Patria

Una novela redonda, poliédrica, con múltiples aristas, con mucho fondo y cuidada forma que cumple y, me osaría a decir, supera todas las expectativas que le rodean. Patria, de Fernando Aramburu, es, sin duda, una de las mejores novelas que se han escrito en los últimos tiempos y aborda el terrorismo etarra como nunca antes lo habían contado. Es una obra muy recomendable que descubre al lector las interioridades del terrorismo de ETA, su salvaje influencia sobre la vida diaria de la sociedad vasca y ese daño tan irreparable como irrecuperable. Esa patria que el autor donostiarra, valiente y osado, retrata como “país de mentirosos y cobardes”.
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Pues acabo de pasar la última página del libro y he de decir que si bien me ha atrapado y creo que eso es merito de la forma de narrar del autor con esos saltos en el tiempo que te hace seguir a ver si eso continua..., el traer momentos anteriores a colación de un pensamiento, unos personajes muy definidos, aunque alguno no me gustase..., no puedo decir que el libro me haya gustado. Una vez cerrado, creo que se quedará en ese limbo de libros que no aportan ese pellizco en el corazón ( o en la memoria) al recordarlos.Y una vez valorada la parte técnica del libro, en la parte "personal" (por llamarla de alguna manera), es un libro que no me ha gustado. Hay temas "conflictivos" relatados con una verdadera equidistancia (y me viene a la cabeza "Dispara, yo ya estoy muerto") y en el caso de "Patria" no puedo coincidir con quienes dicen que ha tratado por igual a los dos "bandos".Nos ha querido igualar en fortaleza a las dos madres, cuando creo que fuerte es aquella a la que le arrancan brutalmente a su marido en base a una apreciación de quienes querían quitarlo de en medio, y no aquella que ha de ver a su hijo "pagar" por sus actos. de hecho, no he conseguido empatizar, ni siquiera en ese final tan deslavado, con la figura de Miren.El tema de ETA nos ha tocado a todos, mas de cerca en algunos casos, y creo que, como ocurre con el tema de la Guerra Civil española, se necesita distancia temporal para escribir con imparcialidad.

Me he acercado a este libro intentando obviar todo lo que se ha dicho sobre él, tanto lo bueno como lo malo, para evitar prejuicios. Me alegro de haberlo hecho porque al final no me ha parecido que se merezca ni los aplausos desenfrenados de una parte ni los abucheos de la otra.
La novela cuenta, desde varias perspectivas, lo que significó el final del terrorismo etarra para dos familias, una en la que el padre (un empresario) ha sido asesinado y otra en la que el hijo se ha unido a la banda terrorista.
A mí el libro no me ha terminado de convencer, pero no porque se me haya hecho partidista, sino porque la manera de escribir de Aramburu no me ha gustado nada. Lo que cuenta está muy bien. Cómo lo cuenta es tedioso. El lenguaje es simplón (no simple), pero el estilo narrativo es pretencioso e innecesariamente rebuscado.
En cuanto a las críticas que ha recibido desde algunos entornos tildando de panfleto este libro, no las veo justas. Cualquiera que haya vivido el conflicto o haya conocido a las víctimas sabe que lo que se narra en Patria no es una exageración. Lo que sí es cierto es que se trata de un libro muy duro, no solo por el tema principal que aborda, sino por todos los demás (por ejemplo el personaje de la mujer que queda impedida después de sufrir un ictus).
No me arrepiento de haberlo leído, pero tampoco es la obra maestra que algunos dicen que es.

A ver cómo lo digo: la temática me sabe oportunista además de benevolente.

Contar una historia, haciéndose eco de lo que se ha vivido en el País Vasco durante años, edulcorando la barbarie tal y como el autor lo plantea, disculpando, ya de paso, los actos terroristas para, a través de una historia de dos familias encontradas, dar a entender que no hay buenos ni malos, o lo que es peor, que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos no me encaja.

En esta novela el crimen queda relegado a la pura anécdota, y se reviste a los asesinos de un aura de perdón a los que debemos comprender, ya que o no querían hacerlo o eran unos mandados.

Además, la prosa es cansina. El autor, al que únicamente hay que agradecer que los capítulos sean cortos, ha querido imprimir las típicas formas de expresión vascas que aburren y destrozan, por lo cortantes que son, el ritmo de la novela. Y cuando no, solo se expresa a base de preguntas que están ya contestadas o que vienen contestadas por la lógica.

Es un best seller, eso no voy a negarlo y más tras la difusión conque se publicitó. Pero, precisamente, eso no significa que sea un gran libro.

Tras leerlo me ha decepcionado. Y aquí sí me arriesgo a acuñarlo con una expresión que le va como anillo al dedo: "Mucho lirili y poco lerele".
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Fabuloso. Te hacer recordar temas que parecen olvidados por el tema de que ya no son actualidad, pero que subyacen en la memoria de muchas familias destrozadas. La historia del Pais Vasco esta llena de episodios que han causado muchas desdichas a muchas familias.

Siempre me resulta raro decir que una novela como esta me ha "gustado". Trata un tema real muy doloroso y es difícil abordarlo de forma que el lector se sienta cómodo leyéndolo. Fernando Aramburu lo logra, nos describe maravillosamente la vida de dos familias que, al principio son amigas, pero que debido a los sucesos acontecidos se convierten en enemigas. Vemos el punto de vista de ambas familias, sufrimos con ellas, si, también con la madre de Joxe Mari, ya que entiendo su dolor como madre y pensar que tu hijo pueda cometer semejantes actos, debe ser algo muy duro de procesar, es por lo que ella se niega a admitir que su hijo haya hecho algo malo y lo justifica todo.
La novela es una montaña rusa de sentimientos, en la que sufres junto a todos sus personajes y solo quieres seguir leyendo y devorar hasta la última página.

Creo que todo el mundo habrá oido hablar de este libro. Publicado en 2016, se ha convertido en uno de los éxitos contemporáneos de la narrativa española. Cuenta la historia de dos familias, las cuales en un pasado tenían una gran amistad. Todo se torció cuando Txato, uno de los padres de familia, se convirtió en objetivo de la banda terrorista ETA y la otra familia no dudó en darles de lado. Además, cuando Txato es asesinado, todas las sospechas recaen en Joxe Mari el hijo de la otra familia.

La novela está contada de una forma magistral. Cada capítulo lo narra uno de los protagonistas y sientes como estas metido en su mente.
Los personajes están brutalmente delineados y definidos. Destacan las madres de familia. Bittori, una mujer que solo busca un perdón por lo que le hicieron a su marido; y Miren, una mujer de difícil carácter pero que para ella, por delante de la bondad y la empatía, está su hijo.

Cada hijo de ambas familias tiene una personalidad muy marcada, pero me gustaría destacar a Nerea, la hija del Txato. Creo que tiene la trama más interesante. Vive en un eterno conflicto. Ella solo busca pasar página e intentar vivir, una postura que la enfrenta continuamente a su madre.

Es un tema bastante complicado, pero Aramburu consigue visibilizar el sufrimiento y el acoso que tuvieron que pasar las víctimas. Ojalá algo así nunca vuelva a repetirse.

Ya llevaba unos años leyendo con poca frecuencia cuando una amiga me recomendó, un entonces desconocido para mí, Patria. Me contó que estaba leyendo una historia muy cruda pero a la vez emotiva relacionada con el conflicto vasco.

Algo reticente por sus más de 600 páginas (durante esos años apenas leía un par de libros al año), me adentré en la historia de Bittori y Miren.

“Ahí va la pobre, a romperse en él. Lo mismo que se rompe una ola en las rocas. Un poco de espuma y adiós. ¿No ve que ni siquiera se toma la molestia de abrirle la puerta? Sometida, más que sometida.” Así empieza esta novela.

Poco a poco, fui conociendo el mundo de estas dos amas de casa vascas aparentemente estándares pero a la vez con unas vidas marcadas por el dolor. Por razones tan opuestas, pero unidas por el dolor.

El paisaje como un elemento más de la narración, los personajes secundarios que llevan la novela a otros niveles y el pasado, tan presente en esta historia, hacen de ella un ejercicio que te atrapa hasta su última página.

Siempre que me preguntan cuál es mi novela favorita digo que no podría nombrar solo una, pero debo reconocer que Patria guarda un lugar especial e mi recuerdo.

El autor sitúa la trama en Euskadi, tras el anuncio de alto el fuego de la banda terrorista ETA. Presenta a dos familias, al principio amigas, ahora con todos sus puentes rotos. La razón: el terrorismo de ETA. El Txato es asesinado a las puertas de su casa, tanto su viuda, Bittori, como sus hijos, Xabier y Nerea, viven una vida completamente diferente desde entonces. Señalados, marcados, desde hace años, el Txato resiste, se revuelve contra todo y contra todos pero mantiene en silencio todo lo que le está pasando. Se niega a abandonar su casa, tiene que cambiar sus hábitos y esconder el calvario que padece desde que recibe cartas de la banda terrorista en la que se le pide el pago del impuesto revolucionario.
En la otra parte, la familia de Joxian. Era íntimo del Txato, compañero de pedales, de partidas de cartas. Las dos familias son íntimas hasta que Joxe Mari va un paso más allá en el mundo abertzale y entra a formar parte de ETA. Su madre, Miren, comenzará radicalizándose a medida que su hijo va alejándose de su familia. Sus dos hermanos también pasarán del miedo al alejamiento de su hermano. Gorka, aspira a ser escritor y tendrá que alejarse de toda la familia huyendo de la sinrazón y el fanatismo. Su hermana, Arantxa, vive un infierno prostrada en una silla de ruedas tras sufrir un ictus cuando estaba casada. El terrorismo provoca que las relaciones entre las dos familias se rompan. Joxe Mari huye para entrar en la banda, el Txato recibe cartas en silencio y envía a su hija a estudiar fuera. Cuando ETA declara el alto el fuego definitivo Bittori, la viuda del Txato, decide volver a su pueblo, y desata un efecto dominó que acaba por afectar a los miembros de ambas familias. Abarcar en una sola novela todo lo vivido durante más de 40 años de terrorismo no es fácil. El mérito es enorme. La vida en Euskadi durante muchos años no fue fácil. Todas las calamidades y sucesos inimaginables le suceden a dos familias. El autor parece identificar a muchos de los actores clave durante los años de terrorismo: el dueño de la Erriko Taberna que espía y trafica con información, el cura instigador, los guardias civiles, los compañeros de manifestación de Joxe Mari, las familias de presos de ETA… Pero se deja a otros, el retrato de la sociedad incluye a miembros de determinados partidos y no nombra para nada a los de otros, ¿por qué? No veo a asociaciones de víctimas, es más, se refleja a unas víctimas muy benévolas con sus verdugos. Además, para lo bueno y para lo malo, no se menciona directamente a nadie del PNV u otros grupos políticos. Y para colmo, el retrato de los miembros de ETA es un poco simplista. Aún así la novela se presenta con un estilo fresco, adictivo, con continuos vaivenes hacia el pasado para entender mejor la historia del drama vivido por todo un pueblo. Todo ello con un estilo y una prosa encomiables. Es fascinante cómo se logra humanizar a todas las partes en un conflicto de más de 40 años, con rupturas de amistades y familias tan fuertes. No es fácil meterse en la piel de un asesino, de la madre de un asesino. Pero tampoco es fácil hablar, a la vez, desde el punto de vista de la mujer de un asesinado. Hay que sumar una prosa encomiable.

5 estrellas sin dudarlo. Desde el principio engancha y el final es una pendiente hacia abajo, no quieres ni puedes parar de leer. Conmovedor, emotivo, real, duro, maravilloso. Un libro que llega al corazón. Personajes reales, diferentes puntos de vista, muy bien elaborado. Recomendado 100%