake, seguido de Lucas y Álex pero la verdad es que al tratarse de una historia contada en primera persona en presente, realmente sólo podemos conocer al resto de personajes a través de los ojos de Helena y de sus impresiones, así que realmente cada uno queda retratado en sus acciones pero no en sus personalidades, que sólo podemos intuir o confiar en las opiniones de Helena (que ya veréis que también se equivoca). Y otro detalle, aún a riesgo de que todo cambie en la segunda parte, en temas de triángulos (o casi triángulos) amorosos, normalmente suelo acertar con quién se queda la protagonista porque suele ser el que menos aguanto yo. Punto para Helena que por esta vez, me ha descolocado. Resumiendo, sólo tengo buenas palabras para esta primera parte, que me ha enganchado desde el primer capítulo, que empecé completamente a ciegas sin haber leído nada más de Lucía Arca y sin haber leído sinopsis ni otras opiniones de lectores. Y no me arrepiento para nada. Enlace: http://enmitiempolibro.blogs.. |
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