Los solitarios

Cuando empecé a leer “Los solitarios” ya comenté en redes sociales que me apetecía mucho porque si de algo estaba segura era de que iba a estar muy bien escrito. Ya conocía el estilo de Álvaro Arbina por la lectura de su anterior novela, de género histórico, "La sinfonía del tiempo", pero no sabía si en un thriller ese estilo tan personal funcionaría igual, así que aquí os cuento mis impresiones.

Diez personas han aparecido muertas en una aislada casa en medio de un bosque en una zona ártica lejos de todas partes y a la que solo se puede acceder directamente por vía aérea. Las víctimas no se conocían previamente y su procedencia y ocupaciones son de lo más dispares, pero todos mueren en terribles circunstancias y de diferentes formas (balas, golpes, mordiscos, congelación, envenenamiento...) ¿cómo es posible? ¿están los policías encargados del caso ante una nueva versión del clásico "Diez negritos" de Agatha Christie? Si es así, más o menos ya saben el final, sólo habría que encontrar el nombre del responsable. No negaré que también yo pensé lo mismo y de hecho la novela de Agatha Christie aparece mencionada a lo largo de la narración, aunque también tiene su espacio la maravillosa historia de "El señor de las moscas" de William Golding, pero os dejaré a vosotros descubrir si van por ahí los tiros.

Yo creo que más allá del intrigante caso y su resolución, que sin duda es muy interesante, es una novela de personajes donde el autor hace un ejercicio enorme a la hora de crear diez personalidades muy diferentes o mejor dicho, doce, porque también debemos contar con los personajes de Emeli Urquiza y su compañero Francis Thurmond de quienes también llegaremos a saber algunas cosas.

Arbina pone a todos sobre el mismo tablero del "juego" en un entorno que no puede ser más diferente del que habitan en su día a día, un entorno sin conexión con el exterior y que les obligará a comunicarse entre ellos hasta que las cosas empiezan a ir "ligeramente" mal y ya nadie sabe de quién fiarse y a quién confiarse.

A medida que avanza la investigación de este extraño caso, el autor nos sumergirá en la psicología de los personajes, nos irá llevando a las vidas privadas de cada uno de los huéspedes de la casa cúbica, mostrándonos los suficientes datos para hacernos una idea de cómo son y también de por qué creen ellos mismos que están allí ¿Quizás alguien los está castigando? ¿Quizás todos ellos tienen motivos para ser castigados?

El lector también irá viendo en capítulos alternos con la investigación, qué pasó en la casa a lo largo de los días, aunque habrá que esperar hasta el final para saber si eso que hemos ido viendo a lo largo de la novela era realmente cómo lo estábamos percibiendo y donde algunas cosas y detalles que quizá hemos pasado por alto tienen su razón de ser (no puedo decir más sin hacer spoiler).

La verdad es que la novela esconde una buena historia que como suponía está muy bien escrita y es que... "Aviso a Navegantes" ...la prosa de Álvaro Arbina no es para zampársela, para atragantarte pasando páginas sin respiro y morderte las uñas, es una literatura elegante, muy descriptiva y envolvente que hay que disfrutar poco a poco.

Quizás no sea la prosa habitual que encuentro en la mayoría de los thrillers que yo suelo leer, pero los ya están acostumbrados a novelas con una prosa más trabajada disfrutarán con esta historia. A los que buscan en un thriller un ritmo arrollador que no les dé respiro, quizás les cueste más meterse en la historia. Creo que esto es algo muy pero que muy personal. No he leído reseñas previas de este libro, pero sí algunos comentarios breves de algunas personas, unas diciendo que no les había gustado, que incluso les había aburrido, y otras sin embargo alabando precisamente el estilo del autor y la intriga de la historia, así que yo solo os puedo decir que "Los solitarios" es un thriller diferente, al que quizás cuesta pillar el ritmo (y no perderlo) que tendrás que leer para tener tu propia opinión y aunque confieso que a mí me gusta más otro ritmo de lectura en este tipo de tramas, como siempre digo, salir de la zona de confort a veces vale la pena, sobre todo cuando la historia es buena y creo que esta lo es.

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