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Esta es una de esas reseñas que se van a alejar de lo puramente literario. Porque creo que, cuando uno encuentra un libro de este estilo, lo importante no radica en si está mejor o peor escrito. de hecho, esta obra utiliza un tipo de narración periodística en la que trata de presentar los hechos ocurridos en el 112 de Ocean Avenue para tratar de dar una mayor verosimilitud a los hechos que ocurren en esta famosa casa maldita. Y lo hace de manera consciente, apelando al criterio del lector para que sea el mismo eso que juzgue si lo que se describe tiene o no explicación. Eso puede hacer que, quien se acerque a la novela sin conocer nada de ella más allá de lo que ha podido ver en las adaptaciones cinematográficas, rechace el modo que tiene Jay Anson de describir estos hechos, sintiéndolos artificiales, alejados de cualquier tipo de coherencia. Pero si nos alejamos de eso, si pensamos que tenemos entre manos una novela de terror, si damos por hecho que el objetivo de una obra como esta no es la de generar admiración por su lenguaje y estructura literaria sino la de causar emociones en el lector...entonces es una obra especial e inconstestable. Porque Aquí vive el horror es una novela de miedo. Y creo que pocas historias como esta consiguen meterte en el cuerpo esa sensación tan de desasosiego como la que consigue Jay Anson en esta historia. Es cierto que todo lo que cuenta se puede cuestionar, que la estrategia comercial que esconde una propiedad como esta es evidente y que el lector entrará a descubrir los supuestos hechos que acontecieron en esta casa maldita condicionados por una mitología adquirida tras años de películas de horror. Pero es que la novela da miedo. Porque el miedo se sirve de la incertidumbre y la incertidumbre es presa de la duda. Nunca sabremos lo que realmente ocurrió en esa casa más allá de que un chaval asesinara a sangre fría a toda su familia. Nunca sabremos si las voces que escuchaba estaban relacionadas con su estado mental o si realmente sintió que alguna criatura infernal atormentaba su cordura. Nunca sabremos si todos los hechos narrados por los Lutz, sus visiones, sus cambios de comportamiento, sus terribles experiencias fueron reales o tan solo una mera estrategia para solventar sus penurias económicas. Todo depende de tu credibilidad ante una historia como esta que consiguió implicar a la policía de Amytville e, incluso, a la Iglesia. Eso no deja de ser una cuestión de fe. Pero, al terminar la novela, al cerrar el libro y encender las luces de mi casa, tenía miedo. Y eso es algo que pocos libros han conseguido. |
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