Utilidad de las desgracias: y otros textos

A lo largo de todo el libro se puede disfrutar de la calidad de la escritura de Fernando Aramburu. Y no solo de eso, sino también de su gran sentido de humor, conocimientos diversos e incluso en algunos momentos de su sensibilidad.

El libro se divide en siete partes, cada una dedicada a un tema diferente. En el primero, Recordar una vida, Aramburu profundiza en recuerdos de su infancia y juventud. Estos textos resultan muy curiosos porque el autor vivió su infancia en pleno franquismo. No olvidar el dolor de los demás es una parte dedicada a los artículos de opinión del autor acerca del terrorismo, la gran mayoría de ETA. En Disfrutar del presente asistimos a muchas situaciones, algunas divertidas, otras más serias, en las que se ha visto involucrado el autor viviendo fuera de España. La cuarta parte debe de ser muy disfrutable para los escritores ya que Entregarse a un oficio es un conjunto de artículos dedicados a la escritura. Apasionarte con la lectura es la quinta parte en la cual el autor nos habla obviamente de literatura, pero también de autores y autoras. Esta ha sido mi parte favorita, porque como lectora me ha parecido una delicia. La sexta parte, Creer en la educación es muy interesante ya que el autor fue profesor hace muchos años. En ella habla de la educación de niños y también de adultos, no solo de una manera formativa, sino aprovechando la cultura, la literatura y el arte. Por último, tenemos Extraer algunas certezas, un conjunto de textos en los que el autor se moja en temas diferentes que quizá no entren en ninguna de las categorías anteriores, como el machismo, nacionalidades, racismo…

Puedo estar de acuerdo o no con muchas de sus reflexiones, pero desde luego lo que más me ha gustado de este libro ha sido la clave de humor en la que están escritos la mayoría de los artículos. Esto no solo hace disfrutable su lectura, sino que también agrega un toque de familiaridad. Aunque en algunos artículos el autor usa palabras cultas e incluso a veces rimbombantes, la mezcla con este humor tan característico suyo relaja un poco las tensiones, haciendo de su lectura una más fluida y menos ajena.

Me parece que este es un buen libro para compaginar con alguna novela o libro de relato corto, ya que a mi parecer conviene leerlo poco a poco para poder ir reflexionando acerca de los variados temas que ofrece.